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Combatir el fuego con fuego: Junta regional africana propone alto precio para bloqueos de internet

Categorías: África Subsahariana, Censura, Medios ciudadanos, Política, Tecnología, GV Advox
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Una señal de un cibercafé en Tanzania. Tanzania es uno de los  diez países con más usuarios de internet en África. Creative Commons foto del usuario de Flickr Aslak Raanes.

Grace Mutung'u [2] es colaboradora de Kenya ICT Action Network (KICTANet). En la actualidad integra la OTF en Controles de Información en el Centro Berkman Klein para Información y Sociedad.

«Bloquea internet y te lo quitaremos». Esta es la nueva respuesta de los defensores de la industria de las telecomunicaciones a los Gobiernos africanos que amenazan con bloquear internet ante la incertidumbre política.

A mediados de abril, miembros del Centro Africano de Información sobre Redes (AFRINIC por sus siglas en inglés) presentaron una propuesta para negar recursos a los Gobiernos africanos que bloquean internet. Como lo describió un miembro de una lista [3] de correo electrónico, si tuviera éxito, supondría «cerrar internet a los Gobiernos que cierran internet». Liquid Telcom y Tespok, asociación del sector de telecomunicaciones, fueron los principales impulsores de la propuesta.

Quienes han estado observando esta tendencia en aumento en los últimos años no pueden dejar de ver la justicia poética en el movimiento. Sin embargo, si se aplicara realmente, no está claro si logrará el efecto deseado.

AFRINIC es el Registro Regional de Internet (RIR [4]) para África responsable de la asignación de direcciones y números IP en el continente. En la propuesta, publicada el 10 de abril de 2017, los autores definen un cierre de internet ocurrido cuando:

…it can be proved that there was an attempt, failed or successful, to restrict access to the internet to a segment of the population irrespective of the provider or access medium that they utilize.

… se puede demostrar que hubo un intento, fallido o exitoso, de restringir el acceso a internet a un segmento de la población independientemente del proveedor o medio de acceso que utilizan.

Continúa recomendando que a los Gobiernos que implementan cierres de servicio se les niegue el acceso a direcciones y números IP por un período de 12 meses. Los que hayan implementado tres o más bloqueos en diez años tendrán sus recursos revocados durante cinco años.

Andrew Alston, uno de los coautores de la propuesta, explicó el fundamento que hay detrás:

…it goes to a question that has been lurking in the background for a long time and I believe the time is now to have that discussion. What role do the community, the I* organizations and other internet structures have when faced with abuse of power by state actors? ((i* organisations are African Internet governance organisations eg AFRINIC, AFPIF, ISOC https://www.afrinic.net/images/doc/af_brochure.pdf [5])

… va a una pregunta que ha estado acechando al fondo durante mucho tiempo y creo que ahora es el momento de tener esa discusión. ¿Qué papel tienen la comunidad, las organizaciones de i* y otras estructuras de internet ante el abuso de poder por parte de los actores estatales? (Las organizaciones *i son organizaciones africanas de gobierno de internet, por ejemplo AFRINIC, AFPIF, ISOC https://www.afrinic.net/images/doc/af_brochure.pdf [5]).

Pero estas restricciones se aplicarán no solo a las entidades gubernamentales, sino también a entidades paraestatales y entidades que tengan relaciones directas con el Gobierno en cuestión. Esto podría afectar a muchas personas, muchas de las cuales pueden haber estado contra el cierre.

Si los Gobiernos estuvieran fuera de línea, el efecto sería sin duda percibido por el público.

La propuesta ha encendido el debate sobre cuál debe ser el papel de los registros de internet como AFRINIC. La junta directiva de AFRINIC había expresado anteriormente su preocupación [6] por la creciente tendencia de los cierres, y afirmaron que eran una amenaza para el carácter abierto de internet. Desde 2011, se han producido interrupciones intencionales en la red, comúnmente conocidas como bloqueos, en 18 estados de África. Solo en 2016 se registraron 18 bloqueos en 11 países y desde enero de 2017 hasta mediados de abril de 2018 hubo un bloqueo en curso [7] en las regiones anglófonas de Camerún. Todas estas paradas han ocurrido durante momentos [8] políticos como elecciones y protestas.

