Israel: Variedad de reacciones frente al asalto a la flotilla

La siguiente entrada es una compilación de otras entradas de blogs traducidas del idioma hebreo, todas ellas procedentes de la sección “última hora” de la plataforma israelí de blogs Israblog y todas ellas tratando el asunto del asalto a la flotilla. Los blogueros de esta plataforma pertenecen a un amplio espectro de edades aunque son mayormente jóvenes. Hay muchos anónimos y gente con seudónimo, sin mucha visibilidad fuera de la plataforma, pero dentro de la comunidad abunda el cruce de comentarios.

En su blog, Ilya pregunta ¿quién tiene la culpa?

Los soldados no tienen la culpa, yo también dispararía para defenderme. Pero ¿Quién los mandó a abordar un barco turco en plenas aguas internacionales cuando era obvio que habría resistencia? Esa persona debe pagar el precio. Esa persona se llama Ministro de Defensa y los demás ministros. ¿Cómo pudieron enviar a nuestros soldados a esa operación?

Sin duda Ilya no es la única que culpa a Ehud Barak por el resultado de la operación. Amitai publicó la siguiente fotografía de manifestantes de todo Israel que han pedido su dimisión.

Vika, una joven israelí de diecinueve años que actualmente presta servicio militar, se pregunta qué habrían hecho otros países en estas circunstancias:

Antes que otros países del mundo abran la boca, primero piensen qué harían de encontrarse en nuestra situación. ¿Permitirían que, vez tras vez, sin supervisión, atracasen barcos, descargasen ayuda humanitaria y se recibieran bombas con la ayuda? ¿O estos países habrían detenido los barcos, los habrían revisado o los habrían abordado a la fuerza si hubiese sido necesario?

ygurvitz escribe una virulenta crítica contra los generales de las fuerzas armadas de Israel.

¡Coordinen sus mentiras, son patéticos! Ayer todo el día el Comandante en Jefe de la Marina, el Gral. Eli Marom, el Ministro de Defensa, la sección de comunicación de las Fuerzas Armadas y otros se lamentaban de que todo había resultado una sorpresa tan grande que ni se les había ocurrido pensar que las cosas podían acabar sucediendo como sucedieron y que los atacantes esperaban un recibimiento con té helado en la cubierta del barco. Luego, de repente, ¡boom! palos, cuchillos y una barra de hierro que parecía un arma de fuego y luego disparos. Nueve muertos y muchos heridos.

Y todo esto se ventiló con una gran firmeza que hubiera sonado convincente si no fuera porque la semana anterior los mismos comandantes habían alertado que a bordo del Mármara había personas que pertenecían a organizaciones terroristas, fans de Al-Qaeda, de los klingons, Hamas y otros espíritus malignos – ¡¡¡Esto se publicaba el pasado jueves!!! – “existe un gran riesgo de que se despliegue actividad terrorista desde los barcos” y “queremos evitar el empleo de la fuerza pero si se da una situación de vida o muerte para nuestros hombres recurriremos a fuego real como un último recurso.”

Otro blog se muestra muy crítico con aquello en lo que la sociedad israelí se está convirtiendo:

…Lo verdaderamente preocupante es que un fallo tan garrafal (para las Fuerzas Armadas) pueda suscitar tales sentimientos de empatía por parte de los israelíes. Hay gente que considera falsamente a la operación “plomo fundido” como una guerra porque cree que una operación militar en la que alcanzamos infraestructuras civiles y somos alcanzados por nuestro propio fuego es algo de lo que podemos estar orgullosos. No estoy en contra de “plomo fundido” sino que hablo del orgullo patrio, de todo el amor y abrazos que les mandamos a los soldados que se ven arrastrados a estos operativos. No son guerras verdaderas, ni batallas. Son simplemente una demostración de fuerza del matón más peligroso del barrio. A veces esto es necesario y está justificado y a veces es brutalidad, como la de un perro sin dueño.

La sociedad israelí se está volviendo fascista y todos lo saben. Si aún no te enteraste de que vives bajo un régimen semi-militar seguramente es porque eso te gusta o porque no te interesa lo que pasa en el exterior de tu burbuja. Todo el mundo sabe que la violencia se ha estado rumiando durante años en el fondo de la democracia israelí. Como una gingivitis a la que no se ha prestado atención, se acerca el día en que los dientes empiezan a caerse. Todos saben que la sospecha de tener afinidades con el izquierdismo es casi lo único que se necesita para enjuiciar a alguien y pronto ser de izquierda estará fuera de la ley. ¡Y a mí ni siquiera me interesa la izquierda! Soy tan solo un ciudadano preocupado, preocupado por el futuro de la libertad en nuestro país y por el futuro de la sensatez. En momentos como estos me pregunto qué futuro le depara Israel a la gente normal, con aspiraciones sencillas: libertad, conocimiento y calidad de vida. Luego pienso en el futuro que tienen fuera de Israel y entiendo que ninguno porque este país se ha asegurado de que los violentos más violentos del mundo nos odien con toda su alma.

