Onda expansiva de la hermana Hong: Suplantación de identidad en línea, desbalance de género y educación sexual en China

A screenshot from a video discussing “Sister Hong.” This is the alleged perpetrator and the room she used to illegal film hundreds of men.

Captura de pantalla de un video que con la ‘hermana Hong’. Esta es la presunta perpetradora y la habitación que usaba para filmar ilegalmente a cientos de hombres. Imagen de YouTube.

Durante el sofocante verano en Shanghái, en una de las ciudades más liberales y prósperas del este de China, un bar de vinos propiedad de un heredero de vinos francés y su novio chino ha sido mi refugio habitual para leer, escribir y relajarme. Ese día en particular, algunas otras personas estaban dispersas por el lugar, bebiendo vino y charlando. De repente, una chica lanzó un grito de la nada:

Please, pray for me that my boyfriend is NOT on the list!

¡Por favor, recen por mí para que mi novio NO esté en la lista!

¿Qué lista? La última vez que una lista captó mi interés fue hace 20 años. Mi amor de secundaria me llevó a cenar al único restaurante occidental “elegante” de nuestra ciudad —Kentucky Fried Chicken—, seguido de un éxito de taquilla de Hollywood, “La lista de Schindler” de Steven Spielberg. Gastó 68 renminbi (nueve dólares) en un bote de pollo frito, lo que era todo su paga de dos meses.

Otra chica jadeó.

Oh my god! A woman found her fiancé on the list! They’re calling off the wedding. And she’s not giving him his Caili (彩礼 bride price) back!

¡Dios mío! ¡Una mujer encontró a su prometido en la lista! Van a cancelar la boda. ¡Y ella no le va a devolver su caili (彩礼 el precio de la novia)!

El caili es un regalo en dinero que el novio entrega a la familia de la novia durante el proceso de compromiso. Es una anticuada práctica china cuya popularidad disminuyó durante la era de la reforma de libre mercado en China, pero que ha resurgido con fuerza en los últimos años. La cantidad varía mucho según la región, desde 50 000 renminbi (7000 dólares) hasta 500 000 renminbi (70 000 dólares). Generalmente, cuanto más económicamente desarrollada esté la zona, mayor será la suma. Por ejemplo, mi primo huan le dio a su novia 100 000 renminbi (unos 15 000 dólares) antes de su ceremonia de boda en 2023. Ellos viven en una ciudad de tercer nivel en el sureste de China.

En el bar:

Girl A: I’m such a loser compared to Sister Hong! He can find 1,691 guys without a problem. Look at me — I’m single forever!

Girl B: You’re not a loser at all! You just need to lower your standards. Sister Hong was fine with any man. You could find plenty of boyfriends if you didn’t expect them to be rich with apartments and cars.

Girl A: But an apartment and a car are survival tools in modern China! and by the way, how could those men not realize Hong wasn’t a ‘sister’? And they still had sex with him?

Chica A: ¡Soy una fracasada comparada con la hermana Hong! Ella puede encontrar 1691 hombres sin problema. Mírame a mí, ¡estoy soltera para siempre!

Chica B: ¡No eres una fracasada en absoluto! Solo necesitas bajar tus parámetros. La hermana Hong estaba bien con cualquier hombre. Podrías encontrar muchos novios si no esperaras que fueran ricos, con apartamentos y autos.

Chica A: ¡Pero un apartamento y un auto son herramientas de sobrevivencia en la China moderna! Y, por cierto, ¿cómo es que esos hombres no se dieron cuenta de que Hong no era una ‘hermana'? ¿Y aun así tuvieron relaciones sexuales?

Conozcamos a la figura legendaria de Nanjing: la hermana Hong, conocida por su encanto coqueto, su mística femenina y… sus genitales masculinos. Todo lo que necesitaba era una mascarilla quirúrgica, un filtro de cámara “embellecedor”, una peluca barata de Taobao y lápiz labial rojo. Sus anuncios ofrecían sexo gratis y se hicieron virales casi al instante.

Vivía en un diminuto estudio en Nanjing, ciudad de primer nivel en la sureña provincia de Jiangsu. En 2024, el salario mínimo mensual local era de 2490 renminbi (alrededor de 370 dólares).

