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¿Hay algo más en el veto del Caribe al plástico desechable de lo que se ve a simple vista?

Categorías: Caribe, Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Jamaica, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Ambiente, Derecho, Educación, Medios ciudadanos
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Una compilación de imagen muestras la costa norte de Curaçao contaminada cortaapuesta al Océano. Foto por Bastian en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

El Caribe se ha pronunciado contra los plásticos desechables y su inexorable contaminación ambiental durante mucho tiempo.

En 2006, por ejemplo, un blog de Barbados defendió [2] el uso obligatorio de plásticos biodegradables .Tres años después, sugirió [3] restricciones sobre la venta de las botellas de agua de plástico . En 2011, el Rotary Club Saint John en las Islas Vírgenes de Estados Unidos se dirigió a los propietarios de supermercados para que sustituyeran las bolsas de plástico para la compra [4] por una alternativa más ecológica, y en 2012, Haití impuso un veto sobre el plástico [5] que encontró algunas resistencias.

Sin embargo, a medida de que la crisis climática [6] empeora, están surgiendo empresarios sociales tanto regionales [7] como internacionales [8] con ideas de reciclaje y otras posibles soluciones- como la energía solar- para ayudar a contrarrestar los desastrosos efectos de la crisis a la que las naciones insulares son más susceptibles [9].

A pesar de las medidas anteriores, se espera que 2020 sea un año de visión clara en lo que respecta al flagelo de la contaminación por plásticos en la región, con no menos de siete territorios caribeños –Bahamas, Barbados, Belice, República Dominicana, Granada, Jamaica y Trinidad y Tobago– supuestamente prohibiendo [10] los plásticos desechables y el poliestireno a partir del 1 de enero.

Pero la realidad parece ser bastante distinta, por lo menos en Trinidad y Tobago.

La situación en Trinidad y Tobago

Según una de las partes interesadas de la industria que habló con Global Voice con la condición de mantener el anonimato, representantes del Ministerio de Planificación se reunieron con los fabricantes en diciembre de 2017, y de lo que resultó un informe compilado que examinaba las implicaciones socioeconómicas de la introducción del veto. El informe incluía cifras de empleo de los sectores locales que fabrican plástioa y poliestireno.

En julio de 2018, las partes interesadas recibieron cartas que anunciaban que la prohibición afectaría a la importación del poliestireno. Esto fue confirmado [11] por el ministro de Finanzas, Colm Imbert, en su presentación del Presupuesto Nacional en octubre de 2019. La parte interesada de la industria explicó: «No habrá nunca una completa prohibición del material- y el 60 % del poliestireno que se consume en Trinidad y Tobago se fabrica aquí, lo que significa que solo el 40 % ha sido prohíbido. Eso proporciona a los fabricantes locales un plazo de dos años para preparar al cambio y muchos expandieron su capacidad de producción, así que resulta irónico ahora que tenemos mucho más poliestireno en el mercado que antes de la prohibición».

El incumplimiento de las normas

Este tipo de plásticos, que incluye todo desde bolsas y envasado alimentario a botellas de agua y cubiertos, necesitan normalmente cientos de años para descomponerse. Lo que empeora el caso de Trinidad y Tobago es que los productores de plástico y poliestireno debían conducir pruebas, según informes a partir del último trimestre de 2019, para determinar los efectos del uso de un aditivo químico en sus productos para hacer el plástico biodegradable.

La parte interesada de la industria dijo que los fabricantes eludieron las pruebas y se pusieron en plena producción con el uso de ese aditivo, y produjeron una gama de productos plásticos que se anuncian como «biodegradable» que ya están en el mercado.

Sin embargo, es una afirmación falsa: es científicamente imposible que un aditivo químico convierta los productos plásticos en biodegradables. Esto fue confirmado por Kelvin Okamoto, experto del organismo mundial de normalización ASTM International [12],  en una reunión informativa [13] sobre las normas para materiales biodegradables y compostables, celebrada en la Oficina de Normas de Trinidad y Tobago el 12 de diciembre de 2019.

Que se permita a los fabricantes engañar a los consumidores de esta manera enfurece a los ambientalistas. Uno habló con Global Voices, siempre con la condición de mantener el anonimato. Dijo que estas tácticas son ilegales en la Unión Europea y en Estados Unidos una compañía ha sido inhabilitada [14] por utilizar el aditivo y declarar que sus productos fueran biodegradables.

Okamoto confirmó que ese falso producto es ilegal en Estados Unidos. Las empresas infractoras que no cumplen con los estándares requeridos pagan multas y se les prohíbe continuar con la publicidad falsa.

