¿Servicio para miles de millones? Los derechos humanos en la era de Facebook

Manifestantes de la universidad de Dacca (Bangladés) durante los cortes de medios sociales de 2015. El cartel dice: «¿Cuántas excusas más? Reabran Viber, Messenger, WhatsApp y Facebook YA”. Foto de Zaid Islam, utilizada con autorización.

Este artículo se basa en historias escritas originalmente por Fernanda Canofre, Sahar Habib Ghazi, Ellie Ng (para Hong Kong Free Press), Dalia Othman, Inji Pennu y Thant Sin.

Durante los levantamientos árabes de 2011, Facebook demostró ser el catalizador tecnológico más poderoso para la libertad de expresión y la movilización democrática que el mundo había visto. Aunque no fue la causa directa de los levantamientos, fue un conductor esencial para su propagación.

En ese mismo año, el número de usuarios de Facebook en África, Asia, Latinoamérica y Oriente Medio (es decir el «Sur Global») sobrepasó el número de usuarios en Europa y Norteamérica. Desde ese momento, se convirtió en una auténtica plataforma global, a pesar de ser una empresa estadounidense.

En ese momento se hizo evidente que Facebook ─junto con muchas otras plataformas de medios sociales─ pueden servir como una herramienta para que los ciudadanos hablen claro y defiendan sus derechos. Pero los Gobiernos también se dieron cuenta de que los medios sociales podían responder a su propio interés y beneficio, desde vigilar las actividades y comportamientos a promover campañas o ideologías políticas.

Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Facebook, en la conferencia F8 de Facebook. Foto de pestoverde en Flickr (CC BY 2.0).

La comunidad de Global Voices conoce muy bien esta dinámica. Como comunidad de escritores y activistas, nos hemos enfrentado a censura, acoso y amenazas directas a causa de nuestro activismo en Facebook desde los primeros tiempos de la plataforma. Hemos escrito sobre esas experiencias durante más de una década, y hemos realizado investigaciones especiales en productos de Facebook, entre ellos Instagram y Free Basics.

También sabemos que para Facebook, y para cualquiera que pretenda entender cómo interactúan las políticas y las plataformas tecnológicas con la libertad de expresión, la privacidad y los derechos políticos, la experiencia pasada es muy instructiva.

Queremos echar un vistazo a algunos de nuestros artículos más influyentes sobre el discurso del odio, el acoso y la censura política en la red social más grande del mundo.

Encontrarás una lista completa de historias pasadas en nuestro archivo de artículos sobre Facebook.

Mujeres de Kerala protestan en solidaridad con las jóvenes violadas y linchadas en Uttar Pradesh (India). Foto de Sthreekoottayma, utilizada con autorización.

Para los activistas indios, dar su nombre real puede tener consecuencias en la vida real

En 2015, una activista del sur de India vio que su cuenta en Facebook era suspendida después de haberse convertido en el blanco principal de una campaña de acoso sexual y amenazas violentas en esa red social. Alguien la denunció por violar la política de «identidad real» (o «nombre real») de la empresa. Sin advertencia previa, su cuenta fue clausurada instantáneamente, y solo podía recuperar el acceso enviando a Facebook su identidad oficial. A falta de otras opciones, lo hizo así.

Facebook reabrió su página con su nombre completo, incluido su nombre de casta. Nunca había utilizado su nombre de casta en su página de Facebook ni en ningún otro lugar donde utilizara una identidad pública. Esta revelación la dejó todavía más expuesta y sujeta a acoso que antes.

Junto con una coalición de grupos de derechos digitales y LGBT, Global Voices escribió una carta conjunta a Facebook en la que se señalaban los diversos problemas que planteaba este caso, como el abuso de los sistemas de Facebook, y la falta de sensibilidad cultural de la empresa sobre la cuestión de lo que constituye un «nombre real» o una «identidad auténtica».

Actualmente, las cuentas ya no pueden suspenderse de forma instantánea por una sola denuncia de infracción de la política de identidad auténtica. Pero a la compañía le queda un largo camino para resolver la cuestión de cómo respetar la naturaleza humana de los usuarios que no son conocidos por sus nombres legales.

Esta labor nos enseñó mucho sobre las complejidades de la identidad en internet. ¿Cómo puede determinar una tecnología quién es una persona «real»? ¿Cómo pueden tomar forma ideas como ciudadanía y nación en la red, sobre todo cuando entran en el juego disputas territoriales y étnicas?

Nuestra cobertura de Palestina e Israel toca regularmente estas cuestiones, dentro y fuera de internet.

Palestina: Discurso del odio y digitalización de la ocupación

Durante la guerra de 2014 en Gaza, una página de Facebook llamada «Hasta que nuestros chicos vuelvan – mataremos a un terrorista cada hora» se hizo tremendamente popular. En la página aparecían comentarios en hebreo que exigían actos violentos contra palestinos y árabes, hasta uno que pedía «quemar Gaza» y «matar a los árabes».

A pesar de los numerosos informes de abuso presentados oficialmente por usuarios de Facebook, la página fue clausurada solamente tres semanas. Cuando los autores de Global Voices hablaron sobre el tema con empleados de Facebook, estos no se refirieron directamente a la página en cuestión, sino que se limitaron a reiterar su compromiso con las normas de la comunidad.

Desde entonces hemos visto una cobertura periódica de reuniones entre empleados de Facebook y representantes del Gobierno israelí. La poca información de la que disponemos nos hace temer que Facebook podría estar aplicando un doble rasero a favor del Gobierno de Israel. A estos temores también ha cotribuído el rápido aumento de los arrestos de usuarios de Facebook árabes y palestinos por sus comentarios.

