Nací en la Ciudad de México, a la que amo y odio como buen chilango. Me gusta leer, escribir, conocer gente, dar terapia con reiki y la comida sabrosa. Desde que tengo memoria he sentido una inclinación por aprender lenguas. Mi gusto por la traducción se dio por añadidura. Me parece que quienes se dedican a la traducción cumplen con una función social muy importante: establecer vínculos, generar comunicación. Creo en el acercamiento de las culturas, en la divulgación de los saberes. Como dijera Machado: “En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da.”
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La comunidad lucha para proteger un apreciado manglar en Cancún, México
"La gente, especialmente los jóvenes, están tratando de salvar el manglar. El gobierno nos mintió. La destrucción que dejaron es una desgracia".