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Ríos y barrancos de Jamaica sufren maltratos

Categorías: Caribe, Jamaica, Ambiente, Medios ciudadanos, Salud
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Dry River Falls, Jamaica. Foto [1] por Josh Hunter [2] en Flickr, CC BY-NC-ND 2.0 [3].

Este artículo se publicó originalmente en Petchary's blog [4]. Reproducimos U}una versión editada, con la gentil autorización de la autora.

El Día Mundial de los Ríos [5], creado por el veterano defensor de los ríos Mark Angelo, se celebra anualmente el cuarto domingo de septiembre. La fecha sirve para aumentar la conciencia pública sobre la importancia de los ríos y para fomentar su mejor administración.

En Jamaica, los ríos son criaturas temporales: algunos pueden desaparecer [6] durante meses o incluso años por la sequía, o transformarse en torrentes rebeldes durante las fuertes lluvias, con desbordes e inundaciones. Algunos ríos, sobre todo los que lindan con los manglares, parecen permanecer constantes, a veces oscuros y lentos, y otras, cristalinos.

El tema del Día Mundial de los Ríos de 2021, los canales de agua urbanos, no es feliz para Jamaica. En Kingston, Montego Bay y otras pequeñas ciudades costeras, los canales de agua adoptan la forma de barrancos. A menudo, están repletos de basura y son espacios feos en los que cualquier cosa, o persona, puede estar al acecho. Los lugareños los miran rápidamente cuando pasan por encima, y luego apartan la vista.

En 2016, el Fondo para el Ambiente de Jamaica [7] (JET) publicó un informe [8] titulado «Basura y barrancos» [9], centrado específicamente en el muy contaminado Barranco Sur de Montego Bay. Recomendaron una serie de medidas, como limpiar y recoger basura periódicamente, educar al público, dirigida a las comunidades empresariales locales, y aplicar leyes ambientales vigentes.

Además, JET está asociado con el Fondo de Mejora del Turismo [10], el Parque Marino de Montego Bay [11] y los Conservacionistas Ambientales de Yaadie para diseñar, construir y probar una barrera de contención de residuos en la desembocadura del Barranco Sur como parte del Proyecto Costas Limpias 2014-2015 [12] del país. Cada vez que se limpiaba, se retiraban aproximadamente entre 22 y 45 kilos de basura, principalmente bolsas de plástico y botellas de plástico. Sin embargo, la gestión y el mantenimiento de la barrera plantearon problemas y resultó demasiado costoso y exigente.

Un estudio de 2010 estimó que aproximadamente entre el 25 y 30 % de la basura de Jamaica se elimina de forma inapropiada, a menudo acaba en barrancos, desagües y ríos, que desembocan en el mar. Nada menos que 16 barrancos desembocan en el puerto de Kingston. Tras fuertes lluvias, cientos de botellas de plástico flotan en el agua, arrastradas por todo tipo de desechos que incluyen bolsas de desechos humanos, y van desde los barrancos hasta el sufrido puerto.

El Ministerio de Administración Local es responsable del mantenimiento y la limpieza de los barrancos. En marzo, el ministro de Finanzas, Nigel Clarke, anunció [13] un proyecto de limpieza de barrancos para Kingston de 320 millones de dólares jamaicanos (más de dos millones de dólares estadounidenses) denominado «Programa de intervención en barrancos». Entre otras cosas, habría supuesto la formación de miembros de la comunidad como guardianes del ambiente, pero la iniciativa se ha retrasado por limitaciones presupuestarias impuestas por la pandemia de COVID-19 [14]. Del mismo modo, el director ejecutivo de la Autoridad Nacional de Gestión de Residuos Sólidos [15] (NSWMAs), Audley Gordon, observó en una reciente entrevista televisiva que los cien nuevos camiones de basura previstos no llegarán pronto, ya que ahora no hay dinero.

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Balsa de bambú en el río Grande, oeste de Port Antonio, Jamaica. Foto [16] de Kent MacElwee [17] en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 [3]).

Mientras tanto, desde hace varios años, los habitantes de Harbour Heights, en Harbour View, suroeste de Kingston, viven atemorizados, sus casas se tambalean al borde de un barranco cuyas paredes se han ido derrumbando poco a poco. Nadie parece querer asumir la responsabilidad, pese a la fuerte presión de los lugareños y entrevistas con los medios .A  principios de 2021 [18], se prometieron algunos fondos y China Harbour Engineering Corporation (CHEC) iba a reparar las paredes rotas del barranco como parte del Proyecto de la autopista de la costa del Sur [19].