Aparte de la evidente interrupción en los lazos sociales, los bloqueos tienen efectos económicos [9] significativos. Pero en el plano político, también invocan la cuestión de la visión y la intención de los Gobiernos africanos cuando se trata de internet.

Los Gobiernos hablan de aprovechar la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) para alcanzar objetivos de desarrollo como los objetivos de desarrollo sostenible o la Agenda 2063 [10]en la Unión Africana. Pero los bloqueos son contrarios a estas aspiraciones de desarrollo –y los mismos Gobiernos que se han comprometido a estos objetivos también están implementando bloqueos. Por ejemplo, el bloqueo de tres meses en Camerún obligó a quienes dependían de internet para sus negocios a abandonarlos o a trasladarse [11] a otras ciudades.

El comentarista Seun Odejedi expresó su preocupación por las consecuencias de la propuesta para las personas además de los líderes gubernamentales y los empleados:

…there is a proverb that says «if we are to burn a snake in its length we will burn the house as well». We should be very careful what we ask at RIR policy level because in the long run, it would not hurt the government more than AFRINIC members (current and future).

… hay un proverbio que dice «si queremos quemar una serpiente en su longitud quemaremos la casa también». Debemos ser muy cuidadosos con lo que pedimos a nivel de políticas del RIR porque a largo plazo, no perjudicaría al Gobierno más que a los miembros de AFRINIC (actuales y futuros).

La comunidad [12] AFRINIC, formada por técnicos y expertos en políticas de la región, está examinando la propuesta. Algunos dicen que se sienten incómodos con un RIR que asume el papel de vigilancia policial de internet. Otros están preocupados por el efecto de la propuesta, ya que negar los recursos de los Gobiernos podría limitar sus capacidades para prestar servicios públicos a través de internet –esto podría tener un impacto significativo en países como Ruanda, donde el Gobierno está moviendo servicios como el registro de negocios en línea en un esfuerzo para mejorar la eficiencia. Además de estas preocupaciones, cantidades masivas de información pública están disponibles principalmente en sitios web gubernamentales, como leyes y ubicación de servicios. Si los Gobiernos estuvieran fuera de línea, incuestionablemente el público sentiría el efecto.

Luego está la cuestión de los mercados de las TIC en África. Países como Etiopía, que tuvo tres bloqueos el año pasado, tienen un único proveedor de internet, de propiedad estatal. Esto significa que la negación de recursos al Gobierno de Etiopía y a entidades relacionadas supondría la falta de recursos para todo el país. Aunque más países africanos han liberalizado sus mercados de TIC, son pocos los países en el continente que han alcanzado una competencia perfecta. Muchos tienen uno, dos o tres jugadores dominantes y son los afectados por los bloqueos de los Gobiernos. Por lo tanto, se debería reelaborar la propuesta para que sus efectos negativos sobre el público sean mínimos.

Soluciones y sanciones a un lado, los expertos locales continúan debatiendo si los bloqueos son un problema de malas políticas o un signo de debilidad del estado de derecho. Algunos miembros de las listas opinan que la decisión de cerrar internet en cualquier país africano se reduce a una sola persona –la persona en el poder. Cada interrupción de red experimentadas el año pasado se puede adjudicar a un gobernante en particular. Por ejemplo, el apagón de redes sociales de Uganda puede ser acreditado al presidente Museveni y el de Zimbabue, al presidente Mugabe. Existe una escuela de pensamiento de que los cierres en África terminarán cuando se respeten principios como la pluralidad y el desarrollo equitativo.

La propuesta de AFRINIC es novedosa –presiona los límites del rol de la organización y encapsula la frustración que muchos enfrentan cuando se encuentran sin internet y cuando la decisión de cerrar internet se toma arbitrariamente y sin previo aviso. Tanto si la propuesta se lleva a cabo o no, ha provocado una conversación importante que probablemente se llevará a la Cumbre [13] de internet de África en Nairobi este año. Porque a fin de cuentas, los africanos deben diseñar una solución a la peligrosa tendencia de cerrar internet durante momentos políticos.