
Nick frente a un mural de Alexandros Grigoropoulos, joven de 15 años cuya muerte en un tiroteo policial en 2008 provocó disturbios en todo el país en Grecia, en Exarcheia, barrio ateniense contemporáneo conocido como centro de la cultura de la resistencia. Foto del autor, utilizada con autorización.
Nikos Tragganidas Posazennikov, más conocido como Nick, artista de terror radicado en Atenas, canaliza su indignación política en cómics que hacen frente a la corrupción gubernamental, el abuso autoritario y el abandono de los ciudadanos comunes. Nick viene de una familia políticamente comprometida, y se desanimó de seguir una carrera artística, aunque siguió su propio camino como artista de cómics, animador y músico.
Nos reunimos en Exarcheia, barrio autoproclamado de «clase trabajadora» que durante mucho tiempo ha estado en el centro de las protestas, la gentrificación y la resistencia cultural, para hablar sobre su educación, la política y su nuevo cómic, que pone a Exarcheia en el centro de la historia.
GV: ¿Qué te atrajo de la escritura de cómics y el trabajo artístico?
Nick: Like most artists I know, I grew up with comic books. Drawing was one of the first things I did, so it came naturally. Later, I leaned more toward music, but art was always part of my life, I even made comics for fun as a teenager.
When I entered high school, I had to decide what to study. My parents said, ‘You have to do something that makes money, a real profession.’ I tried, but it didn’t work for me. So I chose art full-time. At first, I thought I’d focus on illustration because it sells better. But I ended up back where I began, with comic books. I love writing, and I love drawing.
Nick: Como la mayoría de los artistas que conozco, crecí con los cómics. Dibujar fue una de las primeras cosas que hice, así que fue algo natural. Después, me incliné más hacia la música, pero el arte siempre fue parte de mi vida, incluso hice cómics por diversión cuando era adolescente.
Cuando entré a la secundaria, tuve que decidir qué estudiar. Mis padres dijeron: «Tienes que hacer algo que genere dinero, una verdadera profesión». Lo intenté pero no funcionó. Así que elegí el arte a tiempo completo. Al inicio, pensé en centrarme en la ilustración porque se vende mejor. Pero terminé de nuevo donde empecé, con los cómics. Me encanta escribir y me encanta dibujar.

Nick dibuja en las calles de Exarcheia y captura el espíritu del barrio. Foto del autor, utilizada con autorización.
GV: ¿Qué mensaje intentas transmitir con tu trabajo?
Nick: I started as a horror artist and didn’t expect my work to become so political. I always wanted to have a message, but early on, I didn’t know what direction to take because I was still learning how to draw.
Then Tempi happened, and I was furious. That was the first time I created a piece about a specific event. It was cathartic, I felt I was contributing to the broader conversation about these issues.
After October 7, 2023 [the start of Israel's ongoing war against Gaza], I created pieces about Palestine, and it snowballed from there. I still consider myself a horror artist, but now I focus on a different kind of horror; the horror of real life and the political landscape.
Nick: Empecé como artista de terror y no esperaba que mi trabajo se volviera tan político. Siempre quise transmitir un mensaje, pero al principio no sabía en qué dirección ir porque todavía estaba aprendiendo a dibujar.
Entonces sucedió lo de Tempi, y yo estaba furioso. Esa fue la primera vez que creé una obra sobre un acontecimiento específico. Fue catártico, sentí que estaba contribuyendo al debate más amplio sobre estos temas.
Después del 7 de octubre de 2023 [el comienzo de la guerra en curso de Israel contra Gaza], creé obras sobre Palestina, y a partir de ahí todo fue creciendo. Todavía me considero un artista de terror, pero ahora me centro en otro tipo de terror: el terror de la vida real y el panorama político.
El accidente del tren Tempi ocurrió en febrero de 2023 en Grecia, cuando un tren de pasajeros chocó de frente con un tren de carga, en el que fallecieron 57 personas y se convirtió en el desastre ferroviario más mortífero registrado en el país. El escándalo posterior expuso años de negligencia, corrupción y falta de fondos en los sistemas de seguridad ferroviaria de Grecia, lo que provocó indignación pública y consecuencias políticas.
GV: Cuando dices «terror» como tu estilo de arte, ¿a qué te refieres?
Nick: Empecé queriendo crear escenas aterradoras — tensión, sombras profundas, seres sobrenaturales — y eso sigue siendo parte de mi trabajo.
Pero ahora quiero mostrar la miseria de nuestra realidad y retratar el punto de vista de las víctimas, lo mejor que pueda. Cuando hablamos de cosas como la brutalidad policial o el genocidio, es fácil perder de vista a las personas individuales. Trato de captar sus emociones, sus rostros, sus reacciones. Eso es lo que impulsa el elemento de terror en mi trabajo actualmente.
