El papel de Mozambique en impulsar el movimiento independentista de Timor Oriental

Manifestaciones en el campus de la Universidad Eduardo Mondlane, en Maputo, Mozambique, el 26 de septiembre de 1999, en la revista mozambiqueña Tempo, foto de Marisa Gonçalves. Usada con autorización.

Manifestaciones en la Universidad Eduardo Mondlane, en Maputo, Mozambique, 26 de septiembre de 1999, revista mozambiqueña Tempo, foto de Marisa Gonçalves. Usada con autorización.

Timor Oriental, en el Sudeste Asiático, y Mozambique, país de África oriental, están a unos 10,000 kilómetros de distancia, pero su historia está conectada de un modo poco común. Las dos excolonias portuguesas están unidas por una historia compartida de colonialismo y su solidaridad en la lucha por la independencia.

Global Voices conversó con Marisa Ramos Gonçalves, investigadora y docente del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, sobre la relación entre ambos países. Su investigación actual, «Historias transnacionales de solidaridad en el sur: Indagación sobre ‘otros’ saberes y luchas por derechos a través del océano Índico», se centra en Timor-Oriental y Mozambique. La entrevista fue por correo electrónico tras un encuentro presencial en junio, en Dakar, Senegal, en el ConFest «África Asia: un nuevo eje del conocimiento».

Marisa Ramos Gonçalves, presentación en el Centro Nacional Chega!, en Dili, Timor-Leste, 2023. Foto del CNC. Usada con autorización.

Marisa Ramos Gonçalves, presentación en el Centro Nacional Chega!, en Dili, Timor-Leste, 2023. Foto del CNC. Usada con autorización.

Filip Noubel (FN): ¿Qué factores motivaron a Mozambique a apoyar tanto a Timor Oriental en su lucha por la independencia?

Marisa Ramos Gonçalves (MRG): The new Mozambican state, which gained its independence in 1975 and was led by the Frelimo movement and President Samora Machel, lived by the principle of solidarity with all peoples oppressed by colonialism and economic imperialism. Demonstrative of this was the sentence proclaimed often by Machel: “While Timor-Leste is not an independent country, the independence of Mozambique will not be fulfilled.”

Besides being the base of Timor Leste's external resistance of Fretilin (Frente Revolucionária de Timor-Leste Independente) between 1975 and the mid-1980s, Mozambique was then a “safe haven” to exiled left-wing political activists from Chile and Brazil and members of several liberation movements, in particular in Southern Africa: the ANC from South Africa, ZANU from Zimbabwe, SWAPO from Namibia.

During its liberation struggle, Mozambique had also received support from Tanzania and other African nations, including the former colonies from Portugal, through CONCP (Conferência das Organizações Nacionalistas das Colónias Portuguesas). Timor-Leste was a territory in Asia; however, it had been connected for centuries to the African colonies through Portuguese imperial networks, and in the 1970s, these connections extended to the exchange of information on liberation from colonialism.

Marisa Ramos Gonçalves (MRG): El nuevo Estado mozambiqueño obtuvo su independencia en 1975 y estuvo conducido por el movimiento Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y el presidente Samora Machel. Vivía según el principio de solidaridad con todos los pueblos oprimidos por el colonialismo y el imperialismo económico. Una prueba es la frase que Machel proclamaba con frecuencia: «Mientras Timor Oriental no sea un país independiente, la independencia de Mozambique no estará cumplida».

Además de ser la base de la resistencia externa del Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin) entre 1975 y mediados de la década de 1980, Mozambique fue un «refugio seguro» para activistas políticos de izquierda exiliados de Chile y Brasil, y para miembros de diversos movimientos de liberación, en particular del sur de África: el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica, la Unión Nacional Africana de Zimbabue y la Organización del Pueblo de África Suroeste de Namibia.

Durante su propia lucha de liberación, Mozambique recibió apoyo de Tanzania y de otros países africanos, incluidas las excolonias portuguesas, a través de la Conferencia de las Organizaciones Nacionalistas de las Colonias Portuguesas (CONCP). Aunque Timor Oriental era un territorio en Asia; estuvo conectado durante siglos con las colonias africanas por las redes imperiales portuguesas. En la década de 1970 esas conexiones se extendieron al intercambio de información sobre la liberación del colonialismo.

Portada de la revista Tempo sobre las manifestaciones en Mozambique en apoyo a la independencia de Timor-Leste, 26 de septiembre 1999. Foto de Marisa Gonçalves. Usada con autorización.

Portada de la revista Tempo sobre las manifestaciones en Mozambique en apoyo a la independencia de Timor-Oriental, 26 de septiembre 1999. Foto de Marisa Gonçalves. Usada con autorización.

FN: ¿Cómo se manifestó ese apoyo y qué tan presente —o no— está el recuerdo de esa solidaridad en ambos países?