El apartamento de la hermana Hong, de 800 renminbi (alrededor de 60 dólares) al mes, era pequeño y austero; un espacio más para sobrevivir que para el confort. Una cama individual con una delgada manta a cuadros se apoyaba contra la pared junto a un modesto armario. Sin colchón, solo una tabla de madera dentro del armazón de la cama.

La hermana Hong no era una magnate con una isla llena de celebridades y ricos. Era una 农民工 (nóngmín gōng), trabajadora migrante rural, sin apoyo social, red de seguridad ni estatus. Estadísticamente, más de 600 millones de personas en China ganan menos de mil renminbi (aproximadamente 75 dólares) al mes, según el ex primer ministro Li Keqiang. Hong, desde luego, no podía pagar una copa de vino de 50 renminbi (aproximadamente 7.50 dólares) en un bar gay o en cualquier lugar de lujo para conocer parejas.

Fue en este humilde apartamento donde cientos de hombres llegaron a conocer a la “hermana Hong”. Llevaban pequeños regalos: un kilo de manzanas, un paquete de leche, una botella de aceite de cocina; artículos de primera necesidad que no costaban más de cien renminbi (alrededor de 15 dólares). Con cien renminbi, se podía comprar una comida individual bastante decente en Nanjing.

Estos hombres, de diferentes edades, algunos de la Generación Z, venían en busca de sexo gratis. La escasa y silenciosa habitación absorbía sus encuentros sin juzgarlos. Muchos ni siquiera usaron protección.

Sin embargo, sin que lo supieran, una cámara oculta estuvo grabando todo el tiempo, y los videos fueron luego publicados en línea sin su consentimiento. Aunque algunos sabían que la hermana Hong era un hombre antes de llegar, muchos no sabían, al menos según el diálogo que grabado y que ella publicó ilícitamente en línea.

La hermana Hong ha sido arrestada, no por hacerse pasar por mujer, sino por filmar cientos de encuentros sexuales sin consentimiento y por distribuir pornografía. La pornografía, la prostitución y el trabajo sexual son ilegales en China.

Sin embargo, aunque estos hombres son indudablemente víctimas, los grupos LGBTQ+ están tan estigmatizados en China que están obteniendo poca solidaridad y, en cambio, enfrentan amenazas, doxeo y violencia.

¿Cómo sucedió esto?

La historia de la Hermana Hong desató intensos debates en línea. ¿Era transgénero? ¿Gay? ¿Hombre heterosexual travestido? Esto sigue sin estar claro, pero la trataremos con pronombres femeninos, como se identifica en línea.

Muchas publicaciones sobre el incidente fueron eliminadas en Weibo y WeChat. Esto probablemente se debió a preocupaciones por el pánico que se propagó, se extendieron rumores de que la hermana Hong tenía VIH y varias enfermedades de transmisión sexual, lo que desató el temor a una infección exponencial. La desinformación fue otra preocupación: los informes iniciales exageraron el número de clientes (más de 1600) cuando, en realidad, Hong había filmado 1600 videoclips. Sin embargo, el número real de hombres sigue sin estar claro.

La mayoría de las conversaciones en línea se centran en cómo ocurrió esta violación masiva. No es un problema a nivel individual, sino un reflejo del desequilibrio social, la falta de cultura digital y el fracaso nacional en educación sexual.

A pesar de ser la segunda mayor economía del mundo, la educación sexual en China sigue siendo deficiente. La mayoría crece con poca o ninguna comprensión sobre el sexo seguro, el consentimiento o la identidad de género, lo que dificulta que algunos detecten un caso de suplantación de identidad en línea con una cámara.

Aún recuerdo vívidamente cómo a mi amor de secundaria y a mí nos llamaron a la oficina del profesor por “salir demasiado chicos” (早恋). Después de aquella cita “de lujo” —pollo frito de KFC y “La lista de Schindler”—, nuestro profesor nos regañó: “¡Salir a edad temprana es una distracción para los estudios! ¡Les arruinará el rendimiento académico!”.

Nunca más me invitó a salir. No más Spielberg. No más pollo frito (no extrañé la película, pero sí el pollo, pues en aquel entonces, mi familia solo comía carne dos veces por semana).

