
El neonazi Thomas Sewell fue arrestado horas después de irrumpir en la conferencia de prensa de la primera ministra del estado de Victoria, Jacinta Allan. Captura de pantalla: video de 10 News en YouTube. Uso legítimo.
El domingo 31 de agosto de 2025 hubo varias protestas en toda Australia contra la inmigración que causaron revuelo porque los organizadores permitieron que varios conocidos neonazis hablaran en algunas de las marchas. Los organizadores de la Marcha por Australia recibieron críticas por haber dado una plataforma a grupos de la extrema derecha y neonazis.
Algunos de los neonazis no se limitaron a dar discursos. En Melbourne, el sitio de protesta indígena Camp Sovereignty fue atacado y cuatro personas resultaron heridas. Siete hombres fueron acusados por el ataque, incluido al líder neonazi Thomas Sewell, que enfrenta 25 cargos y a quien se le ha negado la posibilidad de libertad bajo fianza. Sewell fue uno de los oradores en la manifestación de Melbourne. En este video de ABC en YouTube se puede ver su discurso (a partir del minuto 3:40):
En la calle Spencer Street End, Daniel James trazó una sombría comparación con el trato que recibieron los pueblos indígenas durante la colonización:
It had all the hallmarks of a massacre apart from the body count. An Aboriginal camp at dusk on the edge of town, most of its custodians elsewhere, only a few left to defend it. Out of the chilled evening gloom, a menace of figures, dressed in black, emerged to commit a planned attack steeped in hate. To claim something that was not theirs by destroying it; an act of terrorism. A scene played out hundreds of times since invasion.
Tuvo todas las características de una masacre, salvo por la cantidad de víctimas. Un campamento aborigen al anochecer, en las afueras de la ciudad, la mayoría de sus custodios ausentes, muy pocos quedaban a defender el campamento. En medio de la noche fría, emergieron unas figuras vestidas de negro, listas para cometer un ataque planeado y profundamente cargado de odio. Reclamar algo que no es suyo y destruirlo es un acto de terrorismo. Una escena que se ha repetido cientos de veces desde la invasión.
La primera ministra del estado de Victoria, Jacinta Allen, calificó a Sewell y a sus seguidores de “matones” después de que interrumpieran su conferencia de prensa el martes, tras las manifestaciones.
En Substack, el conocido comentarista Tim Dunlop expresó una preocupación que también tienen muchos otros australianos:
It is hard not to feel heartsick watching a bunch of neo-Nazis marching around our cities and towns, as they did on the weekend. Whether their performance achieved anything positive for their cause is doubtful, but even if all they are doing is preaching to the converted rather than recruiting new supporters, you still hate to see them out there.
Es difícil no sentirse abatido al ver que unos cuantos neonazis marchan por nuestras ciudades y pueblos, como sucedió este fin de semana. Es dudoso que su actuación haya logrado algo positivo para su causa, pero aunque lo único que hagan sea predicar a sus simpatizantes en lugar de reclutar nuevos adeptos, aún así es detestable verlos por ahí.
Los académicos Callum Jones, investigador asociado en la Universidad de Deakin, y Kurt Sengul, investigador principal en comunicación de la extrema derecha en la Universidad de Macquarie, analizaron las tendencias globales en personas de extrema derecha que son alentadas a hablar públicamente, incluido el rol de las redes sociales:
These movements increasingly see themselves as united by shared concerns over the defence of so-called ‘Western Civilisation’, opposition to mass immigration, the preservation of white identity, and beliefs in conspiratorial narratives such as the Great Replacement theory.
And this transnational growth wouldn’t be possible without the proliferation of social media in recent years.
Estos movimientos cada vez se ven más unidos por preocupaciones en común sobre la defensa de la autodenominada «Civilización Occidental», la oposición a la inmigración masiva, la preservación de la identidad blanca, y las creencias en las narrativas conspirativas, como la Teoría del Gran Reemplazo.
Y este crecimiento internacional no sería posible sin la proliferación de las redes sociales en los últimos años.
La Corporación Australiana de Difusión (conocida como ABC) ha estado investigando las conexiones locales con grupos de extrema derecha en otras partes del mundo:
A large cache of leaked private messages has revealed how Australian Neo-Nazi groups took inspiration from their counterparts overseas.
Australia's largest Neo-Nazi group — the National Socialist Network — has been following a far-right playbook as it seeks to position itself as a political movement for Australians with fringe views.
Se ha filtrado gran cantidad de mensajes privados que revelan cómo los grupos neonazis australianos se inspiraron de sus contrapartes internacionales.
El mayor grupo neonazi de Australia —la Red Nacional Socialista— ha estado siguiendo al pie de la letra el manual, ya que busca posicionarse como un movimiento político para Australia con ideas marginales.
Denis Muller, investigador principal en el Centre for Advancing Journalism de la Universidad de Melbourne, reconoció que las manifestaciones…
…were in part anti-immigration, and it was clear from the coverage that some, perhaps most, people joined in because they were genuinely opposed to immigration for reasons not connected with race, but to do with issues such as housing.
…eran en parte contra la inmigración, y estaba claro por la cobertura noticiosa que algunos, quizás la mayoría de quienes participaron porque realmente se oponían a la inmigración por motivos no relacionados con la raza, sino por cuestiones, como vivienda.