La región es una grande contaminadora de plástico

Según Forbes [15], de los 30 mayores contaminadores mundiales por habitante de plástico desechable, 10 son del Caribe —Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, St. Kitts y Nevis, Guyana, Barbados, St. Lucia, Bahamas, Grenada, Anguilla y Aruba—  y «generan más restos de plástico que el peso de 20 000 trasbordadores espaciales»:

The biggest culprit is Trinidad & Tobago, which produces a whopping 1.5 kilograms of waste per capita per day — the largest in the world. At least 0.19 kilograms per person per day of Trinidad & Tobago's plastic debris is almost guaranteed to end up in the ocean due to improper disposal, amounting to more marine plastic originating in Trinidad & Tobago [per capita] than 98 percent of the countries in the world.

El mayor responsable es Trinidad y Tobago que produce 1.5 kg de residuos por habitante al día –el mayor del mundo. Está asegurado que por lo menos 0.19 kg de los restos de plástico por habitante al día de Trinidad y Tobago terminará en el océano debido al desecho impropio, lo que equivale a más plástico marino originado en Trinidad y Tobago [por habitante] que el 98 % de los países en el mundo.

Por lo tanto, la decisión de no utilizar el plástico es muy oportuna, especialemente ante lo señalado [16] por el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, en junio de 2019: «Si la tendencias actuales continúan, en 2050, nuestros océanos tendrán más plástico que peces. El mensaje es simple: rechaza el plástico desechable. Rechaza lo que no puedes reutilizar. Juntos, podemos trazar el camino hacía un mundo más limpio y más verde».

Según el Programa para el Medio Ambiente de Naciones Unidas [16], de 70 % a 85 % de la basura en el mar del Caribe proviene de las actividades terrestres y la mayoría está compuesta de plásticos. Junto con la escorrentía de agroquímicos y aguas residuales domésticas, el plástico es uno de los contaminantes más preocupantes en la región del Gran Caribe.

Algunas islas parece que lo están haciendo bien

Antigua y Barbuda fue pionera de dejar de usar plástico en 2016 con un enfoque múltiple para terminar con la dependencia al plástico: el Gobierno integró la prohibición dentro de la Ley sobre el Control de la Basura y Prevención [17] ya existente en el país, y lanzó una campaña informativa [18] y puso a disposición del público alternativas al plástico aprobadas. El bagazo [19], por ejemplo, el residuo fibroso después de la cosecha de caña de azúcar, puede ser utilizado en la fabricación de envases y como biocombustible para la producción de la energía.

Con una educación pública en curso [20], el país vio resultados concretos: el porcentaje de plástico en los vertederos disminuyó [21] del 19.5 % en 2006 al 4.4 % en 2017. Estadísticas como esas deberían animar los otros territorios regionales, cuyas economías dependen principalmente del turismo.

En Jamaica, el Gobierno está planteando una iniciativa contra el plástico en las redes sociales:

Hacemos el ambiente saludable suportando el veto a la expansión del poliestireno. Nuestro futuro depende de esto. Apoya el veto. Libres del plástico ya.

Los internautas han estado respondiendo adecuadamente:

Amamos Jamaica libre del poliestireno.

El Gobierno jamaicano ha dado a los ciudadanos un periodo de gracia porque el abandono del plástico desechable es más complicado que la prohibición de las bolsas de plástico y pajitas de plástico adoptada en 2019. Sin embargo, toda la legislación requerida fue aprobada en el  Parlamento de Jamaica y el veto será aplicado.

Acciones como esas ha sido respaldadas por iniciativas de las que muchas naciones caribeñas han sido signatarias, como Mares Limpios [29] y el Convenio de Cartagena [30], que es legalmente vinculante, y que implementa políticas como el Protocolo Relativo a la Contaminación Marina Procedente de Fuentes Situadas en la Tierra [31] y el Plan de Acción Regional Caribeño para la Gestión de Desechos Marinos [32] (RAPMaLI).  .

Sin embargo en Trinidad y Tobago, los ambientalistas están frustrados porque el Gobierno no parece entender cómo la reducción de los residuos plásticos puede ayudar el panorama medioambiental [33] y económico [16] del país. Una menor contaminación de plástico puede ayudar a reducir las inundaciones [34] de las vías fluviales obstruidas, disminuir el riesgo de enfermedades transmitidas por los mosquitos [35] y la contaminación de la cadena alimentaria. También disminuiría la basura no deseada que crea una sensación de desesperación en los ciudadanos y una mala primera impresión en los visitantes.

«Trinidad y Tobago tiene un problema de gestión de la basura», dijo nuestra fuente de información «que solo ha empeorado desde que China dejó de aceptar [36] el plástico mundial». «Necesitamos reformas, pero las políticas lo están dificultando».

El Ministerio de Planificación tenía prevista una reunión prevista para el 22 de enero de 2020. La legislación para abordar los plásticos desechables y poliestireno pertenece al Ministerio de Asuntos Jurídicos, según las varias partes interesadas que hablaron con Global Voices.