MRG: In my interviews, Mozambicans from several sectors of society shared memories of the solidarity with the independence cause in Timor-Leste. The support by the Mozambican government, led by the party Frelimo, extended also to civil society organizations and individuals (journalists, artists, academics), and is most manifest when seen through a web of personal relationships that was established then, in particular during the early period of Mozambican independence until the late 1980s. The Frelimo party provided support to the East Timorese Fretilin cadres who lived in Mozambique, particularly in university training, as well as in political and economic support. The Frelimo government encouraged all Mozambicans to donate a percentage of their salary, corresponding to one day of work, to the Solidarity Bank, to be given to independence movements and refugee groups, among them Fretilin. Also, there was significant coverage in the media. 

The focus of Frelimo's support for liberation movements was on training cadres for future independent countries, and this determination was shared with Fretilin’s leadership in the country. There was freedom for the students to choose their courses, and the government provided them with jobs in their areas of study. After obtaining their degrees, several East Timorese occupied positions in public institutions. The Mozambique government also provided land for the group to farm and raise cattle. This followed the socialist government principle of “fighting with our own means,” which aimed to instill the idea of self-sufficiency. 

Moreover, in the first decade of occupation, the support by the Portuguese-speaking African countries (PALOP) to the resolution voting initiatives at the UN assembly was crucial to keeping the Timor-Leste issue on the UN agenda. The PALOP brought the Timor-Leste occupation to debates at the Non-Aligned Movement, facing Indonesian and Indian opposition. They supported the East Timorese who lobbied in the UN, when Portuguese diplomats were attempting to drop the case, and the US, Canada, Australia, Japan, the European countries, the ASEAN bloc, and the Arab countries abstained from condemning the actions of Indonesia in the General Assembly yearly votes.

MRG: En mis entrevistas, mozambiqueños de varios sectores de la sociedad contaron recuerdos de la solidaridad con la causa independentista de Timor Oriental. El apoyo del Gobierno mozambiqueño, liderado por el partido Frelimo, también se extendió a organizaciones de la sociedad civil y a personas (periodistas, artistas, académicos), y se manifiesta claramente cuando se observa a través de una red de relaciones personales que se estableció entonces, en particular durante el período temprano de la independencia de Mozambique y hasta finales de la década de 1980. El Frelimo brindó apoyo a los cuadros de Fretilin de Timor Oriental que vivían en Mozambique, en especial en formación universitaria, además de apoyo político y económico. El gobierno de Frelimo alentó a todos los mozambiqueños a donar un porcentaje de su salario, equivalente a un día de trabajo, al Banco de la Solidaridad, para destinarlo a movimientos de independencia y grupos de refugiados, como Fretilin. También hubo una significativa cobertura de los medios.

La eje del apoyo de Frelimo a los movimientos de liberación estuvo en formar cuadros para futuros países independientes, y esa determinación la compartía la dirigencia de Fretilin en el país. Los estudiantes tenían libertad para elegir sus carreras, y el Gobierno les daba empleo en los rubros de sus estudios. Tras graduarse, varios timorenses ocuparon cargos en instituciones públicas. El Gobierno de Mozambique también cedió tierras al grupo para cultivar y criar ganado. Esto seguía el principio del gobierno socialista de «luchar con nuestros propios medios», que buscaba inculcar la idea de autosuficiencia.

Además, en la primera década de la ocupación, el apoyo de los países africanos de lengua portuguesa (PALOP) a las iniciativas de votación de resoluciones en la Asamblea de Naciones Unidas fue crucial para mantener a Timor Oriental en la agenda del organismo. Los PALOP llevaron la cuestión de la ocupación a los debates del Movimiento de Países No Alineados, pese a la oposición de Indonesia e India. Apoyaron a los timorenses que ejercían presión en Naciones Unidas, cuando diplomáticos portugueses intentaban retirar el caso, y cuando Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, los países europeos, el bloque de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y los países árabes se abstenían de condenar las acciones de Indonesia en las votaciones anuales de la Asamblea General.

FN: ¿Cómo ves que se encuentran o chocan distintos procesos de descolonización en este caso, dado que Indonesia se separaba de Países Bajos mientras Timor Oriental lo hacía de Indonesia? ¿Mozambique también intentó contrarrestar los relatos o la influencia de Indonesia en la arena global?

MRG: The decolonization processes occurred in different periods: Indonesia in 1945, Timor-Leste in 1975. Under the leadership of President Sukarno (1945–1967), Indonesia was one of the founding countries of the Non-Aligned Movement (NAM), whose first summit was held in Bandung in 1955, inspiring various liberation movements in Asia and Africa. However, General Suharto (1967–1998), who benefited from the support of Western powers, pursued a colonial project in East Timor (1975–1999) during the dictatorial New Order period, a situation that has been described as “third-world colonialism” or internal colonialism by some authors. The presence at the UN as well as the NAM summits were important fora where Mozambique, Angola, and the other Portuguese-speaking African nations exerted pressure on Indonesia. Their diplomatic action led to condemnatory resolutions against the Indonesian occupation of Timor-Leste. 