Fuera de las zonas urbanas, también los ríos jamaicanos tienen problemas, por un lado porque se utilizan a menudo como vertederos, al igual que los barrancos. Los ríos, incluido el rio Cobre [20], son utilizados y maltratados por la contaminación industrial [21]. Un incidente reciente provocó una gran mortandad de peces, y privó a los lugareños de alimentos, ingresos y agua dulce, además de que su salud se vio afectada. El agua estaba tan contaminada con productos químicos tóxicos que la Comisión Nacional del Agua tuvo que cerrar su planta durante varios días. La Agencia Nacional de Ambiente y Planificación [22] (NEPA) tiene previsto demandar judicialmente a la empresa minera de bauxita implicada en el incidente, ya que no es la primera vez que ocurre algo así. La vista del caso está prevista para octubre de 201.

Sin embargo, los ríos de Jamaica tienes otros problemas además de la contaminación. El cambio climático está ahondando en el paisaje local, agravado por las actividades humanas nocivas para el ambiente que a menudo no están bien controladas ni reguladas, y cuyo impacto suelen sufrir las personas más desfavorecidas económicamente.

Take Bull Bay es una comunidad de bajos ingresos en las afueras de Kingston. En un artículo reciente en Jamaica Gleaner, la directora ejecutiva, Theresa Rodriguez-Moodie, la describió como una «zona sacrificada». Las canteras de yeso de la cercana Caribbean Cement Company, situadas en las colinas por encima de las comunidades de Nine, Ten y Eleven Miles, se han ampliado enormemente en los últimos años, y destruido toda una ladera. Los miembros de la comunidad han hablado muchas veces de su situación, porque saben que el entorno en el que viven es muy vulnerable e inestable, especialmente por el impacto del cambio climático. Viven con el temor de las tormentas, y hasta de fuertes lluvias, que hacen caer toneladas de limo, arena y piedras de las colinas. Durante los recientes aguaceros provocados por las tormentas tropicales, se vio a los lugareños tratando frenéticamente de retirar los escombros del río para que no se desborde y anegue sus casas.

Otra amenaza siempre presente para los ríos locales es la extracción de arena, tanto legal como ilegal. Las industrias extractivas de diversos tipos han devastado el paisaje y los ecosistemas de Jamaica. Por ejemplo, la comunidad rural de Parnassus en Clarendon, enfrenta la amenaza de una tremenda erosión y al colapso de valiosas tierras agrícolas. La extracción de arena en el rio Minho [23] ha hecho que el río altere su curso natural. La empresa implicada dice que tiene la debida licencia, y añade que la arena del río Miño se ha agotado. Sigue habiendo una gran demanda de arena en la creciente industria de la construcción del país, y la empresa ha «recurrido a la explotación minera» [24].

En cuanto al magnífico río Grande [25] de Portland, muy promocionado como atracción turística, NEPA emitió hace un año avisos de ejecución a Agro Expo, que incumplía sus permisos. La extracción de arena en este hermoso río realiza desde hace años.

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Fauna del río Negro, Jamaica. Foto [26] por Jan Hazevoet [27] en Flickr (CC BY 2.0 [28]).

Entre toda esta destrucción, los jamaicanos aman sus ríos [29]. Son lugares de recreo y para «refrescarse». Les encantan las aisladas cascadas del rio Cane [30] y Gordon Town [31]. Disfrutan del pintoresco Puente Viejo Español [32] en St. Mary, lugar de muchas excursiones y fiestas. Les encanta trepar por los cantos rodados en el Wag Water [33], en los Jardines Botánicos de Castleton [34], popular lugar de picnic, y les encantan los ríos imprevisibles, como el rio Negro, la segunda vía fluvial más larga y ancha de la isla, con su imponente bosque de manglares, cocodrilos y aves de pantano.

Aunque un día especial para los ríos no resuelva instantáneamente todos los problemas que enfrentan actualmente los ríos del país, puede inspirar a los jamaicanos a apreciarlos un poco más y a vigilar las vías fluviales en busca de signos de salud, o de abuso.