Mensajes en pleno huracán Melissa

The WhatsApp logo against ominous grey skies.

Imagen destacada creada con elementos de Canva Pro

El lunes 20 de octubre, Melissa, en aquel momento una tormenta tropical, recorría el Caribe central. La oficina meteorológica de Jamaica había emitido el comunicado de prensa para advertir de una severa alerta climática. Los pescadores deben prever “el deterioro” de las condiciones del mar, y para los lugareños, se vienen “periodos de fuertes lluvias y fuertes vientos borrascosos”. Justo una semana después, cuando el huracán Melissa se acercaba a la isla caribeña, era imposible acceder al sitio web de meteorología: “Demasiadas solicitudes”, indicaba el mensaje. “El usuario ha enviado muchas solicitudes en un determinado periodo”.

Pero yo sé lo que está sucediendo en tierra en Jamaica gracias al servicio de mensajería preferido en el Caribe, WhatsApp. Incluso desde ese comunicado inicial de la prensa, he estado con frecuencia en contacto con familia y amigos, incluidas Emma LewisCandice Stewart, apreciadas colaboradoras de Global Voices. Usualmente, el aplicativo de mensajería es un medio rápido y conveniente para estar en contacto. Bajo una amenaza de desastre natural, es una vía  de escape.

Silhouette of trees against an orange sunset framed by dark grey clouds.

A la espera de Melissa. Fotografías de Emma Lewis, usadas con autorización.

Para el martes 21 de octubre, pudimos ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Mientras Emma publicaba fotografías de un “amanecer extraordinario” frente a “nubes negras en el horizonte” y se aseguraba de decir que no usaba filtros, solo su iPhone, el Parlamento de Jamaica estaba en un alboroto, la oposición salía del lugar seguida de un acalorado debate sobre preparación para los huracanes. Después, el Gobierno brindó conferencias de prensa para dar a conocer el despliegue del plan de preparación para el desastre nacional.

Mientras tanto, al enviar una colorida captura de pantalla desde WeatherNerds.org en nuestro chat, Emma bromeó: “Yo creo que todos estos garabatos significan…¡¡AYUDA!!”. Para el viernes, había calificado la última predicción del Centro Nacional de Huracanes en Florida de «horrible”. El primer ministro, Andrew Holness, pronto declaró a Jamaica como “ una zona amenazada”, y emitió una una orden comercial para evitar el aumento de precios. La orden prohíbe a los comerciantes incrementar precios de bienes esenciales, como comida, agua, suministros médicos, artículos de cuidado personal, hasta materiales para construcción y equipo de emergencia.

El viernes 24 de octubre, cuando se preveía que Melissa se “intensificaría rápidamente”, la Oficina de Meteorología de Jamaica puso al país bajo advertencia de huracán. “¡Sí!”, reflexionó Emma. “Nerviosa ahora”. A lo que Candice replicó, “Estoy tratando de no alimentar los nervios o la ansiedad porque esto sería el colmo que eso pasara”.

De la experiencia del año anterior con el huracán Beryl, era obvio que, aunque Emma y Candice viven en el mismo país, sus vivencias con la misma tormenta eran muy diferentes. Emma vive en la capital, Kingston, que es mucho más urbana con infraestructura bien establecida, mientras Candice está en el interior, en el distrito de St. Catherine. Después del paso de Beryl, Candice no tuve acceso a agua canalizada en tuberías por bastante tiempo. En las primeras horas del martes 28 de octubre, Candice publicó: “Esa es toda el agua en las tuberías”. La tormenta no había llegado a tierra aún.

Así como sucedió con Beryl, Candice estaba preparada para irse a otro lugar rápidamente si era necesario. Como Emma advirtió, “Algunas zonas probablemente se inundarán. Más inundación costera…”, y Candice le recordó, “Estoy en el interior […] lejos de marejadas por el ciclón, pero temo que si [Melissa] continúa el camino que actualmente veo en el rastreador de tormentas Zoom Earth, estaré cerca de su centro cuando pase”. Recordó que Beryl casi “bordeó” Jamaica. “Este… ¡ayyy!”. De Melissa, no solo preocupa el tamaño y ruta de la tormenta, sino que se mueve muy lentamente. «Puede haber deslizamientos de tierra, Candice”, señaló Emma, preocupada. “Tratemos de no quedarnos mucho en esa posibilidad”, respondió. “Ya solo el estrés…”.

Como parte de la preparación para el huracán, Jamaica estuvo recibiendo equipos de técnicos en electricidad de Estados Unidos, Canadá y San Vicente y las Granadinas para asistir al Servicio Público de Jamaica, único proveedor de electricidad en la isla, para restablecer la energía eléctrica tras la tormenta. Después del huracán Beryl, algunas comunidades —en Jamaica y en el resto de la región— estuvieron sin energía eléctrica por meses.

El sábado 25 de octubre: Melissa fue elevada a categoría de huracán, a invitó a Candice a hablar en las primeras horas del domingo, “Luchamos seguir despiertos. Usualmente cuando esto sucede, escucho aves melancólicas afuera, o algunos chirridos de insectos o cualquier ruido que hagan. Algo para mezclar como ruido de fondo en mi cabeza… es silencio muerto. Estoy asustada”.

