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Condenan a prisión en ausencia a periodista libanés por «difamar» al secretario de Estado en Facebook

Categorías: Líbano, Censura, Derecho, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, GV Advox

Foto de Fidaa Itani tomada de su cuenta de Facebook. Foto de Wassim Naboulsi.

Un periodista libanés ha sido condenado en ausencia por difamar al ministro interino de Asuntos Exteriores y Emigrantes, Gebran Bassil [1], en una publicación en Facebook.

Un tribunal de Baabda, ciudad el oeste del Líbano, condenó a Fidaa Itani a cuatro meses de prisión y a una multa de 10 millones de liras libanesas (aproximadamente $6660 dólares) el 29 de junio de 2018.

Fidaa Itani es un periodista especializado en Siria y en la crisis de los refugiados.

La publicación de Facebook en cuestión conllevó una compleja crítica a las acciones policiales y militares llevadas a cabo por varios actores poderosos en El Líbano. Itani denunció incursiones realizadas por el Ejército libanés en Arsal en 2017, que tuvieron como resultado la muerte de ciudadanos detenidos [2]. Itani también criticó la constante presión nacionalista a la expulsión forzada de refugiados del territorio libanés.

Itani procedió a expresar su preocupación sobre el partido político y grupo armado libanés Hezbolá [3], pues se ha opuesto públicamente a la intervención militar de Hezbolá en Siria [4] en nombre del régimen sirio.

Poco después, los abogados del Ejército y de la presidencia presentaron una demanda contra Itani. También empezó a recibir amenazas directas de personas afiliadas a Hezbolá. En poco tiempo, escapó del país y buscó exilio en el Reino Unido.

En una entrevista con el periódico libanés en francés L'Orient le Jour, Itani explicó [5] que la demanda original, presentada por abogados que supuestamente representan al presidente libanés y al Ejército, parece haber desaparecido y que ha sido sustituida por otra demanda presentada por Gebran Bassil

Je ne sais pas comment la première action judiciaire a disparu, ni ce qui a été concocté dans ce cadre entre les services de renseignements de l’armée et le président de la République, ou encore le Hezbollah (également visé par le post, et dont les intimidations contre M. Itani sont derrière son départ pour Londres, NDLR). Il semble toutefois que Gebran Bassil se soit porté volontaire pour intenter une action à leur place.

Yo no sé cómo ha desparecido la primera acción legal, ni qué se tramó en esta demanda entre los servicios de inteligencia y el presidente de la República, o hasta Hezbolá. Sin embargo, parece que Gebran Bassil se ha ofrecido a instituir una acción en su lugar.

Itani dijo también [6] que no ha recibido confirmación oficial de la sentencia y que solo ha escuchado la noticia de los informes mediáticos. También declaró a la fundación Maharat [6], ONG por la libre expresión, que el ministro interino ha presentado un total de nueve demandas contra él, incluida la anteriomente mencionada.

En publicaciones en Facebook [7] y Twitter, Fidaa Itani previsiblamente crítico con la decisión del juez. En una publicación donde cita su sentencia de prisión, comentó: «Más represión y más robos».

Varias organizaciones libanesas e internacionales han informado, criticado y denunciado la condena a Itan.

En un correo que envió a varios reporteros, Bassam Khawaja, investigador libanés en Human Righst Watch, dijo:

Sentencing a journalist to four months in prison for a critical Facebook post is an outrageous attack on free speech that lays bare the lack of meaningful protections for freedom of expression in Lebanon. Lebanon’s new parliament should act quickly to abolish laws that criminalize defamation, which are disproportionate, unnecessary, and violate international human rights law.

Sentenciar a cuatro meses de prisión a un periodista por una publicación crítica en Facebook es un indignante ataque a la libertad de expresión que pone en evidencia la falta de significativas protecciones a la libertad de expresión en el Líbano. El nuevo Parlamento libanés debe actuar rápidamente para abolir las leyes que penalizan la difamación, que son desproporcionadas, innecesarias y suponen una violación a la ley internacional de derechos humanos.

