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Por qué los hazaras de Afganistán no dejarán de marchar

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Afganistán, Etnicidad y raza, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Protesta
A Hazara girl standing in front of a march in a TUTAP demonstration. Shared via Republic of Silence Facebook page.

Muchacha hazara parada al frente de una marcha en una manifestación de TUTAP. Publicado a través de la página de Facebook de Republic of Silence.

A mediados de mayo, personas de la etnia hazara realizaron [1] manifestaciones en diferentes partes del mundo contra una propuesta para cambiar la ruta programada para una nueva línea de transmisión de electricidad Turkmenistán-Uzbekistán-Tayikistán-Afganistán-Pakistán (TUTAP).

El cambio de ruta sugerido por el gobierno es apenas unas de varias injusticias [2] que han servido como base para que la minoría se movilice en los últimos tiempos.

El plan original era que la línea de electricidad pasara a través de la provincia Bamiyán, mayormente habitada por hazaras.

Sin embargo, el gobierno luego decidió que la línea pasaría a través de la provincia Salang.

TUTAP está financiado [3] por el Banco de Desarrollo Asiático para darle a los afganos acceso a la electricidad y conectar las otras diez redes de electricidad que ya existen en Afganistán.

Las críticas con respecto a la decisión del gobierno de cambiar la ruta del proyecto de Bamiyán a Salang han aumentado, lo que ha profundizado las divisiones que corren a través de las líneas étnicas.

Las manifestaciones que se oponen a la decisión del gobierno se difundieron rápidamente [4] desde Bamiyán pasando por Kabul, Camberra [5], Londres [6], Washington D.C., Tokio [7], Berlín [8]Ghom [9] y Estambul [10], entre otras importantes ciudades del mundo.

Muchos líderes tradicionales hazaras, incluido el exvicepresidente Karim Khalili han apoyado [11] a los manifestantes.

Afghan Hazaras massive demonstration in Kabul on May 16, 2016 protesting TUTAP's route change. Shared by the Republic of Silence via its official Facebook page

Manifestaciones masivas de los hazaras afganos en Kabul el 16 de mayo de 2016 en protesta por el cambio de ruta del TUTAP. Publicado por la página oficial de Facebook de Republic of Silence.

La manifestación de Kabul fue una de las mayores en la era después del Talibán, y el nivel de participación en estas protestas por parte de mujeres dentro y fuera de Afganistán no tenía precedentes.

Keyhan Farahmand destacó esto tuiteando una imagen de la protesta del 17 de mayo en Camberra, Australia.

La participación de las mujeres en las protestas de Camberra por el proyecto TUTAP. No a la discriminación, distribución justa.

En medios sociales, las protestas fueron impulsadas por la etiqueta #EnlighteningMovement [16] [movimiento iluminador] entre otros que jugaban con el asunto de la electricidad.

Una de las mejores escenas de la manifestación de hoy. Foto de Tahmina.

Mujeres con coloridos paraguas participan en la gran marcha del lunes en la capital Kabul.

En medio del descontento, el presidente afgano Ashraf Ghani ha designado [24] una comisión para que revise los contratos del proyecto TUTAP, y ha detenido [25] la implementación del proyecto.

Muchos manifestantes hazaras han dicho que creen que la corrupción es la principal causa de este desvío.

Ghani también ha dicho que su gobierno garantizará que Bamiyán reciba electricidad de TUTAP, aunque la principal línea de transmisión no atraviese la provincia.

Culpó al gobierno anterior de Karzai por la decisión de desviar el proyecto, afirmación que un exasistente de Karzai rechazó [26] rotundamente.

Pero aunque el episodio ha destacado la lucha interna y las discusiones típicas de la política afgana, también ha mostrado las crecientes capacidades de la sociedad civil afgana de movilizarse dentro y fuera del país y de hacer que su voz se escuche pacíficamente.

Una pacífica marcha de millones por el cambio de ruta de TUTAP fortalece los valores democráticos. Bravo.

Jóvenes de Kabul limpian las calles luego de la manifestación de ayer.

La rabia encuentra su objetivo

Obstaculizado por el retiro del grueso de las fuerzas militares estadounidenses que ha incentivado una insurgencia militante multifacética, el gobierno de Ashraf Ghani sin embargo ha dado una serie de pasos en falso que han puesto al público en su contra.

Cuando daba un discurso en el Real Instituto de Servicios Unidos (RUSI) en Londres el 13 de mayo, Ghani fue interrumpido [6] por un manifestante hazara afgano y lo llamó mentiroso por no cumplir con sus promesas con respecto al proyecto TUTAP.

Cuando sacaron al manifestante de la sala, otro estaba listo para continuar con las interrupciones antes de ser muy maltratado y retirado del lugar por los guardias del presidente.

Videos del incidente recibieron mucha atención en las redes sociales afganas, lo que encendió aun más rabia entre los afganos, sobre todo los hazaras.

Los hazaras, que alcanzan entre el 10 y 20 % de la población total de Afganistán (nunca se ha realizado un censo oficial), han soportado más persecución que cualquier otro grupo étnico durante el dominio del Talibán de 1996 al 2001.

En la era después del Talibán, el grupo ha encontrado su voz, pero sigue frustrado y marginado en un ambiente político interno dominado por pastunes, principalmente, y tayikos.

En noviembre de 2015, miles de personas, mayormente hazaras, marcharon en Kabul [2] para protestar por la decapitación de siete rehenes hazaras en el sur de Afganistán realizado por militantes aparentemente leales a la organización extremista ISIS.

Desafortunadamente, el gobierno afgano hizo poco para llevar a los autores ante la justicia, lo que aumentó la sensación de injusticia que se reveló de nuevo el 16 de mayo en Kabul.

La respuesta desesperada del gobierno de Ghani a la más reciente protesta –levantar un muro de contenedores de acero en el centro de Kabul para bloquear la marcha– fue simbólica de la relación entre un gobierno y su pueblo que ha estado rondando el punto de quiebre desde ya algún tiempo.

Pero así como crece la rabia del público, también crece el riesgo de que será más difícil contener futuras protestas.

El muro de Berlín de Kabul de Ashraf Ghani para bloquear las vías a los manifestantes.