Irán no toma acción, pese a los reclamos de los reclusos bahá'ís torturados

24 Baha'is arrested in Iran's Golestan Province

24 bahá'ís arrestados en la provincia de Golestán, Irán. Fuente: Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán.

Una versión de este artículo se publicó originalmente en el sitio web de la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán.

El 27 de marzo del 2016 la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán tuvo conocimiento de una carta en la que se describe el tormento inflingido a 12 bahá'ís. Esta carta documenta los actos de tortura que realizaron los interrogadores hace tres años en la prisión Amir Abad y los centros de detención que se ubican en la provincia de Golestán, Irán. El grupo defensor de derechos humanos supo también que el Poder judicial iraní ha permanecido en un postura impasible ante el mismo, pese a la evidencia de tortura y una carta de reclamo formal dirigida al director del poder judicial de la provincia de Golestán, que fue enviada por las víctimas en el año 2012.

La organización también indica que ha obtenido una copia de la misma, la cual consiste de seis páginas. Fue escrita y firmada por los 12 bahá'ís, que fueron arrestados el 17 de octubre del año 2012. La carta fue enviada directamente al fiscal general de la provincia de Golestán, después que liberaran a las 12 personas bajo fianza. (En total, ellos pasaron entre 11 y 45 días en prisión).

El 29 de noviembre del año 2012 se presentó una carta ante el Poder judicial que fue sellada oficialmente, con ello se hacía constar de manera formal que había sido recibida. Esta hace un recuento detallado sobre cómo los interrogadores los torturaron. Estos actos se cometieron en la prisión de Amir Abad, en la ciudad de Gorgán, así como en otros centros de detención anónimos en la provincia de Golestán, al noreste de Teherán.

La carta declaraba:

On the first day of his interrogation, Mr. Behnam Hassani’s wrist was tied very tightly with a rope and attached to a metal ring. The ring was raised to a nail above his head such that only his toes could touch the ground. He was in so much pain that he started to scream and shout.

Then they brought him down and dragged him into a room and beat him. They pressed a pen between his fingers and hit him behind the head and on his mouth… Then they kept him under the rain for several hours on a cold night.

Is this what you call justice in the name of freedom and religion?

En el primer día de interrogatorio del Sr. Behnam, ataron fuertemente su muñera con una cuerda y la sujetaron a un aro de metal. Elevaron el aro a la altura de un clavo que se encontraba por encima de su cabeza, de manera que solo los dedos de sus pies podían tocar el suelo. Era tanto su dolor que comenzó a clamar y a gritar.

Después, lo bajaron y lo arrastraron a una habitación donde recibió una golpiza. Colocaron un bolígrafo entre sus dedos y ejercieron presión sobre ellos y le propinaron un golpe en la nuca y en su boca… Luego, lo dejaron bajo la lluvia por varias horas en una noche fría.

¿A esto se le llama justicia en nombre de la libertad y la religión?

Estos 12 bahá'ís estaban entre el grupo de 24 bahá'ís que recibieron largas sentencias en prisión en enero de 2016. Los otros 12 fueron arrestados en febrero y marzo del año 2013, también en la provincia de Golestán.

Persecución de la comunidad bahá'í

Esta comunidad es una de las minorías religiosas más severamente acosadas en Irán. Su fe no está reconocida por la constitución de la República islámica, por lo tanto, los miembros de esta comunidad afrontan discriminación severa. Inclusive pueden ser procesados por hacer demostraciones de su fe en público.

Confesiones forzadas

La carta afirma:

They forced Ms. Hana Aghighian to go under a table and then kicked her body while asking questions. Are confessions legitimate when obtained in such an atmosphere of terror?

Ellos obligaron a la Srta. Hana Aghighian a que se colocara debajo de una mesa, luego, pateaban su cuerpo mientras le interrogaban. ¿Son legítimas las confesiones que se obtienen en una atmósfera de terror?

La práctica de las «confesiones» forzadas en Irán ha sido bien documentada por las organizaciones internacionales de los derechos humanos. Con frecuencia estas son provocadas bajo tortura o con amenaza de esta.

Según la carta:

Ms. Aghighian was told that if she does not answer questions the way her interrogators want her to, then she would be handed over to others who would employ other methods.

When she again did not respond to the interrogator’s liking, the interrogator tore up the interrogation sheet and stuffed it in her mouth! … Even if all the accusations against us were true… the honorable intelligence agents had no right to treat us this way.

Le dijeron a la Srta. Aghighian que si no respondía las preguntas de la forma que sus interrogadores querían que lo hiciera, entonces, la trasladarían con otros que utilizarían diferentes métodos.

