
Periodista Esther informa desde uno de los lugares de conflicto más peligrosos del mundo. Foto de Exile Hub. Usada con autorización.
Exile Hub es uno de los socios de Global Voices en el Sudeste Asiático, surgido en respuesta al golpe de Estado de 2021 en Myanmar. Se dedica a fortalecer periodistas y defensores de derechos humanos. Reproducimos este artículo con ediciones en virtud de un acuerdo de asociación de contenidos.
La mayoría se pasa la vida huyendo del peligro. Esther corrió a su encuentro.
Tras encontrar refugio en Australia bajo la protección del ACNUR, tomó la audaz decisión de regresar a la frontera entre Tailandia y Myanmar en 2023 para continuar su labor periodística. Ahora, en 2025, informa desde una de las zonas de conflicto más peligrosas de Myanmar, a menudo bajo fuego, a menudo incierta sobre el mañana. Y sin embargo, permanece inquebrantable.
En un mundo donde el silencio es seguridad, Esther elige la primera línea. Su arma es la verdad, y la empuña en nombre de quienes ya no pueden.
Un viaje a contracorriente
Esther nació en el estado de Mon en 1993, y nunca ha podido ignorar la injusticia.
“Nunca he podido mentirme a mí misma ni vivir en la miseria. Si algo no me parece correcto, tengo que enfrentarlo”, reflexiona.
Como muchos jóvenes en Myanmar, Esther inicialmente deambuló por diferentes trabajos, insegura de su vocación. Tradujo películas, trabajó como representante de ventas de viajes y turismo, y después fue funcionaria de relaciones públicas en una empresa coreana. Pero ninguno de estos roles se sentía adecuado.
“No podía quedarme donde me sentía atrapada o comprometida”, cuenta.
Su punto de inflexión llegó en 2018 cuando asistió a un curso básico de periodismo. “Ahí fue cuando me di cuenta de que escribir y expresar opiniones era lo que siempre me había encantado. Se sintió como en casa”. Después de que el curso terminó, consiguió su primer trabajo de periodismo en una casa de medios étnicos.
Cuando el golpe lo cambió todo
Para 2021, Esther estaba trabajando con un importante medio. Cuando ocurrió el golpe, su sala de redacción se trasladó al estado de Karenni, y Esther fue con ellos y continuó informando bajo condiciones peligrosas. Pero incluso después de escapar a Australia por seguridad, el llamado de la verdad fue más fuerte que la comodidad. En 2023, tomó la decisión de regresar.
Unos meses después de llegar a Tailandia, el Ejército hizo un anuncio desesperado. En febrero de 2024, el Ejército reactivó su ley de reclutamiento, exigió que los hombres de 18 a 35 años y las mujeres de 18 a 27 sirvieran en el Ejército. Evadir el servicio o ayudar a alguien a evadirlo podría llevar a cinco años de prisión.
“A medida que crecía la cantidad estas historias de reclutamiento, también aumentaba mi determinación de informar”, recuerda Esther. Pero trabajar como periodista independiente exiliada tenía sus propias luchas. Sin ingresos regulares y la constante necesidad de recursos, continuar su trabajo era un desafío. Fue entonces cuando solicitó la beca Voces Críticas 2024 de Exile Hub, y la recibió.
Testimonio en las primeras líneas
Esther comenzó a recopilar historias de los más afectados. Habló con jóvenes que habían huido de sus pueblos, temerosos de ser reclutados. También entrevistó a mujeres que habían visto que a sus hermanos y esposos se los llevaba el Ejército, con lo que las familias quedaban en la incertidumbre y la ansiedad sobre el destino de sus seres queridos.
En septiembre de 2024, publicó “No quiero que otros enfrenten lo que yo enfrenté: Historias de reclutamiento militar forzado”, en el que da voz a quienes el régimen quería silenciar.
Después tuvo otra publicación contundente, “Arrancados de sus camas, capturados en las calles: Los jóvenes de Myanmar se ven obligados a luchar en la guerra perdida de la junta”.
Hoy, Esther trabaja en las profundidades de una de las zonas de conflicto más volátiles de Myanmar, un lugar donde el sonido de los disparos y la amenaza de los ataques aéreos son constantes. A pesar de los riesgos, se siente satisfecha de presenciar la verdad directamente, documentarla e informar.
Esther es más que una periodista. Es un salvavidas para aquellos cuyos gritos se desvanecerían en la oscuridad. Y no importa el riesgo, seguirá escribiendo y seguirá informando, porque para ella, el silencio nunca es una opción.

Esther ha publicado historias sobre la ley de reclutamiento de la junta. Foto de Exile Hub. Usada con autorización.






