La revolución de los paraguas en Hong Kong

Protesters used umbrellas to shield tear gas. Photo from Facebook group: Hong Kong Demo Now,

Manifestantes usan paraguas para protegerse del gas lacrimógeno. Fotografía del grupo de Facebook: Hong Kong Demo Now

La policía hongkonesa ha desalojado todas las zonas de protesta de Occupy Central, un movimiento que lleva meses exigiendo mediante sentadas verdaderas elecciones democráticas en la ciudad.

Pero en el distrito comercial de Mong Kok, los manifestantes no se han rendido a pesar de que la policía anunció que ya no podían permanecer allí. Miles de personas empezaron a pasear por el área, normalmente congestionada, en una “protesta de las compras” pacífica.

La policía ha tratado de reprimir la táctica arrestando a los participantes, lo que no es novedad para Occupy Central: desde que comenzaron las protestas el 27 de septiembre de 2014, 955 manifestantes y simpatizantes de las protestas han sido detenidos. A los activistas de derechos humanos les preocupa que la policía de Hong Kong se enfoque en activistas jóvenes, que son más vulnerables a las amenazas y puede que no sean conscientes de sus derechos legales.  Durante el fin de semana del 13 y 14 de diciembre, agentes de la policía detuvieron a 14 menores.

Los manifestantes de Occupy previamente han resistido los violentos intentos de la policía de desalojar sus campamentos usando gas lacrimógeno y gas pimienta  esfuerzos de la policía con la ayuda de paraguas, lo que llevó a que los medios internacionales denominen al movimiento la “revolución de los paraguas.” El movimiento también ha sufrido presiones políticas e intimidación de Hong Kong y de las autoridades de China continental.

El movimiento pro-democracia en Hong Kong ciertamente se ha venido preparando durante meses para este momento en caso que su demanda de elecciones libres no encuentre respuesta. Beijing le ha prometido a Hong Kong, una región administrativa especial de China, sufragio directo por primera vez para la elección de su próximo líder en 2017, pero perjudicó el desarrollo democrático al imponer como requisito que todos los candidatos deban obtener respaldo de la mayoría del comité a cargo de las nominaciones, repleto de miembros pro-Beijing, para estar habilitados de participar en las elecciones.

Los funcionarios de China continental dieron a conocer la decisión a fines de agosto de 2014. Pero incluso antes de que el marco previsto por China para la reforma electoral en Hong Kong fuera anunciado, Beijing insistió en que el «amor por el país» era un requisito para el jefe del ejecutivo y que un comité encargado de nominar a los candidatos debe ser parte del proceso, para la alarma de muchos hongkoneses. Hong Kong, una ex colonia británica, se supone que goza de cierto grado de autonomía de China continental bajo el principio «un país, dos sistemas», pero un libro blanco difundido por el gobierno de Beijing en junio de 2014 pareció inferir que los funcionarios chinos han hecho una interpretación libre de lo que significa la autonomía.

El grupo detrás de la sentada, Occupy Central with Love and Peace, organizó un referéndum extraoficial a principios del verano para conocer la opinión de los ciudadanos sobre la materia. Aproximadamente 800,000 personas firmaron el referéndum, que incluyó tres escenarios electorales diferentes — todos ellos permitían a los hongkoneses elegir a los candidatos.

El 1 de julio, en el aniversario del traspaso de la ex colonia británica Hong Kong a China en 1997, medio millón de personas marcharon por las calles de Hong Kong. Esta fecha se ha convertido en un día tradicional de protestas exigiendo sufragio universal, democracia y autonomía de China. Más tarde ese mismo día Occupy Central organizó un ensayo pacífico de la sentada, y el evento terminó con más de 500 detenidos acusados por la policía de participar en una asamblea ilegal y de impedir que los oficiales cumplieran con su deber.

Grupos de activistas estudiantiles lanzaron un boicot a las clases a fines de setiembre para continuar la lucha por las elecciones democráticas del jefe del ejecutivo e impulsaron la sentada de Occupy Central, que estaba planeada para una fecha cercana al Día nacional chino, el 1 de octubre. Miles de personas se reunieron en el centro de Hong Kong y se desataron violentos enfrentamientos el 27 de setiembre.

Occupy Central puso en marcha su sentada planeada el día siguiente y los participantes pronto tuvieron que enfrentar los bastones de la policía, gas lacrimógeno y gas pimienta mientras conservaban sus posiciones en el terreno.

Los grupos pro-gobierno han tratado de competir con la movilización pro-democracia, sin éxito significativo. El gobierno de Beijing, mientras tanto, ha presentado el comité de nominaciones como una novedosa solución para mantener la democracia al estilo chino.

Pero el asunto es más serio que una simple batalla de relaciones públicas. Los funcionarios de China continental han manifestado que evaluar a los candidatos de Hong Kong según su respaldo por el Partido comunista chino es un asunto de seguridad nacional y algunos hongkoneses temen que las protestas pro-democracia podrían resultar en la violenta intervención militar de Beijing como sucedió en 1989 con las protestas de la plaza Tiananmen, cuando hubo centenares de víctimas fatales a causa de la violenta represión.

La presión sobre aquellos que se expresan está creciendo. Un popular sitio de noticias pro-democracia, The House News, cerró el 26 de julio; su fundador dijo que estaba “aterrado” por la atmósfera política imperante en Hong Kong.

Los manifestantes pro-democracia creen que su futuro está en juego y el gobierno chino piensa lo mismo. No pierda de vista Global Voices para mantenerse al tanto de los últimos acontecimientos del movimiento Occupy Central.

Todas las páginas