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Japón anuncia cronograma para diluir y verter agua radioactiva de planta de Fukushima

Categorías: Asia Oriental, Japón, Ambiente, Desastres, Medios ciudadanos
Hata-hata, my least favourite fish

Pez de arena japonés (Arctoscopus japonicus [1], conocido como hatahata em japonés), alimento básico atrapado en los mares de la prefectura de Miyagi, a cien kilómetros al norte de la instalación nuclear de Fukushima Daiichi. Foto de Nevin Thompson.

El 13 de abril, el Gobierno japonés anunció [2] que las aguas residuales contaminadas acumuladas en la destrozada instalación de energía nuclear de Fukushima serán diluidas en el océano Pacífico en dos años. Hasta ahora, el plan ha generado una adorable mascota, condena y temores por el futuro de las comunidades locales.

El catastrófico accidente nuclear [3] de marzo de 2011 tuvo como resultado la fusión [4] de tres reactores nucleares operados por la empresa de energía TEPCO. El agua subterránea que fluye de la instalación nuclear de TEPCO en Fukushima, junto con agua refrigerante inyectada, está en constante contacto con combustible altamente radioactivo de los tres reactores.

Cuando el agua entra en contacto con los centros contaminados con isótopos radioactivos, que incluyen cesio, cobalto, carbono-14 y tritio. Como es difícil retirar estos contaminantes del agua, el efluente que se acumula constantemente se recoge y almacena en docenas de tanques de almacenamiento para evitar la contaminación del océano.

Actualmente, más de 1.25 millones de toneladas [5] de agua contaminada está almacenada en la instalación, y el volumen se incrementa en cerca de 170 tonekadas [6] por día.

fukushima radioactive water storage tanks

Tanques de agua con agua contaminada frente a los edificios del reactor de Fukushima Daiichi. Crédito de la foto: Susanna Loof/IAEA.

Aunque el Gobierno japonés ya había [3] dado a conocer sus planes de desechar las agua residuales en el océano Pacífico en octubre de 2020, el nuevo anuncio del 13 de abril dio un cronograma para la eliminación.

La decisión pone fin a años de debate sobre cómo deshacerse del agua que es suficiente para llenar más de 500 piscinas olímpicas, que se ha estado filtrando en las estaciones de energía que han sufrido fusiones después del terremoto y tsunami de 2011.

Por coincidencia, la cantidad de agua contaminada basta para llenar el Tokyo Dome, una unidad estándar de medida [8] que usan los medios en el este de Japón.

Sin embargo, en conferencia de prensa [9] el 13 de abril, el Gobierno japonés dio pocos detalles sobre cómo el agua se vertería en el océano, como emisario submarino [10] en la costa frente a la instalación del reactor de Daiichi de TEPCO. o una cisterna.

En cambio, el Gobierno japonés explicó que el agua contaminada en los tanques se diluiría [11] tanto que no presentaría un riesgo al ambiente ni a la salud humana.

El Gobierno también explicó que el principal contaminante, el isótopo radioactivo tritio, supone poco o ningún riesgo a la salud humana [12], y rutinariamente los descargan [13] instalaciones de energía nuclear en todo el mundo.

Según [14] un artículo de Nikkei Asia:

When TEPCO releases treated water, it is diluted more than 100-fold using seawater, ensuring contains fewer than 1,500 becquerels of tritium. That is one-fortieth of the national standard. […]

According to the Ministry of Economy, Trade and Industry, 860 trillion becquerels of tritium are stored in the tanks at the Fukushima plant—equivalent to the amount of tritium released by South Korea's Wolseong Nuclear Power Plant over six to seven years. A reprocessing plant in France would release that amount in less than a year.

Cuando TEPCO libera el agua tratada, se diluye más de cien veces con agua de mar, lo que garantiza que contiene menos de 1500 becquereles de tritio. Esto supone una cuadragésima parte de la norma nacional. […]

Según el Ministerio de Economía, Comercio e Industria, en los tanques de la planta de Fukushima hay almacenados 860 billones de becquereles de tritio, lo que equivale a la cantidad de tritio liberada por la central nuclear de Wolseong, en Corea del Sur, en seis o siete años. Una planta de reprocesamiento en Francia liberaría esa cantidad en menos de un año.

