Rusia: ¿Pussy Riot condenadas por sus simpatizantes?
La reciente cobertura en internet del juicio a Pussy Riot hace parecer que toda Rusia se ha movilizado en protesta contra el excesivamente duro trato que han recibido las tres integrantes de la banda. Hasta Vassily Yakemenko, el antiguo líder NASHI, grupo juvenil simpatizante de Putin, se ha manifestado en contra de tenerlas recluidas.
El apoyo a Pussy Riot fue relevante sobre todo al acercarse el final del juicio cuando el fiscal solicitó tres años de prisión.
Quienes apoyan a la banda se dividen en dos grupos. Están los que dicen que Pussy Riot no hizo nada malo y que nunca debieron haber sido arrestadas. Y están los que sostienen que la Iglesia debería mostrar clemencia, aunque sus acciones hayan sido ofensivas.
Si se engloba a las dos facciones, es fácil olvidar que algunos de los simpatizantes de las Riot no siempre mostraron tanto apoyo.
Participantes del gripo Pussy Riot esperan ser escuchadas en la Corte Khamovnichesky de Moscu, 13 de agosto de 2012. Foto de Anton Belitskiy, derechos reservados © Demotix.
De alguna manera, los que apoyan la liberación de Pussy Riot — pero siguen creyendo que son culpables de alguna mala conducta — faciltan las cosas a los verdaderos detractores. Después de todo, una vez que sus acciones sean definidas como alguna manera de conducta dolosa más que un ejercicio de libertad de expresión, todo lo demás es asunto de grados: el grado de severidad del delito y la severidad del castigo son un asunto de interpretación.
Inmediatamente después del funesto ‘concierto’ de Pussy Riot, Marat Guelmann, reconocido propietario de una galería de arte moderno y que actualmente es uno de los mayores defensores del grupo, escribió en un comentario [ru] de LiveJournal:
Жду выступления этих сосок в главной мечети Чечни. Пусть там продемонстрируют всю «мощь» феменизма
Gelman, que después dijo que el grupo “profanó” [ru] la Catedral, se refería a lo que pronto sería un popular meme en la polémica de Pussy Riot — que, si el grupo realizara su actuación en una mezquita islámica en lugar de una iglesia ortodoxa, de alguna manera estarían peor.
Aleksey Navalny, otro partidario actual, escribió [ru] luego de que arrestaran a las integrantes y las mantuvieran en reclusión previa al juicio:
Акция их в ХСС – идиотская и спорить тут нечего. Какой аргумент ни возьми, от «в мечеть-то вы не пошли» до «а зачем вообще» – всё правда. Мне бы, мягко говоря, не понравилось, если в тот момент когда я в церкви, туда забежали какие-то чокнутые девицы и стали бегать вокруг алтаря. Имеем неоспоримый факт: дуры, совершившие мелкое хулиганство ради паблисити.
Después, Navalny dijo que se debería dejar ir a las chicas porque no son delicuentes violentas y tienen hijos pequeños. La misma postura han tomado más de doscientas famosas figuras culturales rusas que han firmado una carta [ru] de apoyo a la liberación de las Riot, donde también deja constancia de que dos de las acusadas son madres jóvenes, y sostienen que su caso debería parar o ser “recategorizado de penal a procedimiento administrativo”, porque no han “matado ni robado” a nadie.
Lógica como esta, aunque basada en sentimentos bien intencionados y comprensibles en el contexto de la creciente religiosidad en Rusia, es alimento para la crítica. Por ejemplo, luego de la publicación de la carta, Sergey Lopatnikov, Científico Principal en el laboratorio de la Universidad de Delaware de día y blogger político de noche, comparó a Pussy Riot con neonazis [ru]. En su blog incendiario, expuso que según la lógica de los suscriptores de la carta, los dos neonazis que pintaron esvásticas en una sinagoga [ru] en Orenburg tampoco “mataron ni robaron” a nadie, y por lo tanto merecen la misma carta de apoyo.
Por supuesto, no todos los cibernautas que se oponen a Pussy Riot usan complicados argumentos lógicos. Por ejemplo, el barbado hombre de negocios y blogger German Sterligov (que es ortodoxo pero tiende a escribir negativamente acerca de la Iglesia) llama a Pussy Riot [ru] “perras que bailan” y “estúpidas tipas ateas”, mientras que Sergey Leteha, gran defensor de Putin, dice [ru] que “Pussy Riot se caga en la Iglesia Ortodoxa Rusa”.
Otros toman un cauce diferente. El poeta y blogger Miroslav Nemirov escribió un post [ru] (que pronto ocultó), donde decía que las integrantes de Pussy Riot eran verdaderamente provocadoras que trabajaban con la policía a cambio de fama. No queda claro qué es lo que, según él, obtendría la policía de esta relación.
No obstante, el nacionalista Konstantin Krylov también insinúa [ru] que todo el incidente es un uso inteligente de tecnología política por parte del Kremlin. Tal vez la idea es que el Kremlin está supuestamente incitando odio público para distraer a la gente de los ‘problemas reales’.
Uno de los arrebatos más perturbadores fue el de la popular cantante rusa Elena Vaenga, que el 4 de julio publicó una queja (toda en mayúsculas y llena de errores de ortografía) en su libro de invitados [ru], parte del cual dice:
я не ИИСУС ХРИСТОС И ПРОЩАТЬ ВСЕХ И ВСЯ НЕ МОГУ(((((((((((((((((((((((((((((((((((((((( МОЛЧАТЬ НЕ БУДУ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ДАМЫ ИЗ ПАНК ГРУППЫ «ПУСИ ХРЮСИ» ИЛИ КАК ИХ ТАМ ЕЩЕ ОХРИНЕЛИ ВКОНЕЦ((((((((((((((((((((((( ОНИ ОСКОРБИЛИ МЕНЯ КАК ВЕРУЮЩЮЮ ХРИСТИАНКУ ДО ГЛУБИНЫ ДУШИ…… 100000000000000000 РАЗ ОНИ ВИНОВНЫ.(((((((((((((((((((((((((((( [. . .] 7 ЛЕТ МНОГО?????????????? НИЧЕГО АВОСЬ МОЗГ НАМЕСТО ВСТАНЕТ(((((((((((((((((((((((( ИМ НА ЗОНЕ ПОКАЖУТ «ПУСИ»(((((((((((((((((((((((((МЕНЯ АЖ ТРЯСЕТ(((((((((((((((((( НАХОДЯТСЯ ЖЕ ЛЮДИ КОТОРЫЕ ЕЩЕ ИХ ОПРАВДЫВАЮТ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!((((((((((((((((
El periodista Dmitry Olshansky cree [ru] que esta opinión probablemente sea compartida por la mayoría de rusos. Mientras tanto, los bloggers admiradores siguen agravando la situación de las Riot pidiendo indulgencia, antes que discutir todo el principio de la sanción. Hace poco, uno de ellos blogueó sobre cómo castigar “adecuadamente” a las integrantes de la banda. Su respuesta [ru] es que se les debería procesar por el delito de profanación de cadáveres y sepulturas, que convenientemente acarrea sentencia de tres a seis meses de prisión. Con amigos como estos, ¿quién necesita enemigos?