Ciertamente, el Código Penal libanés [8] penaliza la difamación y establece disposiciones especiales contra el insulto al presidente, la bandera y otras figuras públicas. Asimismo, el Código Militar del país penaliza el «insulto a la bandera o al Eejército». Todos estos delitos se sancionan con multas y sentencias de prisión, y no ofrecen ninguna excepción especial al trabajo periodístico.

Según un informe sobre el Líbano [9] de Freedom House en 2016:

Lebanese journalists complain that media laws are chaotic, contradictory, and ambiguously worded. Provisions concerning the media, which justify the prosecution of journalists, can be found in the penal code, the Publications Law, the 1994 Audiovisual Media Law, and the military justice code.

Los periodistas libaneses denuncian que las leyes relacionadas con los medios de comunicación son caóticas, contradictorias y ambiguas. Las disposiciones concernientes a los medios de comunicación, que justifican la persecución a los periodistas, pueden hallarse en el Código Penal, en la ley de los Medios Audiovisuales de 1994 y en el Código Penal Militar.

Creciente la presión sobre la libertad de expresión en el Líbano

En el panorama legal libanés, los casos judiciales contra periodístas no son un nuevos, estos incidentes se han multiplicado [8] en los últimos meses con varios acusaciones contra periodistas, presentadores de programas de televisión y comentaristas.

El 24 de enero de 2018, Hisham Haddad [10], presentador de una comedia televisiva, fue procesado por bromear sobre el primer ministro, Saad Hariri, y el príncipe heredero saudita, Mohammad Bin Salman.

En marzo de 2018, el dueño del sitio web Lebanon Debate [11] fue condenado a seis meses de prisión [12] y le ordenaron pagar una multa de 10 millones de liras libanesas tras ser declarado culpable en un caso de difamación presentado por el director general de Aduanas.

En noviembre de 2017, el destacado presentador de televisión libanés Marcel Ghanem fue procesado [13] por obstrucción a la justicia tras resistirse a acusaciones presentadas contra dos invitados a su programa, ambos periodistas saudíes, que denunciaron al presidente libanés Aoun y al ministro Bassil de ser «socios de Hezbolá en el terrorismo». El caso contra Ghanem [14] fue abandonado.

En otro artículo escrito por L'Orient Le Jour se informó [15] que Marcel Ghanem afirmó que las detenciones de periodistas y sus condenas fueron el resultado del «amordazamiento practicado por las fuerzas en el poder bajo pretexto de la lucha contra el terrorismo o Israel».

No obstante, los fiscales no son las únicas entidades legales que han presentado demandas por difamación y calumnia contra trabajadores mediáticos. El 10 de enero de 2018, etribunal militar del Líbano, conocido por su dureza, condenó en ausencia [16] a la periodista e investigadora libanesa Hanin Ghaddar por difamar al ejército libanés en una conferencia celebrada en Estados Unidos en 2014. Su sentencia fue revocada después.

Diez días más tarde, la inteligencia militar convocó al defensor de derechos humanos Obada Yousef por publicaciones en Facebook. Yousef informó a Human Rights Watch [8] que había sido detenido [17] por el Ejército y la policía durante cuatro días.

La fundación Maharat, medio de comunicación y ONG por el derecho de expresión, pidió a las autoridades judiciales libanesas [6] tener en cuenta el derecho a la crítica contra los funcionarios públicos:

 تطالب «مهارات» المجلس النيابي الجديد بالتسريع لإقرار الاصلاحات التي تقدمت به مهارات مع النائب غسان مخيبر وأبرزها الغاء عقوبة الحبس ومنع التوقيف الاحتياطي عن كل من يعبر عن رأيه بأي وسيلة ضمنها الانترنت وتوسيع مفهوم نقد الشخص العام.

Maharat pide al nuevo Parlamento que acelere las reformas que ha presentado con el diputado Ghassan Mukhaiber, entre las que destaca la supresión de las sentencias de prisión y las detenciones preventivas a cualquiera que exprese su opinión a través de cualquier medio, incluido internet, y la ampliación de la noción de crítica pública.

El tiempo dirá si su iniciativa equivale a auténtico cambio en el entorno de la libertad de expresión en el país.