Llegamos a 2018. Me hospitalizaron después de un accidente y no podía moverme sola. Contraté a una cuidadora por 200 renminbi al día (40 dólares). Tenía 55 años y un hijo adulto.

Una noche, empapada en sudor y dolor, me di cuenta de que todavía tenía un tampón dentro.

“Necesitas ayudarme a sacarlo”, le dije.

Ella me miró fijamente. “¿Sacar qué?”.

“¡El tampón!”.

Ella no tenía idea de lo que era un tampón. Así que allí estaba yo, postrada en cama con tubos en el cuerpo, dando una lección espontánea de anatomía en la UCI. Treinta minutos después, la mujer seguía confundida.

Finalmente grité:

“¡Solo jala esa cosa!”.

“¿De dónde?”

“¡De mi vagina! ¡Las vaginas son por donde salen los bebés!”.

Si ella —mujer y madre— no sabía, ¿sabe su hijo? Probablemente no.

Muchos jóvenes en China pasan directamente de conocer a una chica al matrimonio, como mi primo huan. Creen que son los afortunados. Pero para muchos otros, los desafortunados, simplemente no pueden encontrar novias porque no hay suficientes chicas disponibles.

Gracias a décadas de control de la población, China ahora tiene millones más de hombres que de mujeres.

Para los hombres de la Generación Z, salir con alguien no solo es difícil; estadísticamente, tienen todo en su contra. La brecha de género es real, y no solo en las aplicaciones de citas.

El Censo de Población de China de 2020 muestra que hay 34.9 millones más de hombres que de mujeres en todo el país. Entre la Generación Z (de 14 a 29 años en 2025), los hombres aún superan en número a las mujeres, aunque de forma menos marcada. A principios de la década de 2000, la proporción de sexos al nacer alcanzó un máximo de 120 niños por cada cien niñas, muy por encima del rango natural. Este desequilibrio se ha convertido en una preocupación nacional, lo que ha desatado acalorados debates en las redes sociales chinas.

Apoya a Global Voices para que podamos publicar más artículos como este

Para más información sobre esta campaña, por favor, visita este enlace.

Sobre al caso de la hermana Hong, cabe destacar que muchos de los clientes de Hong son de la Generación Z y trabajan en diversas industrias. Había un entrenador físico, un profesor de inglés y oficinistas. ¿Por qué estos jóvenes, relativamente acomodados e “idóneos” para salir según los estándares chinos, caerían en una estafa tan sospechosa?

Chicos solitarios, tiempos de sed

Con menos mujeres con quienes salir, un aumento del desempleo juvenil y una creciente aislamiento digital, muchos hombres jóvenes están desesperados por cualquier tipo de intimidad, ya sea emocional o física. La estafa de la hermana Hong no se basó tanto en una manipulación astuta sino en un vacío de conexión.

Hong supuestamente filmó más de mil videos en cuatro años. La atraparon solo porque los publicó en línea con fines de lucro. Quizás las dificultades financieras la empujaron a vender esos videos.

Durante cuatro décadas, China fue el milagro económico mundial. Un crecimiento del PIB de dos dígitos transformó una nación rural en la segunda mayor economía del mundo. Ciudades enteras surgieron de tierras de cultivo en una sola generación. Pero a mediados de la década de 2020, el milagro se había convertido en burbujas: una burbuja inmobiliaria, una burbuja de crecimiento del PIB. El desempleo juvenil se disparó, y cifras no oficiales sugerían que uno de cada cinco jóvenes de la Generación Z en zonas urbanas estaba desempleado.

Para los hombres jóvenes, especialmente, la desaceleración ha sido brutal. Sin empleos o ingresos estables, les cuesta pagar apartamentos, autos y el precio de la novia.

Al mismo tiempo, la tecnología ha hecho que la evasión de la realidad sea más barato que la vida real. En lugar de salir con alguien, muchos recurren a videos cortos, transmisiones en vivo o compañeros virtuales.

Este incidente tan extraño es más que solo un cebo para clics. Refleja problemas más profundos: soledad, desequilibrio de género, engaño en la era digital y desconexión emocional en la China moderna.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.