Publicación de Νίκος Τραγγανίδας (@nick_tragg)
Feliz año también de mi parte.
El año 2024 fue muy malo, por razones personales y no personales. No puedo dejar de pensar en la situación que prevalece en el mundo, especialmente en Palestina, en este momento en que todos celebran y reciben un nuevo año mientras allí la gente es masacrada de las peores maneras. Y, evidentemente, esto no ocurre solo allí. Pero especialmente Palestina nos concierne, ya que Grecia participa directamente en este genocidio, y hay maneras de ayudar de forma concreta.
En general, veo algunas cosas relacionadas con cómo se discuten estos temas y cómo los afrontan los artistas del medio, que me han hecho reflexionar mucho, y por eso quiero hacer algo que tal vez debí haber hecho desde un principio.
Algo que no he aclarado es que el dinero que gano con mis obras relacionadas con Palestina y con los feminicidios va destinado a las causas correspondientes. Si me han visto en algún evento, lo sabrán, pero aquí, salvo en algunos casos, no lo menciono.
Sin embargo, ahora entiendo que es importante hacerlo público, porque creo que el arte que se relaciona con tragedias actuales, y que tienen víctimas a quienes podemos ayudar, no debe tener un carácter lucrativo.
Me incomoda mucho la idea de quedarme incluso con las monedas que gane por un dibujo hecho para apoyar a un pueblo que necesita hasta el último centavo que pueda recibir. Hay muchas formas de apoyar una causa y de ayudar, especialmente si expresas tu apoyo a través de tu arte.
Evidentemente, la ayuda económica no es lo único que cuenta, pero si alguien gana dinero con un arte de este tipo, creo que es bueno que al menos una parte de esos ingresos sirva para ayudar a las víctimas de la situación que lo inspiró.
Por eso, lo que haré será publicar en mis historias y en mis destacados los dibujos destinados a donaciones, y a qué causas se destinarán. También aceptaré pedidos de impresiones, ya que no sé cuándo volveré a participar en algún evento antes de mayo (de 2025), y aceptaré también sugerencias sobre a dónde podría enviar el dinero.
Nick da a conocer su trabajo para crear conciencia sobre las tragedias en Palestina, no solo la violencia en curso, sino también temas como el feminicidio y la explotación económica.
GV: ¿Cuál es el trabajo del que estás más orgulloso hasta ahora?
Nick: My latest comic ‘Vile Hunter.’
Back in high school, I loved the comic series ‘Hellblazer,’ which stars John Constantine, a British magician and exorcist. It combined supernatural horror with sharp political commentary, and I fell in love with it.
That inspired me to develop my own ideas. The first draft of ‘Vile Hunter’ was written back in high school; it was much less political then, mostly supernatural. Over time, it evolved into what it is now.
Nick: Mi último cómic, «Vile Hunter».
En la secundaria, me encantó la serie de cómics Hellblazer, protagonizada por John Constantine, mago y exorcista británico. Combinaba terror sobrenatural con una aguda crítica política, y me fascinó.
Eso me inspiró a desarrollar mis propias ideas. El primer borrador de «Vile Hunter» lo escribí cuando estaba en secundaria; en ese entonces era mucho menos político, en su mayoría sobrenatural. Con el tiempo, se convirtió en lo que es ahora.
Hice una pausa agradable durante unos días para no perder la cabeza, y volví otra vez a la oscuridad de la vida urbana. Evidentemente, una de las poquísimas veces que me voy de vacaciones, estalla casi una Tercera Guerra Mundial, pero así es la vida: no espera a nadie.
Por ahora, quiero hablarles de otra cosa.
El viernes 13 de junio de 2025 fue la primera presentación que hice de una obra mía.
En medio de la ansiedad y la incertidumbre, yo —junto con artista afines— nos reunimos en el jardincito de la calle Tsamadou, en Exarcheia, para conversar sobre arte, gentrificación, realidad urbana y para recordar a las mujeres que me inspirarán para siempre: Myrtia y Despina.
Vilehunter: «Las flores del dolor» transcurre en Exarcheia por muchos y significativos motivos, así que no podía haber encontrado mejor lugar para hacer su primera presentación.
Podría escribir un texto enorme sobre cuánto me conmovió aquella tarde, pero me limitaré a agradecer a las siguientes personas:
– Alexandros Aristópoulos, por su infinita ayuda en organizar este evento y su constante apoyo.
– Nikkazzan, por su perspectiva sobre cómo trasladar el paisaje urbano al cómic y por sus bellas palabras.
– Dominic Leontas, por las fotos que ven en la publicación y por compartir su mirada como fotoperiodista.