Sin embargo, argumentó que:
…the leadership of the Melbourne rally was provided by the National Socialist Network, a neo-Nazi organisation, and it became clear as events unfolded, especially in Melbourne and Sydney, that the terms ‘anti-immigration’ and ‘March for Australia’ were merely a smokescreen.
…los organizadores de la manifestación en Melbourne estuvieron a cargo de la organización neonazi National Socialist Network, y quedó claro a medida que se desarrollaban los hechos, especialmente en Melbourne y Sídney, que los términos “antiinmigración” y “Marcha por Australia” eran simplemente una cortina de humo.
Al otro lado del mar de Tasmania, en Nueva Zelanda, el primer ministro Christopher Luxon describió a Thomas Sewell como “un ser humano bastante detestable” y no deseaba verlo deportado de regreso a Nueva Zelanda, su país de nacimiento. Sewell tiene doble ciudadanía, australiana y neozelandesa.
Las manifestaciones se realizaron apenas una semana después de la acción nacional contra la guerra en Gaza, el 24 de agosto. Así estaba el puente del puerto de Sídney desde un tren, tres semanas antes, cuando aproximadamente 100,000 personas marcharon en apoyo al pueblo palestino:
Mientras tanto, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, intentó ponerse en contacto con algunos de quienes asistieron a las marchas, pero fue criticado por un compañero diputado laborista.
El exministro laborista Ed Husic ha reprochado la afirmación de Anthony Albanese de que “personas buenas” asistieron a las manifestaciones contra la inmigración de septiembre pasado, y dijo: “Todavía no he visto un fascista bueno”. Ed Husic fue el primer musulmán elegido para el Parlamento federal en 2010.
En Mastodon, Peter estuvo totalmente de acuerdo con la opinión de Husic:
Husic critica la afirmación del primer ministro de que «buena gente» asistió a las manifestaciones de Marcha por Australia, mientras que Nampijinpa Price se retracta de su declaración sobre la inmigración.
Existe preocupación por el sentir contra la inmigración contra la comunidad india, mientras los políticos de la Coalición cruzan el hemiciclo para apoyar la moción derrotada de Pauline Hanson.
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Dejemos algo absolutamente claro: NO existen racistas ‘buenos’ y NO hay neonazis ‘buenos’, ninguno, nunca.Difundir odio, violencia, racismo, temor, etc. NO son acciones de personas ‘buenas’, y si el primer ministro no puede entender esto, necesitamos otra elección.
Husic critica la afirmación del primer ministro de que «buena gente» asistió a las manifestaciones de Marcha por Australia.
Parlamentarios federales conservadores también se vieron atrapados en las consecuencias de la Marcha por Australia, incluidos dos que habían apoyado las manifestaciones. A Bob Katter, miembro de la Cámara de Representantes, se le llamó la atención por hablar a través de un megáfono neonazi durante la marcha en Townsville.
Antes, había enfrentado una condena generalizada por amenazar físicamente a un periodista que había mencionado el origen libanés de Katter en una conferencia de prensa. El medio Greek Herald informó que el diputado ha vuelto a repetir su amenaza.
En BlueSky, este emitió un juicio severo sobre la conducta de Katter:
Bob Katter threatened to punch a journo for mentioning his Lebanese heritage, called it racist, then days later speaks at a March for Australia rally in Townsville using a Nazi-rune megaphone. That’s not eccentric, that’s cognitive decline. An MP this senile is unfit to serve #auspol
— Patrick Gilligan (@rainingbear.bsky.social) 2025-09-01T06:32:09.627Z
Bob Katter habla en la marcha en Townsville con un megáfono adornado con runas asociadas con la ideología neonazi.
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Bob Katter amenazó con darle un puñetazo a un periodista por mencionar su ancestros libaneses, lo llamó racista, y días después habla en la Marcha por Australia en Townsville con un megáfono con runas nazis. No es excéntrico, es deterioro cognitivo. Un parlamentario así de senil no está apto para el cargo.
Por su parte, Jacinta Nampijinpa Price, senadora opositora del Partido Liberal, provocó gran revuelo al afirmar que el gobierno laborista estaba trayendo inmigrantes indios para aumentar su base de votantes. Después se retractó sus comentarios, los calificó de “error”. Sin embargo, Price no se disculpó, lo que enojó a algunos de sus colegas del Partido Liberal.
Finalmente, un artículo explicativo en The Guardian intentó presentar las cifras reales de inmigración en Australia, y refutó las afirmaciones hechas en las manifestaciones. Floofy publicó su artículo en BlueSky, pero la respuesta de Mike Funnell destacó lo inútil que podría ser esta perspectiva:
They won’t let your facts get in the way of their feelings 🙄
— Mike Funnell (@mikefunnell.bsky.social) 2025-09-02T01:23:51.873Z
They won’t let your facts get in the way of their feelings 🙄
Finalmente, tanto los medios tradicionales y los nuevos deben considerar cómo informan las noticias sobre grupos de extrema derecha, como neonazis y supremacistas blancos, sin darles una plataforma para difundir su ideología y desinformación, ni para facilitar su reclutamiento. Un pódcast de The Guardian trató este tema. El debate realmente comienza en el minuto 8:38 de la versión en video:






