Sin embargo, China tiene ciertamente sus propias tradiciones revolucionarias. El exitoso Levantamiento de Wuchang el 10 de octubre de 1911 significó el inicio de la Revolución de Xinhai que derrocó a la dinastía Qing (1644-1912) y estableció la República de China. Este año se cumple el centésimo aniversario del Levantamiento de Wuchang y la Revolución.
Cien años del Levantamiento de Wuchang
Contra el clima revolucionario global y el malestar social, facilitado por Internet, huelga decir que la interpretación moderna de la Revolución de Xinhai es altamente sensible y política.
El Proyecto de Medios de China echa un vistazo a la representación del Partido Comunista Chino (PCC) de la Revolución de Xinhai a través de los informes de los medios el 10 de octubre de 2011:
Primera Plana del Diario del Pueblo el 10 de octubre de 2011
Podemos ver mejor el tratamiento básico del Partido mirando la primera plana del Diario del Pueblo, diario oficial del Partido, donde una foto del comité permanente + 1 (expresidente Jiang Zemin), con Hu Jintao y Jiang Zemin justo en el medio, acompaña a un seco informe de la conmemoración y el texto oficial completo del “importante discurso” de Hu Jintao.
El discurso del presidente chino Hu Jintao sobre la Revolución de Xinhai no tiene nada fuera de lo ordinario, pero la discusión en el foro en línea Weibo es más discutible e interesante.
Discusiones en línea
El reportero Wang Wen del Global Times, otro medio de comunicación controlado por el partido, habla acerca de la Revolución en ánimo celebratorio [zh] y prevé que le tomará otros cien años lograr sus fines:
Hoy es el centésimo aniversario de la Revolución de Xinhai. Hemos logrado tres importantes objetivos: en primer lugar, la restauración de la nación china; en segundo lugar, el derrocamiento del sistema imperial; en tercer lugar, el desarrollo de infraestructura, incluyendo la Represa de los Tres Desfiladeros y el Ferrocarril Tibetano, como lo había avizorado Sun Yatsen. Todavía nos falta lograr tres objetivos: en primer lugar, la erradicación de pensamiento feudales; en segundo lugar, reunificación [con Taiwán]; en tercer lugar, el desarrollo del gobierno de la constitución. Estos últimos tres objetivos probablemente tomen otros cien años. Es por eso que aún debemos decir que «la revolución todavía debe lograrse, se necesitan más esfuerzos de nuestros camaradas».
De otro lado, el historiador chino Lei Yi cree que el pueblo chino no debería aferrarse al modelo de China y sostiene [zh] que la Revolución de Xinhai significa la bancarrota de un sistema político con características chinas:
Hoy es el centésimo aniversario de la Revolución de Xinhai. Derrocó miles de años de sistema imperial y autoridad imperial concedida por los cielos. Un sistema político así fue alguna vez defendido como la fundación invariable de la tradición china, pero al final fue derrocado. ¿A qué característica de este sistema político chino debemos aferrarnos? Creo que el mayor significado de la Revolución de Xinhai es la bancarrota del discurso sobre el sistema político con características chinas.
El doctor Sun Yat-sen, líder de la Revolución Republicana y Padre de la Nación China. Imagen de sustainableview.blogspot.com, disponible para el dominio público.
Sin embargo, no todos están en ánimo celebratorio. Chen Jieren, comentarista de temas actuales, comenta en su Weibo [zh]:
Todos están hablando acerca del significado de la Revolución de Xinhai como si hubiera un consenso: el mayor logro de la Revolución fue el derrocamiento de la dictadura feudal. Sin embargo, ¿es real? En mi opinión, la Revolución de Xinhai acaba de derrocar al emperador de su silla de dragón, pero seguimos viviendo en un sistema feudal. No mencionemos a los ‘príncipes’ oficiales de alto rango del gobierno y las falsas elecciones democráticas; el hecho de que los grupos de interés hayan ocupado sus propios territorios es muy típico de una sociedad feudal.
La Revolución de Xinhai no es tan significativa. La Revolución no es tan gloriosa como hemos imaginado. Significó el inicio de todo el caos en el siglo XX. Si la Revolución de Xinhai no hubiera ocurrido y el ritmo de la reforma constitucional hubiera aumentado, no hubiera habido necesidad de desafiar el poder imperial y la sociedad hubiera podido progresar de manera estable.
La conclusión del argumento de Xiao puede ser muy conservadora, pues el PCC ha sido comparado con el poder imperial entre los cibernautas. Sin embargo, Ximen, Editor de Southern Metropolis, recoge su argumento de «qué hubiera pasado si» y concluye que [zh] todas las sangrientas revoluciones de los últimos cien años fueron resultado de oportunidades perdidas para una transformación pacífica:
La Revolución de Xinhai fue el resultado de una reforma de monarquía constitucional perdida; una constitución democrática se perdió durante el establecimiento de la República de China; perdimos el desarrollo de un sistema político de dos partidos en las Negociaciones de Chongqing y perdimos el desarrollo de un sistema de múltiples partidos políticos cuando se estableció la Conferencia Consultiva Política Popular China; en nuestros últimos cien años de historia, lo que no hemos perdido son rondas y rondas de sangrientas revoluciones.
Yuan Weishi, historiador que vive en Guangdong, resume [zh] en un post la lección que podemos aprender de la historia:
La principal lección histórica es que muchas personas tienen que seguir promocionando conocimiento popular sobre la civilización moderna. Es muy desalentador que nuestros desastres provengan de una ignorancia masiva y del bajo nivel de pensamiento intelectual entre las élites sociales. También tienen muy poco conocimiento sobre la sociedad moderna. Hasta Sun Wen [Sun Yatsen – fundador de la República de China] estuvo influenciado por la idea de «el emperador es la nación».
Dijo que la revolución debería estar bajo «un líder con absoluta obediencia» y que «soy el iniciador y profesional de la República que derrocó al sistema autoritario. Para los que hablan de República y Democracia fuera de mi dirección, están en mi oposición».
Cuando se les enfrenta con todos estos aterradores acontecimientos históricos, para los que están realmente preocupados por el destino de nuestro país, por favor, no usen «tradición» ni «carácter nacional» como el pretexto para resistirse al ingreso de la civilización moderna a China. Pueden jugar con los clásicos chinos: Shangshu, I Ching y las Analectas como quieran. ¡Por favor, no engañen a los chinos diciendo que tenemos la mejor computadora y constitución!