· Febrero, 2025

A woman with a Venezuelan flag painted on her face.

Foto de Drea tuka/Flickr CC BY-NC-ND 2.0

Las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela fueron un hito en la lucha del país por la democracia. Tras el cierre de las urnas el 28 de julio, las autoridades electorales nacionales informaron de que el actual presidente, Nicolás Maduro, obtuvo el 51,2 por ciento de los votos, mientras que la coalición opositora, liderada por María Corina Machado y el candidato Edmundo González Urrutia, obtuvo el 44 por ciento. Las acusaciones de fraude generalizado, incluida la manipulación de votos, la intimidación de votantes y las detenciones de líderes de la oposición, empañaron las elecciones. 

Las autoridades electorales no están respetando las normas electorales, ya que aún no han publicado las actas de escrutinio que confirmarían la victoria de Maduro. Por el contrario, la oposición, con la notable ayuda de la ciudadanía, ha logrado recuperar y publicar el 81 por ciento de los resultados digitalizados hasta la fecha de redacción de este informe. Según estos datos, Edmundo González Urrutia ganó con más del 67 por ciento de los votos, más de un 30 por ciento de ventaja sobre Maduro.

Las elecciones suscitaron un gran entusiasmo entre la población venezolana de diversos sectores sociales, impulsada por el deseo de cambio en medio de la corrupción estatal y una crisis económica, social y humanitaria severa bajo el gobierno de Maduro. Casi 8 millones de venezolanos se encuentran desplazados en todo el mundo, principalmente en América Latina y el Caribe.

Sin embargo, este entusiasmo se topó con el aumento de la represión en el periodo previo a las elecciones, y el gobierno tomó medidas drásticas contra las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y las figuras de la oposición. Tras la publicación de la supuesta victoria de Maduro, estallaron protestas en todo el país, exigiendo al gobierno que publicara las actas de las votaciones, lo que provocó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, con el resultado de decenas de heridos y muertos, y cientos de detenciones.

Las reacciones internacionales fueron diversas. Aliados como Bolivia, Nicaragua, Honduras, Cuba, Rusia y China reconocieron los resultados. Por otro lado, los Estados Unidos, la Unión Europea, México, Colombia y Brasil pidieron más transparencia en los resultados, con diversos grados de reprimenda.

La violencia estatal ilustra la determinación del régimen de mantener el poder. A pesar de estos desafíos, la alta participación y las exigencias de democracia reflejan el espíritu de resistencia de la sociedad venezolana, que lucha por un futuro mejor en medio de la adversidad.

Historias Acerca de La lucha de Venezuela por la democracia de Febrero, 2025