– Nikos Athanasiadis, que de la nada se convirtió en el encargado de la caja ese día, y fue una enorme ayuda y una compañía perfecta.
– Kon Kun Art, que grabó en video todo el evento y me ha ayudado mucho en general.
– Kabuki Lena Tizio, que contó su experiencia con las autoediciones en Grecia —a las que ayuda constantemente—, y le agradecemos mucho por eso.Y un último y enorme gracias quiero dárselo a mi público, recién ahora empiezo poco a poco a darme cuenta de que tengo.
Gracias por leer y por interesarse en Vilehunter y, en general, en mi trabajo. No se imaginan lo importante que es eso para mí.
Pronto anunciaré la fecha y el lugar de la próxima presentación, para quienes no pudieron venir a la primera o para quienes quieran conseguir el cómic.
¡Gracias por todo!
GV: Tu cómic combina el terror con la crítica social. ¿Qué te inspiró a tratar temas como el feminicidio y la violencia del Estado con este género?
Nick: In horror stories, ghosts usually exist because of a tragedy — a murder or an accident — and the solution is always to banish the ghost. But that felt empty to me. The systemic problems that led to the tragedy persist.
Take the common trope of a husband killing his wife, and she becomes a ghost. The story ends when the ghost disappears, but what about the femicide that caused it? I wanted to flip that and create a character who recognizes that to stop hauntings. You need to stop the injustices behind them: femicides, wrongful arrests, state violence.
Nick: En las historias de terror, los fantasmas generalmente existen por una tragedia, un asesinato o un accidente, y la solución siempre es desterrar al fantasma. Pero eso sentía que no tenía sentido. Persisten los problemas sistémicos que condujeron a la tragedia.
Piensa en el clásico marido que mata a su esposa, y ella se convierte en un fantasma. La historia termina cuando el fantasma desaparece, pero ¿qué pasa con el feminicidio que lo causó? Quería darle la vuelta a eso y crear un personaje que entendiera que, para acabar con las apariciones, hay que poner fin a las injusticias que las provocan: los feminicidios, los arrestos injustos y la violencia del Estado.
GV: Cuéntanos sobre este personaje principal.
Nick: His name is Mac. At first, I designed him as a kind of generic protester, unpolished and ordinary. People joked he looked like me, but, really, he’s more of an everyman, a politically aware but not deeply organized figure. He represents the many people who share radical ideas but feel intimidated by formal movements.
Nick: Se llama Mac. Al principio, lo diseñé como una especie de manifestante genérico, sin pulir y ordinario. Me bromeaban que se parecía a mí, pero, en realidad, es más bien un hombre común, una figura políticamente consciente, aunque no profundamente organizada. Representa a todas esas personas que expresan ideas radicales pero se sienten intimidadas por los movimientos formales.
GV: ¿Es un antihéroe?
Nick: Not exactly. He’s not perfect, but not because he’s morally gray; more because he’s unprepared. He reacts like most of us would: with fear, confusion, and even disgust. There’s a scene where he sees a magically mutilated corpse, and he throws up. He’s something audiences could relate to, not a stoic superhero.
Nick: No exactamente. No es perfecto, pero no porque sea moralmente ambiguo, sino porque no está preparado. Reacciona como la mayoría: con miedo, confusión e incluso disgusto. Hay una escena en la que ve un cadáver mágicamente mutilado y vomita. Es algo con lo que el público podría identificarse, no un superhéroe estoico.
GV: ¿Entonces no es un cómic de superhéroes?
Nick: Not at all. It’s a mystery horror with supernatural and comedic elements. Life is both terrifying and absurd. Sometimes you laugh, sometimes you’re scared. I wanted Mac to reflect that.
Nick: Para nada. Es un misterio de terror con elementos sobrenaturales y cómicos. La vida es a la vez aterradora y absurda. A veces te ríes, a veces tienes miedo. Quería que Mac reflejara eso.
GV: ¿Por qué elegiste Exarcheia como escenario de la historia?
Nick: I wanted to talk about police brutality and gentrification, two issues that affect me and most people around me. At first, I thought about setting it in my hometown, Korydallos, which is also a victim of gentrification but rarely discussed.
But when people hear ‘Exarchia,’ those two issues, police brutality and gentrification, immediately come to mind. So to make the story more accessible and set the tone, I chose Exarchia as the backdrop.
Nick: Quería hablar sobre la brutalidad policial y la gentrificación, dos cuestiones que me afectan a mí y a la mayoría de las personas que me rodean. Al principio, pensé en ponerlo en mi ciudad natal, Korydallos, que también sufre de gentrificación, pero rara vez se debate.