Una popular ilustración que compara la perspectiva internacional del conflicto con la realidad. Captura de pantalla de Twitter, 4 de septiembre.

En Myanmar, Facebook debería «centrarse en el contexto, no en el código’

En Myanmar, las redes de medios sociales del país estallaron en discursos de odio, fotos de noticias falsas y narrativas racistas cuando el Ejército nacional se enfrentó al Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán en agosto de 2017 y lanzó una «operación de limpieza» en varias localidades del estado de Rakáiny forzó a cientos de miles de musulmanes rohinyá a huir del país.

Durante ese tiempo se propagó gran cantidad de propaganda contra los rohinyá en línea. Los rohinyá y quienes intentaban protegerlos sufrieron amenazas violentas directas en Facebook. Como se ha comentado ampliamente desde las audiencias de Zuckerberg, cuando los grupos birmanos de la sociedad civil pidieron a Facebook que los ayudara y retirara esos comentarios amenazantes, la empresa fue sumamente lenta a la hora de reaccionar.

Una de las tácticas que Facebook intentó desarrollar en el país fue una técnica de censura automática que eliminaba todos los comentarios que contenían la palabra «kalar» ─o ကုလား en alfabeto birmano─, término utilizado por ultranacionalistas y fundamentalistas religiosos para atacar a los musulmanes en Birmania. Los usuarios birmanos descubrieron esta táctica cuando se dieron cuenta de que todo comentario que contuviera la palabra, incluidos los que discutían su uso y los que contenían palabras con esa cadena de caracteres ─por ejemplo, «kalarkaar», que significa «cortina»─ se habían borrado y etiquetado como discurso del odio.

En respuesta, Thant Sin, de Global Voices, escribió: «En lugar de limitarse a censurar la palabra kalar’, Facebook debería haber revisado y aprendido de otras iniciativas que buscan combatir el discurso del odio en línea en Myanmar centrándose en el contexto, no en el código».

Censura de Tiananmén: Activismo de Facebook en Hong Kong

La «Región Administrativa Especial» de Hong Kong representa otro complejo territorio en lo que respecta al control del discurso en medios sociales. Mientras el Gobierno de China continental utiliza un agresivo régimen de censura en el que Facebook está totalmente bloqueado, la red es accesible y popular en Hong Kong, sobre todo entre los activistas en favor de la democracia.

La diferencia entre estos territorios se pone a prueba regularmente cuando los ciudadanos intentan debatir temas políticamente sensibles. La masacre de estudiantes que manifestaban en la plaza Tiananmén de Pekín en 1989 podría estar entre los de mayor duración.

En 2017, nuestros socios de Hong Kong Free Press publicaron con nosotros un atrículo sobre Fung Ka Keung, uno de los líderes del sindicato de profesores de Hong Kong, que creó un marco temporal para las fotos del perfil en conmemoración de la matanza de estudiantes en Tiananmén en 1989.

Fung Ka Keung (derecha) y el marco para fotos de perfil del 4 de junio. Foto: Fung Ka Keung/HK Alliance, en Facebook.

En menos de 24 horas, Fung Ka Keung recibió una notificación de Facebook que le informaban que su marco había sido rechazado por incumplir los términos y condiciones de la empresa. En su mensaje a Fung, Facebook explicaba que el marco «denigra, amenaza o ataca a una persona, entidad legal, nacionalidad o grupo concretos».

Después de que los medios locales informaran del incidente, el gigante de los medios sociales emitió una disculpa y aprobó el marco original. ¿Por qué rechazó Facebook el marco? Muchos internautas especularon con la posibilidad de que no se tratara de un simple error, sino un intento de doblegarse ante China, donde Facebook está bloqueado desde 2009.

Además del activismo y del contenido intencionalmente político, las historias o incluso los rumores que circulan por Facebook pueden escalar hasta situaciones de violencia justiciera o daños reales. Nuestra historia final habla de uno de estos incidentes, que se produjo en Brasil en 2014.

Linchada por una horda y un rumor falso

Fabiane Maria de Jesus murió linchada en Brasil a manos de una turba impulsada por varios rumores maliciosos en línea que se propagaron rápidamente por Facebook.

La alerta sobre una mujer que supuestamente había secuestrado varios niños en la ciudad costera de Guarujá (Brasil) llegó a 24 000 personas a través de la página de Facebook Guarujá Alerta. El aviso incluía un boceto que se parecía bastante a Fabiane. Solo hizo falta que un usuario señalara erróneamente que la mujer del boceto era Fabiane para que la indignación en internet se convirtiera en un linchamiento real.

La policía local no tenía información de la desaparición de ningún niño. El boceto pertenecía a un caso distinto de secuestro sucedido en 2012 en Río de Janerio, y además había aparecido en Facebook en distintos contextos, falsamente vinculado a delitos en otros estados brasileños.

Según el diario A Tarde, varios amigos de uno de los sospechosos se reunieron frente a la comisaría de policía para protestar. El grupo gritaba:

Quer prender todo mundo? A culpa é de todo mundo! A culpa é de ninguém! A culpa é da internet!

¿Quieren detener a todo el mundo? ¡Todo el mundo es culpable! ¡Nadie es culpable! ¡La culpa es de internet!

Consulta la lista completa de historias pasadas en nuestro archivo de artículos sobre Facebook.

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