Lucha por la dignidad: Los derechos de la mujer en Afganistán

Imagen de Flickr . Curso de fotoperiodismo en la ciudad de Farah, Afganistán. Una niña del lugar mira fijamente a la cámara en la ciudad de refugiados, 9 de febrero.

Mientras que el movimiento #MeToo [Yo también] desató intensos debates  sobre el acoso sexual en todo el mundo, las feministas de Afganistán en su mayoría estuvieron confinadas a ser testigos del impacto desde un rincón. Los logros en materia de derechos de las mujeres en ese país durante los últimos años han ido en aumento y acompañados por reveses constantes.

Así las cosas, un movimiento autóctono similar a #MeToo parece algo remoto en una república en la que el conservadurismo social y el poder político, profundamente arraigados, actúan para reforzarse uno al otro.

Hacia fines de 2017 y por primera vez en la historia, fueron electas tres mujeres para el consejo provincial de Maidan Wardak, en lo que contituyó un hito para las mujeres en elecciones locales. A comienzos de año, la legislatura nacional emocionó a muchos activistas cívicos cuando aprobó una ley contra el acoso. Sin embargo, en diciembre de 2017, cuando el presidente Ashraf Ghani anunció la nominación de doce ministros, la misma cámara rechazó únicamente a la candidata mujer y aceptó a los once hombres.

Una de las historias más trágicas del sufrimiento femenino el año pasado ocurrió un mes antes, en noviembre, cuando Zahra Khawari, estudiante en la Universidad de Kabul, se suicidó luego de que su tutor rechazara en múltiples ocasiones su tesis sin razón evidente. Otras estudiantes del dormitorio confirmaron que Zahra había enfrentado tanto discriminación racial como de género durante su carrera.

Las estrellas pop llevan el sufrimiento, las militares llevan la peor parte

La lucha de género se manifiesta a veces en discusiones en torno a la cultura popular, ocasiones en las que recibe una resonancia mayor.

El 20 de agosto de 2017, un clérigo organizó una manifestación para impedir que la cantante pop Aryana Sayeed llevara a cabo un concierto en la capital y la acusó de corromper a la juventud afgana. La campaña, que al final fracasó, se debió a la apariencia y forma de vestirse de la cantante, consideradas ajenas a la cultura nacional y religiosa.

Sin embargo, tal vez el incidente que puso de manifiesto la situación apremiante de las mujeres de ese país es otro. En noviembre de 2017, se hizo público un video en el que se veía cómo un teniente de la Armada Nacional de Afganistán explotaba sexualmente a una joven que parecía ser su subordinada.

Un sector importante de las redes sociales afganas recurrió a la culpabilización de la víctima, la acusaron de inmoral y de buscar un ascenso en su carrera a cambio de sexo. Una de las teorías más extremas, que ganó popularidad en las redes sociales, explicó que la víctima trabajaba para uno de los políticos rivales del teniente.

              قرار ویدیو های منتشر شده از دگروال لغمانی و دیگر دگروالها در فضای مجازی، احتمالاً مفعول یک نفر است و اگر چنین باشد دختر به دستور کسی یا به رضایت خود با هرکی دلش خواسته است رابطه ایجاد کرده است نه بخاطر وظیفه و مجبوریت.

Suscríbete a actualizaciones por correo »

Salir de la versión móvil