However, it should be noted that the East Timorese resistance movement was close to the Indonesian Pro-democracy movement, particularly the clandestine student movement that operated in the Indonesian cities. They organized demonstrations and foreign embassies occupations in the 1990s, which were instrumental in gaining international attention to human rights violations. The fall of the  Suharto regime in 1998 was decisive for the negotiations of an UN-sponsored referendum on the independence or autonomy within Indonesia.

MRG: Los procesos de descolonización ocurrieron en períodos distintos: Indonesia en 1945, Timor Oriental en 1975. Bajo el liderazgo del presidente Sukarno (1945-1967), Indonesia fue uno de los países fundadores del Movimiento de Países No Alineados, cuya primera cumbre fue en Bandung en 1955, e inspiró a varios movimientos de liberación en Asia y África. Sin embargo, el general Suharto (1967-1998), que se benefició del apoyo de potencias occidentales, impulsó un proyecto colonial en Timor Oriental (1975-1999) durante el período dictatorial del Nuevo Orden, situación que algunos autores describen como «colonialismo del Tercer Mundo» o colonialismo interno. La presencia en Naciones Unidas y en las cumbres del Movimiento de Países No Alineados fue fundamental como foros en los que Mozambique, Angola y otros países africanos de lengua portuguesa ejercieron presión sobre Indonesia. Su acción diplomática llevó a resoluciones condenatorias contra la ocupación indonesia en Timor Oriental.

Sin embargo, cabe señalar que la resistencia timorense estuvo cercana al movimiento prodemocracia indonesio, en particular al movimiento estudiantil clandestino que operaba en las ciudades de Indonesia. Organizaron manifestaciones y ocupaciones de embajadas extranjeras para atraer la atención internacional sobre las violaciones de derechos humanos. La caída del régimen de Suharto en 1998 fue decisiva para la negociación de un referéndum auspiciado por Naciones Unidas sobre independencia o autonomía dentro de Indonesia.

FN: ¿Cuál es el estado actual de las relaciones entre Mozambique y Timor-Leste? ¿Y por qué este largo episodio de relaciones África-Asia es tan poco conocido fuera del contexto de estos dos países?

MRG: East Timorese continue to receive scholarships to study in Mozambique. The bilateral relationship is not as intense as in the past, but it continues to be important. In my view, the lack of studies and knowledge in the literature about this chapter of East Timorese history highlights two sets of explanations.

One which is connected with competitive narratives about the recent history of the independence struggle and that are mobilized to gain political legitimacy, causing inter-party rivalries that gave rise to a serious political crisis in 2006. This is because a significant group of East Timorese who lived in Mozambique returned to the country when the country became independent and were part of the first government, run by Fretilin in the initial years. Since then, there has been competition between Fretilin and CNRT, major political parties affiliated with several sectors of the resistance movement, and also other parties.

The other set of reasons could be related to a broader structural feature of global modes of knowledge production: a hierarchy that places knowledge from the global south in the periphery, leading to the undervaluing of histories set in African countries, which are labeled as undeveloped, dictatorial, and Marxist. There is a dismissal of these movements as radical and communist. As historians Katherine McGregor and Vannessa Hearman put it, these histories are studied through the “lens of Cold War politics,” which defines “Afro-Asian solidarity as a contest between the Soviet Union and China for control of Asia and Africa.” However, this history shows that south-south solidarities, between Africa and Asia, were key to championing the defence of human rights and independence struggles.

MRG: Los timorenses continúan recibiendo becas para estudiar en Mozambique. La relación bilateral no es tan intensa como antes, pero sigue siendo importante. A mi juicio, la falta de estudios y conocimiento en la literatura sobre este capítulo de la historia timorense destaca dos grupos de explicaciones.

Uno está vinculado a relatos en competencia sobre la historia reciente de la lucha por la independencia, que se movilizan para obtener legitimidad política, y que causaron rivalidades interpartidarias que desembocaron en una grave crisis política en 2006. Esto se debe a que un grupo significativo de timorenses orientales que vivieron en Mozambique regresó al país cuando se independizó y formó parte del primer gobierno, que estuvo dirigido por Fretilin en los primeros años. Desde entonces, ha habido competencia entre Fretilin y el Congreso Nacional para la Reconstrucción de Timor, los principales partidos políticos vinculados con varios sectores del movimiento de resistencia, además de otros partidos.

El otro conjunto de razones podría relacionarse con una característica estructural mayor de los modos globales de producción de conocimiento: una jerarquía que ubica el conocimiento de los países menos desarrollados en la periferia, lo que lleva a subvalorar historias situadas en países africanos, clasificados como subdesarrollados, dictatoriales y marxistas. Se descartan estos movimientos por radicales y comunistas. Como señalan las historiadoras Katherine McGregor y Vannessa Hearman, estas historias se estudian a través del «lente de la política de la Guerra Fría», que define la solidaridad afroasiática como una competencia entre la Unión Soviética y China por el control de Asia y África. Sin embargo, esta historia muestra que las solidaridades sur-sur, entre África y Asia, fueron fundamentales para impulsar la defensa de los derechos humanos y las luchas por la independencia.

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