Crear hogares a través de las bibliotecas ucranianas en Europa

Books about Ukraine in the Ukrainian library in Innsbruck, Austria. Photo by Olha Kuprian, used with permission.

Libros sobre Ucrania en la biblioteca ucraniana en Innsbruck, Austria. Foto de Olha Kuprian, usada con autorización.

Por Olha Kuprian

Esta historia es parte de una serie de ensayos escritos por artistas ucranianos titulada “Recuperar la cultura: las voces ucranianas conservan la cultura ucraniana”. Esta serie fue creada en colaboración con la Asociación Folkowisko/Rozstaje.art, gracias a la cofinanciación de los Gobiernos de República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia mediante una subvención del Fondo Internacional de Visegrado. La misión del fondo es promover ideas para la cooperación regional sustentable en Europa Centra. Lo tradujeron del ucraniano Iryna Tiper y Filip Noubel.

Hasta 2022, me mudaba de casa solo dentro de la región donde viví mis primeros 17 años. Todos mis libros, por supuesto, se mudaban conmigo. Por muchos años, vi a Antonina Maley, creadora del canal de YouTube “Tosya Reads Fairy Tales”, trasladar libros de su infancia de país en país, y cómo cada uno aparece en su canal, como una biblioteca virtual. “Los libros son el hogar”, afirma Tosya. Esta simple frase se convirtió en la respuesta para muchas de mis preguntas.

A mediados de 2023, al volver a casa en Ucrania luego de verme forzada a emigrar por la invasión rusa a gran escala de Ucrania, me llevé los libros que adquirí en Polonia. Mis amigos hacen lo mismo. En el momento en que Rusia está destruyendo nuestras bibliotecas y libros, nosotros transportamos nuestros libros como los caracoles transportan sus hogares. Y cuando encontramos un hogar temporal en el extranjero, lo primero que hacemos es llenarlo de libros en nuestra lengua materna.

Estar entre ‘mis semejantes’

En agosto de 2024, gracias a una beca, mi hija y yo visitamos la Casa Ucraniana, instituto que organiza eventos culturales gratuitos o a precios accesibles, en Przemyśl, al sureste de Polonia junto a la frontera con Ucrania. En los días cercanos a la partida, al fin pude conocer a Romana Zolotnyk, que se encarga de cuidar la colección de libros. Hace dos años, el edificio de 120 años se convirtió en un refugio para miles de ucranianos que escapaban de la guerra hacia países seguros en Europa.

A finales de 2022, los organizadores debatieron sobre crear una biblioteca en donde fuera posible exhibir publicaciones científicas que están en la Casa Ucraniana, y también entregarles a los refugiados —en especial quienes tienen niños— la posibilidad de pedir libros prestados.

A menudo, un libro en ucraniano en el contexto de la emigración es una oportunidad para sentirse en casa. Un de usuario de la biblioteca es un polaco que decidió hacerse cargo de un niño ucraniano con autismo. “El pequeño se relaja cuando ve libros con mapas o aviones”, dice Romana. “Pero el niño no quiere libros polacos, les son ajenos. Por lo que encontramos los libros ucranianos adecuados”.

Natalia Yakubchak y sus hijos vivieron en Brno, República Checa por más de dos años y muchas veces visitaron la biblioteca en el Centro Ucraniano. “Para mí, abandonar mi hogar, en particular, significaba abandonar mi biblioteca”, comenta. “Así que solo iba para estar entre los libros y ayudar a organizarlos. Y los niños estaban felices de ver libros conocidos: “¡Mira! ¡Tenemos este libro! ¡Y este otro! ¡Releamos este!”.

Un nido para los ucranianos

Hnizdo Innsbruck. Photo by Olha Kuprian, used with permission.

Hnizdo Innsbruck. Foto de Olha Kuprian, usada con permiso.

La librería ucraniana “Hnizdo.Innsbruck” (“hnizdo” significa “nido”) en la ciudad austriaca de Innsbruck hoy tiene alrededor de 1600 libros. El catálogo digital les permite a los usuarios pedir prestados libros de todo Austria. Hace menos de tres años, “Hnizdo” ni siquiera tenía un lugar establecido, pero a mediados de 2024, junto al festival “Frontera” fundado en Lutsk y el proyecto “Libros de casa” de la librería Sens, recibió una subvención de Culture Helps y organizó un festival literario, cultural y deportivo de dos días llamado “Pueblo ucraniano-tirolés” en Innsbruck. Por más de dos días, el evento recibió a más de 200 invitados, incluidas familias ucranianas y austriacas.

“La idea de crear una biblioteca comenzó cuando me mudé a Innsbruck y me enteré de que no había libros para la comunidad ucraniana de aquí”, comenta Oleksandra Terentyeva, política científica, voluntaria y fundadora de Hnizdo.Innsbruck. “Algunos activistas han estado elaborando un proyecto de estantería incluso antes de que llegara, y al comienzo solo planeaba donar unas cuantas docenas de libros. Sin embargo, esta estantería estaba entre las paredes del Osteuropa Zentrum, creado con los fondos de la fundación Ruskiy Mir (Mundo Ruso), y hasta 2022 funcionaba como el Centro de Estudios Rusos. Mis colegas y yo decidimos que, a pesar de que los establecimientos estén en el centro de la ciudad y afiliados con la universidad, era inaceptable crear una biblioteca ucraniana allí”.

