China enfrenta duro camino para terminar sus políticas de COVID cero

Gobiernos locales ya no pueden financiar el COVID cero

Ciudadanos de Shanghái enfrentamos a trabajadores que aplican reglas de confinamiento. Captura de pantalla del canal de YouTube de Global News.

China está a punto de poner fin a su política de «COVID cero» después de que una ronda de intensas protestas nacionales sin precedentes sacudió el país. Las protestas se produjeron en respuesta a un incendio en el que murieron 10 personas en una zona residencial de Urumqi, Sinkiang, el 25 de noviembre de 2022. El edificio se encontraba bajo confinamiento por COVID-19, por los protocolos y barreras de COVID cero, los ciudadanos lucharon por salir del edificio aún cuando el fuego hacía estragos. Aunque este incidente y los tres años de confinamiento por COVID-19 han generado un resentimiento generalizado en China, el camino hacia la apertura del país se presenta inestable.

Aunque la variante ómicron es relativamente leve, dada la baja tasa de vacunación de refuerzo de COVID en China, la falta de inmunidad natural de anteriores olas de contagio, así como lo inadecuado de las instalaciones médicas, el número de casos graves y muertes podría ser abrumador.

Sin embargo, después de tres años de vivir bajo encierros y un estricto control, la población está agotada por las políticas de COVID cero y exige cambios. Al mismo tiempo, los Gobiernos locales no tienen dinero para pagar pruebas PCR masivas, centros de cuarentena y confinamiento.

Cifras de muertes previstas

Un experto local en control de enfermedades estimó que el país podría enfrentarse a más de 2 millones de muertes si sigue el modelo de Hong Kong, menos estricto que el de China continental. Otra estimación situaba la cifra de muertos en torno a 1,5 millones.

Modelización de la transmisión del SRAS-CoV-2 ómicron en China.
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Esta ⬇️ es la razón clave por la que el Gobierno chino está entre la espada y la pared: incluso con el 88 % de la población vacunada, las muertes por detener el COVID cero serían de 1,55 millones de personas y la demanda máxima de la UCI sería 15,6 veces (!) la capacidad existente.

La tasa de mortalidad de Hong Kong durante el brote de ómicron en marzo de 2022 fue la más alta entre las naciones de renta alta debido a la relativamente baja tasa de vacunación entre los ancianos. En su punto álgido, la tasa de mortalidad fue de 37,7 por millón de habitantes.

Para evitar sobrecargar su sistema médico, China inició una campaña de vacunación para los ancianos. En la actualidad, solo el 68 % de los mayores de 60 años han recibido una dosis de refuerzo, y la cifra desciende al 40 % en el caso de los mayores de 80 años.

Una oleada importante de COVID-19 en China provocaría un dramático número de muertes. Los linajes actuales de SARS-CoV-2 ómicron en circulación son «más leves» que alfa o delta, pero la morbimortalidad asociada está en consonancia con los linajes pandémicos tempranos de SARS-CoV-2 para las personas no inmunizadas.
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CHINA SE QUEDA REZAGADA EN REFUERZOS DE VACUNA PARA COVID-19 PARA ADUltOS MAYORES
China está muy mal preparada para una gran oleada de COVID. Muy pocas personas han adquirido inmunidad al virus por exposición previa y las tasas de vacunación en ancianos son desastrosamente bajas.
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Esto significa que el país tardaría meses en alcanzar su objetivo de tener una tasa de vacunación completa del 90 % entre los mayores de 80 años. Y es probable que las dudas sobre la vacunación entre los ancianos alarguen el proceso.

Para ganar tiempo, la relajación de la política de COVID cero comenzó en las grandes ciudades, como Guangzhou, Shanghái y Pekín, donde hay mejores instalaciones médicas. En estas ciudades también es donde el resentimiento y la frustración por los confiamientos sacaron a la clase media a la calle.

China está desmantelando su máquina de COVID cero, aunque el virus parece estar extendiéndose.
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En los últimos días, Pekín, Shanghái y muchas otras ciudades han anunciado que ya no exigirán a sus ciudadanos que muestren un resultado negativo reciente para entrar en centros comerciales o usar el transporte público.

Sin embargo, una vez que las ciudades se abran, es bastante inevitable que la variante ómicron se propague rápidamente a las regiones menos desarrolladas, donde la tasa de vacunación es menor y las instalaciones médicas son peores.

Financiamiento de COVID cero

Paradójicamente, el estancamiento actual de China se debe a que logró evitar la entrada del virus en la comunidad con sus políticas punitivas y estrictas de COVID cero, con pruebas generalizadas de PCR, códigos sanitarios estrictos, cierres de distritos, cuarentena obligatoria para pacientes infectados, restricciones de viaje, propaganda a favor de la política de COVID cero, y más.

En lugar de reforzar las instalaciones médicas y la vacunación, se destinaron enormes cantidades de recursos e inversiones públicas a construir infraestructuras de COVID cero. Como señaló el activista de derechos humanos Kenneth Roth:

La respuesta de China al aumento de casos de COVID-19 es confusa.
Es demasiado pronto para predecir cómo evolucionará su política de «COVID cero».
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¿Por qué sigue Xi Jinping con sus draconianos cierres de «COVID cero»? Porque mientras invertía miles de millones en censura y represión, «China tiene menos de cuatro camas de UCI por cada 100 000 habitantes. Eso contrasta con las más de 30 por cada 100 000 en Estados Unidos».