Emma replicó: “Nuestros sapos todavía están haciendo sonidos, pero aparte de eso, han estado callados todo el día, ni un soplo de viento. Pero mi amiga Carla me indica que es muy duro el clima ventoso en el este de Portland”. Una hora después de esa conversación, Melissa recibió categoría de tormenta categoría 3. “Da nervios”. Emma continuó. “Esta mañana está tranquila en Kingston, pero ha llovido sin parar desde anoche. En los distritos del este hay condiciones de tormenta”.

“Ha estado lloviznando en mi zona desde aproximadamente las 06:00 horas», respondió Candice. “No hay mucha brisa. Cielos oscuros. No he dormido desde la última vez que estuve por aquí. Sobretodo ansiosa 🫠”. Emma admitió haber “dormido realmente mal también. Llueve sin parar aquí, pero no hay viento aún. También está oscureciendo”. La ironía, como Candice señaló, era que “afuera parece uno de esos días lluviosos. Del que me gusta, especialmente cuando estoy en casa. Sin embargo, sabiendo qué hay detrás, todo esto realmente aumenta la presión”.

En los siguientes días, intercambiaron enlaces de guardianes del zoológico del país que estaban preparando las instalaciones para mantener a los animales a salvo, se admiraban de los emprendedores jamaicanos, que estuvieron usando WhatsApp para ofrecer sus servicios para trabajos de último minuto de reparación de techos, y recordar el paso del huracán Gilbert en 1988: “Fue caótico”, recuerda Emma. “La gente no estaba acostumbrada a los huracanes entonces (¡¡¡ahora sí!!!). Recuerdo haber hecho fila afuera de la fábrica de hielo en el centro para comprar un bloque de hielo. Sin energía eléctrica o agua por un tiempo. Sin embargo, lo superamos…”.

Con verdadero estilo caribeño, el humor también es parte del juego, o como dicen los jamaicanos indicaron: “Haz que los asuntos serios causen gracia”, incluso mientras se emitían órdenes de evacuación para algunas comunidades de alto riesgo. El lunes 27 de octubre, Candice informó, “los vientos han arreciado significativamente. Están rugiendo, literalmente. Sospecho que la energía eléctrica se irá pronto. Estoy bien. Ya comí, estoy cómoda pero alerta, y además mucho más descansada”.

“Hay mucho viento aquí”, respondió Emma, “pero no está aúlla fuerte aún. Casi no dormí (otra vez). Es categoría cinco”. La inundación pronto comenzó a afectar a algunas comunidades, y se “ha visto a algunos cocodrilos en zonas inundadas”. Candice añadió: “Y hay probabilidades de que otras especies endémicas, y animales, estarán por todas partes. No tengo que preocuparme por los cocodrilos, pero no me sorprendería ver serpientes. Recuerdo que después de Ivan, los cangrejos estaban todos sobre el porche”.

Sobre todo, los mensajes llenaron los espacios entre la espera, y Candice reflexionó, “1951 tormenta Charlie – categoría 3; 1988 tormenta Gilbert – nos golpeó como una de categoría 3; ”2025, tormenta Melissa – tal vez, categoría 5, tal vez, categoría 4. Con 37 años de diferencia y con impacto significativo. Una vez en una generación 🤷🏾‍♀️. Se siente como algo personal […] Dos años seguidos,  nuestro granero va a recibir un golpe”.

Según Emma, la Oficina de Preparación para Desastres y Manejo de Emergencias del país ha estado haciendo un trabajo extraordinario, con constante comunicación y actualizaciones de la Oficina de Meteorología en sus canales de redes sociales.

Antes de la tormenta, en Jamaica ya había habido tres muertos: dos por árboles caídos, uno por una descarga eléctrica, además de 13 heridos, sobre todo gente que cayó de escaleras o techos. Todos los centros de salud están cerrados, pero todos los principales hospitales de la isla continúan abiertos. Además, afuera hay más de 800 refugios dispersos a través del país, alrededor de 130 están operativos, y Candice supone que la cantidad aumente muy pronto. También se da asistencia psicosocial a los ciudadanos a través del Ministerio de Salud del país y, como se espera en la era de IA, en redes sociales proliferaron videos falsos del desastre cuando la tormenta se acercaba a la isla.

El martes 28 de octubre, fecha prevista para que el huracán tocara tierra, Candice actualizó el chat: “Afuera una explosión y todo cayó. El viento huracanado 😩😩😩😩 […] las ráfagas se intensifican”. Emma añadió: “El viento es ahora bastante feroz en Kingston y estoy escuchando un montón de ruidos extraños afuera. No hemos dormido nada. Ahora está lloviendo muy fuerte”. Al 28 de octubre, Emma, que usa energía solar, todavía tenía energía eléctrica; la electricidad de Candice se fue a las 09:47 horas, hora local. “Físicamente, me encuentro bien,” informó. “A salvo [pero] emocionalmente destrozada. Este viendo es inquietante”.

Temprano en la mañana, un boletín señaló que las condiciones continuarían “deteriorándose antes de tocar tierra”, como se esperaba que sucediera en algún momento de la tarde. Muchos mensajes de WhatsApp circularon por la región para pedir oraciones, señaló Candice: “Sé que lo superaremos. Así será, solo que no sé cómo”.

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