Aunque los expertos en química oceánica afirman [15] que se necesita más información para evaluar el riesgo de la eliminación en el océano, el Gobierno japonés asegura que se eliminarán otros isótopos más peligrosos que contaminan las aguas residuales. Mediante el sistema de eliminación de múltiples nucleidos (ALPS [16]), «la mayoría de los nucleidos [17] se eliminan del agua contaminada», excepto el tritio.

Para convencer al público, el Gobierno japonés contrató a la controvertida [18] empresa publicitaria Dentsu para que presentara una campaña de promoción [19] para el plan de vertido al mar:

¿Es el «tritio» una mascota? Agencia de Reconstrucción «Para ser amigable» Seguridad PR de la planta de energía nuclear contaminada agua tratada.
El 13 de abril, la Agencia de Reconstrucción anunció un folleto creado con el propósito de promover la seguridad de la sustancia radiactiva tritio contenida en el agua tratada de la Planta de Energía Nuclear Fukushima Daiichi de la Empresa de Energía Eléctrica de Tokio. En los folletos, el tritio aparece como un lindo personaje de diseño como «Yuru-chara» usado en las relaciones públicas de los Gobiernos locales.
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¿Cómo trata el Gobierno japonés de justificar el vertido de aguas residuales radioactivas al [océano] Pacífico? Con un personaje adorable, por supuesto.

Este es Tritium, la partícula de caricatura radioactiva.

Sin embargo, la campaña de Dentsu tuvo un efecto indeseado [22], y la mascota fue retirada de internet en apena dos días.

La decisión de eliminar el agua residual supone graves consecuencias para las comunidades de la costa de Fukushima, que ha luchado desde hace más de una década para recuperarse de la destrucción causada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, y luego la perturbación y estigma causados por el posterior desastre nuclear.

Leslie Mabon, coautor de un reciente estudio [23] que investigó la resiliencia y revitalización de comunidades costeras de Soma, prefectura de Fukushima, luego del terremoto, tsunami y desastre nuclear, y conferencista de la Asociación Escocesa para Ciencias Marinas [24] (SAMS) señaló en Twitter:

Las pescaderías de Fukushima han avanzado mucho desde 2011. Así, todo –como la liberación de agua tratada– lo que se considere un retroceso en esta recuperación probablemente se reciba con preocupación, por la economía y por el impacto que pueda tener en la subsistencia.

Mabon también señala [27]:

There has […] been huge effort from the fisheries co-ops and local/regional govt to build confidence and pride in Fukushima fish […] Respondents told us how great it was to go out and see local fish on the menu again, and how this symbolises recovery more widely. So there is real pride in local seafood which is seen as delicious and coming from an environment that is again clean and natural […]

Ha habido […] un enorme esfuerzo de las cooperativas pesqueras y Gobiernos locales y regionales para generar confianza y orgullo en el pescado de Fukushima. […] Los encuestados nos dijeron lo grandioso que fue salir y volver a ver pescado local en el menú, y cómo esto simboliza recuperación más ampliamente. Así que es verdadero orgullo por los mariscos locales que se consideran deliciosos y que vienen de un ambiente que de nuevo es limpio y natural […].

Mabon dice que hay temores de que los planes por verter aguas residuales del reactor de Fukushima empañará la percepción del pescado de Fukushima, lo que generará menor demanda y precios más bajos.

Sin embargo, Mabon dice [27] que no es solo cuestión económica que pueda resolverse con una compensación. El deterioro de la pesca en Fukushima significa también una pérdida de patrimonio cultural y la destrucción [23] de las relaciones sociales y la cultura local insustituible.

En resumen: se puede dar a alguien una compensación, pero no siempre se puede devolver a alguien su medio de vida. Por eso es muy importante que nos tomemos en serio –y respetemos– las preocupaciones de los pescadores al tomar decisiones sobre el agua tratada en Fukushima. (8)