Los eventos culturales con un tema específico suelen ser organizados alrededor de librerías o estanterías con libros ucranianos en el extranjero. Yulia Tsidylo, que ha vivido muchos años en Bratislava, intenta asistir a todas las actividades ucranianas de arte en la ciudad y sus alrededores. “Los ucranianos en el extranjero tienen cierto hambre cultural, por lo que cuando los escritores ucranianos llegan a nosotros, siempre es muy agradable”, explica Yulia. “Y si además traducen nuestra literatura al eslovaco, siempre compró libros para regalarle a mis amigos eslovacos”.

Una red para los espacios de lectura ucraniana: Bélgica, Eslovaquia, Alemania

No es fácil entregarle a un niño un ambiente rodeado de ucraniano en un país con un idioma completamente foráneo. En las ciudades más grandes, estructuras así han existido desde hace un tiempo, y grupos o escuelas de hablantes de ucraniano para niños son accesibles. Aún así, en localidades más pequeñas, es entre libros que los migrantes activos forman comunidades para sus niños.

Este es el caso del espacio de libros para ucranianos que creó en la ciudad belga de Baelen la diseñadora Olena Marchyshyna. En 2022, se fue de Kiev junto a sus dos hijos y, meses después, fundó la biblioteca y creó su identidad. “Como la biblioteca es local, debes venir visitarnos en persona. A veces las personas viajan cien kilómetros [62 millas] para conseguir libros”, comenta Marchyshyna. “Ahora estamos implementando la biblioteca en el sistema general belga, así que pronto, ucranianos de todo Flandes podrán solicitar libros por correo electrónico”.

Según Marchyshyna, la colección de libros es de extrema importancia para los mayores. Además, creó un club de lectura, e incluso invitó a mujeres belgas a participar. Las mujeres ucranianas y belgas leen los mismos libros, pero cada una en su propio idioma. Luego conversan sobre lo que leyeron y practican su holandés. Marchyshyna sueña con abrir un club de lectura y conversación similar para niños.

A este proyecto se le concedió el premio cultural del año en la municipalidad de Baelen, que tuvo nueve vencedores belgas. Con el dinero del premio, Marchyshyna compró materiales educativos para niños. Actualmente, un profesor enseña en ucraniano a niños de todas las edades de distintas regiones de Ucrania en la biblioteca Baelen. Para algunos, esta es la única ocasión en la que pueden estar en un ambiente con hablantes de ucraniano.

Inspirada en las experiencias de Olena Marchyshyna, la emprendedora Lesya Didkovska fundó una biblioteca para niños en la ciudad eslovaca de Poprad. “Desde que nació mi hijo, leemos todas las noches”, comenta Didkovska. “Mi hijo comenzó a leer solo a los cuatro años, y ahora, los fines de semana, puede estar todo el día con un libro”. Después de tan solo seis meses de verse forzada a emigrar, había intercambiado libros con todos sus conocidos, y luego consiguió su propia colección desde Ucrania. Aun así, no había suficientes libros. Así que Didkovska organizó una colección a través de redes sociales. Coordinó junto a centros de ayuda a ucranianos en Poprad, Kežmarok, y la biblioteca en Spišská Nová Ves. Esta iniciativa se convirtió en la base de Ukrainian Book Corner en Eslovaquia.

Corners of Ukrainian Books es una plataforma que une a cuatro bibliotecas ucranianas de distintos países de Europa. Dos están en Alemania —en Rheinberg y Esens. La que está en Rheinberg fue fundada Iryna Zharkova, una guía turística de Kiev. Junto a sus dos hijas, emigró a Alemania tras la invasión rusa a gran escala de 2022. “Mi hija menor solo tenía tres años, y noté que comenzaba a insertar palabras en alemán en conversaciones en ucraniano. Puede ser que olvidara el equivalente en ucraniano o que estaba aprendiendo nuevos conceptos en alemán al entrar en el jardín infantil”, dice Zharkova. “En ese entonces, mi hija mayor estaba leyendo libros de Harry Potter, por lo que en la primera colección recibimos uno de los grandes volúmenes ilustrados. Pensé que a otras familias también podrían faltarles libros ucranianos”.

Zharkova acudió a la Oficina de Seguro Social Alemán (Sozialamt), que apoya las iniciativas culturales y sociales en idiomas de minorías nacionales. Le asignaron una habitación en donde exhibe libros ucranianos una vez a la semana, y los intercambia con los visitantes por dos horas.

Hoy, la biblioteca ucraniana en Rheinberg tiene 350 libros, alrededor de un tercio los compró Zharkova con sus medios. “Converso con los visitantes sobre lo que he leído, acerca de la vida. Nos comunicamos en ucraniano, a pesar de que el 95% de los ucranianos de aquí hablan ruso. Adultos y niños cambian al ucraniano, intentan hablar de forma correcta”, ella menciona. En espacial, a Zharkova le interesa que los niños ucranianos se involucren: “Aunque se queden en Alemania por siempre, es muy importante que sepan quiénes son y de dónde vienen”.

Desde 2022, algunos ucranianos han vuelto a casa, mientras que otros se integraron en las comunidades locales. ¿Qué sucederá con los espacios de lectura ucraniana?

La buena noticia es que las pequeñas bibliotecas de Europa están uniéndose y contando sus experiencias. Están aumentando las iniciativas relacionadas a las colecciones de libros que apoyan la cultura ucraniana, trabajan con las familias y alimentan las tradiciones. La metáfora del nido provoca un efecto especial aquí: se trata de un hogar del cual volarás tarde o temprano, pero también es donde alguien te espera.

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