Ciertamente, en los últimos tres años, más de 2000 hospitales privados se vieron obligados a cerrar al no poder gestionar sus negocios por falta de pacientes, según informes periodísticos de China continental. En 2020, los ingresos totales de los centros médicos privados de todo el país ascendieron a 373 500 millones de yuanes (53 500 millones de dólares), los gastos totales a 525 600 millones de yuanes (7300 millones de dólares) y el déficit a 150 200 millones de yuanes (21 500 millones de dólares).

En cuanto a los hospitales públicos, la mayor parte de sus recursos se destinaron a las pruebas de PCR, lo que los endeudó con las empresas de pruebas, ya que las administraciones locales andaban escasas de efectivo.

Por ejemplo, el 80 % de la fabricación del iPhone se hace en Zhengzhou, donde se han producido confinamientos patronales, huelgas y protestas de gran repercusión. Apple ya había empezado a trasladar la producción a India y ahora está ciertamente motivada para acelerar la transición.
Qué significa el éxodo de Foxconn en Zhengzhou para las cadenas de suministro chinas.
La política china de «COVID cero» ha puesto de manifiesto los riesgos de una concentración excesiva de las cadenas de suministro. Pero ¿puede algún país sustituir a China de forma realista?

Las ciudades chinas se están quedando sin dinero para pagar las enormes facturas del cierre de COVID.
Las protestas de esta semana en toda China demuestran lo impopular que se ha vuelto la política de Pekín de COVID cero. Ahora, incluso cuando el país señala que podría relajar los controles de la pandemia, enfrenta otro reto: los Gobiernos locales encargados de realizar pruebas masivas y aplicar la cuarentena se están quedando sin dinero y podrían verse obligados a recortar gastos o reducir otros servicios vitales
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La PCR también es cara. Cientos de millones de pruebas PCR al día cuestan toneladas de dinero y han llevado a la bancarrota a los Gobiernos locales en un momento en que China enfrenta una creciente crisis de deuda y los ingresos procedentes de la venta de tierras se están agotando.

Además de las pruebas PCR, los Gobiernos locales también necesitaban destinar fondos para construir y gestionar instalaciones de cuarentena y pagar a los agentes de la ley. Recientemente, ha habido un creciente número de protestas protagonizadas por estos trabajadores temporales del Gobierno, que exigen el pago de sus salarios atrasados. Una de estas protestas tuvo lugar en Shanghái a principios de noviembre:

Calle Gonghexin de Shanghái, Dabai marchó y se manifestó, ¡piden el dinero ganado con tanto esfuerzo.

Antes de las protestas nacionales contra el COVID cero, China seguía intensificando la construcción de centros de cuarentena en todo el país para prepararse para el esperado brote de ómicron en invierno. He aquí una de las principales obras de construcción de un centro de cuarentena en Guangzhou:

Se está construyendo el mayor campo de cuarentena de la ciudad china de Guangzhou.
Cuenta con 90 000 módulos de aislamiento

Muchos de estos proyectos están ahora suspendidos, ya que la nueva política de Pekín permite la cuarentena domiciliaria para contagiados asintomáticos.

Cambio de narrativas y debates

El repentino cambio de política desencadenó un giro total en la narrativa sobre las políticas sanitarias del país y el coronavirus. Durante tres años, los medios chinos difundieron informes que glorificaban la política de COVID cero y demonizaban los enfoques de otros países para «vivir con COVID«.

Pero esta narrativa ha dado un giro total. La ciudad de Guangzhou, adyacente a Hong Kong, publicó una declaración que celebra el individualismo en la sociedad liberal en su emblemática torre:

Mensaje en la Torre de Cantón de Guangzhou (China)

«Cada uno es el principal responsable de su propia salud»

Guangzhou establece el fin del COVID cero, muy probablemente en un proceso escalonado.

Hu Xijin, influenciador afiliado al Estado, está en primera línea en la reconfiguración de las narrativas. El 2 de diciembre dijo a sus seguidores que, como persona de 62 años, estaba preparado para infectarse con COVID, y el 5 de diciembre sugirió que la gente tratara el COVID-19 como una gripe:

La respuesta al COVID en muchas partes de China se ha ajustado drásticamente y no pasará mucho tiempo hasta que se pueda viajar por todo el país sin tantas restricciones. Ha llegado el momento de que los chinos traten la gripe COVID-19 como una gripe. La mentalidad de la gente está cambiando junto con los ajustes políticos.

Sin embargo, aún es demasiado pronto para afirmar que China volverá a los niveles de libertad anteriores al COVID. Dentro del Partido Comunista chino, las opiniones siguen divididas.

Jiang Yu, investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, escribió un artículo el 6 de diciembre en el que criticaba la sugerencia de Hu de tratar la COVID como una gripe y estimaba que más de un millón de personas perderían la vida en el plazo de un año si China adoptaba un enfoque abierto. Jiang subrayó que, cultural y políticamente, el pueblo chino no podía aceptar renunciar a la vida de los ancianos.

Aunque el artículo de Jiang fue de los principales medios, sigue circulando ampliamente en sitios web afiliados al partido de línea dura y ha resonado mucho en las redes sociales.

Dado que el cambio de política se produjo de repente, sin un proceso de consenso, queda por ver cómo reaccionará la población ante la relajación de la política de COVID cero y las muertes que puede acarrear.

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