Pero cuando la gente escucha «Exarcheia», esos dos temas, la violencia policial y la gentrificación vienen inmediatamente a la mente. Así que para hacer la historia más accesible y marcar el tono, elegí Exarcheia como telón de fondo.
GV: Sin revelar demasiado, ¿cuál es el mensaje general detrás del cómic?
Nick: I wanted to show almost in a dark fairy-tale way how gentrification and police brutality rot a neighborhood from the inside.
The tagline is ‘The Flowers of Pain’ — intentionally so. These issues are deeply rooted. It’s not just about businesses closing or hotel and retail store chains opening; the entire mood of a neighborhood changes. Rents rise, it becomes unsafe or unaffordable for locals, and the original authentic way of life disappears.
I wanted to communicate that, but in a way that would reach people who might otherwise be turned off by overtly political language. Horror and supernatural mystery draw them in; then, they start to understand the deeper issues.
Nick: Quería mostrar, casi como en un cuento de hadas oscuro, cómo la gentrificación y la violencia policial deterioran un barrio desde adentro.
El lema es «Las flores del dolor», intencionalmente. Estos problemas están profundamente arraigados. No se trata solo de cerrar negocios ni de inaugurar cadenas de hoteles y tiendas minoristas; todo el estado de ánimo de un barrio cambia. Los alquileres aumentan, se vuelve inseguro o inasequible para los lugareños y el auténtico estilo de vida original desaparece.
Quería transmitir eso, pero de una forma que llegara a quienes de otro modo podrían verse desanimados por un lenguaje abiertamente político. El terror y el misterio sobrenatural los atraen; luego, comienzan a comprender los problemas más profundos.
GV: Con todo lo que está sucediendo en Grecia en este momento, ¿ves alguna esperanza para el futuro?
Nick: I think a politically engaged person has to hold on to hope, even when it feels almost impossible, because without hope there’s no reason to keep fighting.
There’s a chant we often use at protests that I really love: ‘Even if we lose, we keep fighting.’ That’s the point: we fight because we must, not because victory is guaranteed.
If I’m being realistic, I don’t expect things to get better in my lifetime, or in the lifetimes of many people I know. But that doesn’t mean we stop. If I can make life harder for the bosses, the cops, and the politicians who keep creating these problems, then I’ll keep doing whatever I can.
Nick: Creo que una persona políticamente comprometida tiene que aferrarse a la esperanza, incluso cuando se siente casi imposible, porque sin esperanza no hay razón para seguir luchando.
Hay un canto que a menudo usamos en las protestas que realmente me encanta: «Aunque perdamos, seguimos luchando». Ese es el punto: luchamos porque debemos hacerlo, no porque la victoria esté garantizada.
Si soy realista, no espero que las cosas mejoren en mi vida, o en la vida de muchos que conozco. Pero eso no significa que nos detengamos. Si puedo hacer la vida más difícil a los jefes, los policías y los políticos que siguen creando estos problemas, entonces seguiré haciendo todo lo que pueda.
GV: Si pudieras enviar un mensaje a otros en la lucha, ¿cuál sería?
Nick: Keep fighting.
Keep creating art. Art is a crucial part of resisting oppression — though sometimes even movements underestimate it. People often ignore articles or even photos and videos from real atrocities, because they’re too uncomfortable.
But art reaches them differently. I once spoke with an artist from Gaza who changed my perspective. You can see countless photos from Gaza, but one drawing by a Palestinian artist can communicate emotions more personal and direct.
That’s why I believe we must keep making art — make it as political as possible, promote artists, and never stop fighting.
Nick: Sigan luchando.
Sigan creando arte. El arte es una parte crucial de la resistencia contra la opresión, aunque a veces incluso los propios movimientos lo subestiman. A menudo, se ignoran artículos o incluso fotos y videos de atrocidades reales, porque son demasiado incómodos.
Pero el arte llega de otra manera. Una vez hablé con un artista de Gaza que cambió mi perspectiva. Puedes ver innumerables fotos de Gaza, pero el dibujo de un artista palestino puede comunicar emociones más personales y directas.
Por eso creo que debemos seguir haciendo arte: hacerlo lo más político posible, promover a los artistas y nunca dejar de luchar.

Nick trabaja en su boceto en las calles de Exarcheia. Foto del autor, utilizada con autorización.
Terminamos la entrevista y recorrimos Exarcheia mientras la noche se asentaba en el barrio. Había un peso silencioso en la convicción de Nick; una fe inquebrantable en el activismo político. Grecia enfrenta graves dificultades, pero a través de obras de arte político como las de Nick, el mundo puede comenzar a ver la realidad desde un ángulo diferente: uno formado por la solidaridad y la persistencia como ser político.