Cuando ella, de nuevo, no respondió como ellos esperaban, rompieron la hoja y ¡se la introdujeron por la boca! … Aún si todas las acusaciones en nuestra contra fuesen verdaderas… los honorables agentes de inteligencia no tenían derecho a tratarnos de esa forma.

Una fuente informó a la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán que los otros 12 bahá'ís arrestados en febrero y marzo de 2013 también fueron sometidos a un trato duro (aunque esta descripción no fue tan severa como la descrita por los primeros 12 en la carta).

«Ellos sufrieron de maltrato en el sentido que eran enviados a confinamiento solitario si a un interrogador no le gustaban las respuestas que estaba escuchando», indicó la fuente en una entrevista. «Eso, por sí solo, es considerado como tortura».

«Apagaban la calefacción en las celdas y – cuando los prisioneros se quejaban – les decían que debían sufrir porque no habían cooperado», afirma la fuente. «Dejaban que la iluminación permaneciera encendida las 24 horas o encendían o apagaban la radio o, los ignoraban [a los reclusos] por varios días, excepto, cuando los alimentaban».

«Todos ellos fueron acusados de tener relaciones sexuales ilegítimas», agregó la fuente. «Los investigadores decían que las mujeres y las jóvenes [bahá'ís] tenían el hábito de atraer a otros hombres [que no eran bahá'ís]. Otro interrogador dijo a un prisionero bahá'í: ‘Quiero hacerte pedazos. Lástima que mis manos estén atadas’. Otro presionó contra la pared a una de las prisioneras con su pie y le lanzaba amenazas desde una distancia corta».

«Los inquisidores decían que Mohammad es el último profeta, pero si los acusados respondían que existió otro mensajero después de él, serían acusado de estar en contra del Islam y por intento de derrocar a la república islámica», la fuente continuó.

«Ellos afirman que el Islam es la religión oficial de la nación y que creer en el bahaísmo significa estar en contra del Velayat-e Faghih [Tutela de los juristas islámicos, este principio sostiene que el mando más alto del Estado debe ser ocupado por un jurista islámico destacado]», indicó la fuente.

«Ellos [los investigadores] también los acusaban de intento de derrocar al régimen, ya que los estados enemigos, como Israel, EE. UU. y el Reino Unido, se opusieron a la República islámica y apoyaron a los bahá'ís», la fuente afirma. «Los investigadores decían que el apoyo a los bahá'ís en los medios de comunicación estadounidenses prueba que ese gobierno los respalda. Querían que los prisioneros revelaran los nombres de sus líderes y la estructura de la red».

«Uno de los prisioneros bahá'ís le preguntó a un investigador bajo qué fundamento estaban siendo retenidos. La respuesta que obtuvo fue por haber participado en proyectos [de proselitismo] conocidos como Roohi, una práctica común de los bahá'ís en todo el mundo. La República Islámica está enterada de ella [esta práctica]», la fuente indica. «Cuando los bahá'ís creen en algo, lo comparten con otros. Este es un derecho que posee cada persona».

«Estos 24 bahá'ís fueron enjuiciados en conjunto, por lo tanto, les imputaron los mismos delitos. Su juicio consistió de ocho sesiones y recibieron diferentes veredictos. Creemos que estos ya estaban preestablecidos antes del juicio y, que el tribunal únicamente tuvo un papel funcional», la fuente relató a la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán.

Intolerancia religiosa

El Dr. Ahmad Shaheed, el relator especial de la ONU por los derechos humanos en Irán, en sus informes anuales ha detallado reiterativamente el extenso abuso y la discriminación en contra de los bahá'ís en este país. En sus informes, Shaheed ha apelado al gobierno iraní a que cese su política de la intolerancia religiosa.

De acuerdo con Simin Fahandej, portavoz del bahaísmo en Nueva York, actualmente más de 80 bahá'ís se encuentran retenidos en prisiones iraníes. En febrero de 2016 ella afirmó:

Unfortunately, since [President Hassan] Rouhani came to power some two years ago, many Baha’is have been arrested, many Baha’i cemeteries have been destroyed, and Baha’i youths with top grades have been denied entry into the universities only because of their faith.

This begs the question, who are the criminals here? The Baha’is or the officials who send Baha’is to prison?

Lamentablemente, desde que Rouhani [el presidente Hassan] asumió al poder hace dos años, muchos bahá'ís han sido arrestados; muchos cementerios bahá'ís han sido destruidos y a los jóvenes bahá'ís con los mejores promedios académicos les han negado el ingreso a las universidades solo por su fe.

Esto inevitablemente plantea la pregunta ¿quién es el criminal en esta situación?, ¿los bahá'ís o los oficiales que envían a los bahá'ís a prisión?

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