Una vez, a la gente se la retenía en el país mediante préstamos hipotecarios.
Hoy se la retiene con un estanque lleno de caimanes.

Uri Heitner señala directamente a Egipto, que también ha estado apoyando el bloqueo de Gaza.

Hoy —como cualquier otro día— tampoco hay bloqueo en Gaza. Decenas de camiones acuden desde Israel con suministros, alimentos y medicinas. Existe un estado de sitio marítimo que busca prevenir la provisión a Hamas de armas y artillería. Se puede discutir sobre la efectividad del bloqueo. Hace poco he estado pensando sobre su efectividad. No hay duda alguna de que, desde un punto de vista moral, el estado de sitio se encuentra justificado. Tampoco hay duda alguna de que no debería llamarse “bloqueo”.

Si de veras existe un bloqueo en Gaza, debemos culpar a Egipto. Los egipcios son hermanos árabes de los residentes en Gaza. Hamas no retiene a ningún soldado egipcio al que haya secuestrado. Hamas no lanza misiles hacia las ciudades egipcias. Si Egipto cierra sus fronteras con Gaza (con el irracional apoyo de Israel) ¿Por qué vienen a quejarse a Israel? Como si la obligación de Israel fuese dar apoyo a un enemigo dañino.

Aquel que lanzó la flotilla sabía perfectamente que en Gaza no había ninguna crisis humanitaria. Sin embargo sí sabían que una flotilla “humanitaria” de “activistas pacíficos” enviada para “romper el bloqueo” constituye una provocación que dañará la legitimidad internacional del Israel. En una decisión absolutamente equivocada, Israel se prestó al juego y se vio arrastrado a una provocación y, por tanto, lesionado. Hay motivo para un debate público sobre tal decisión.

Lior, una estudiante de quince años describe su frustración ante la incapacidad israelí para reconocer lo equivocado de la operación.

No, no soy de izquierda. No quiero discutir sobre las opiniones racistas de derechas que están teniendo lugar aquí ahora. También he visto en la televisión a un manifestante amenazando y gritando que hay que destruir Israel. También fue desconcertante y preocupante para mí, pero sigo creyendo que aquí nadie estuvo a la altura, especialmente nosotros y tenemos que reconocer esta amarga verdad. Nuestra reacción estuvo fuera de lugar. Ellos también eran violentos pero todo esto se podría haber evitado.

¿Es tan difícil reconocer que nos equivocamos, que lo hicimos muy mal? Hemos demostrado a otros países con cuánta ceguera podemos actuar. Todo el mundo cree saber más que los demás pero nadie es capaz de contarme exactamente qué pasó ese día.

Little D piensa diferente:

Estoy todo el día leyendo artículos sobre lo ocurrido en el Mármara. Si hasta hoy yo creía ser de centro-derecha, hoy digo convencido que la ultraderecha me representa mejor.
La tormenta desatada después de lo del Mármara me abrió los ojos.
Lo que hicimos allí, en el barco, estuvo totalmente justificado. Cualquier país democrático hubiera hecho exactamente lo mismo. La diferencia era que los soldados pretendían no usar la violencia, sino solamente detener el barco antes de llegar a su destino, pero se les respondió con violencia y tuvieron que actuar en defensa de sus vidas.

Según ‘Melodrama’, de diecisiete años, lo que buscan los israelíes es paz y tranquilidad:

En el mundo no entienden que sólo queremos vivir en paz y tranquilidad, como ellos.
Pero no podemos porque, a diferencia de ellos, tenemos atentados terroristas, guerras y misiles apuntando hacia nosotros.
Aquí la gente desconoce lo que es la tranquilidad.
Y ellos (los extraños) no saben cómo es el ejército. Cuando, a los dieciocho años, vayan a fiestas universitarias para salir con chicas, jamás alcanzarán a comprender lo que nosotros hacemos aquí a esa edad.
Nunca.
Porque no se han criado con esto.
No han crecido en medio de todo esto.
Y deben callarse y agradecer por lo que ellos tienen y nosotros nunca tendremos – ¡¡tranquilidad!!

Y para terminar, un mensaje poético de un bloguero llamado Bakster:

He experimentado la paz a flor de piel.
Y quiero que todos la sientan.
La experimenté con música, pero era paz.
La sentí.

Hable con una chica palestina. Estaba escuchando Orphaned Land [una banda metálica israelí],
su situación era mucho peor que la nuestra
pero conversamos
y ella explicó su situación y yo le hablé de mi tierra
y hablamos de música.

Ni una vez, ni dos veces, en medio de la conversación dijimos “¡y pensar que yo debiera odiarte!”

No sé qué fue de ella. No supe de ella durante un tiempo.
Pero he comprendido que la situación allí es grave.

Necesitamos paz.
No le pregunto a la derecha ni a la izquierda si la quieren.
Se trata de un hecho.
Se encuentra grabado en las rocas desde hace años.
Necesitamos paz.
La necesitamos aquí.
Aquí mismo.

Sigan mandándonos enlaces.
Y gracias por su apoyo.

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