Ilustración de Tactical Tech.

Este artículo es de Stefanie Felsberger y se publicó en TacticalTech.org. Reproducimos una versión editada para Global Voices em virtud de un acuerdo de asociación. 

Después de que se abolió el derecho al aborto en Estados Unidos en 2022, se ha creado un debate a nivel mundial sobre la vigilancia de la vida reproductiva de las mujeres. Gran parte del debate se ha centrado en las aplicaciones que registran la menstruación: cómo podían difundir datos de las usuarias y revelar una posible interrupción del embarazo, si se debe eliminar la aplicación o si es segura.

Esta atención de las aplicaciones de control menstrual deja a un lado las formas más profundas y sistémicas en que se da seguimiento, se convierten en datos y se gana dinero con las interacciones en línea de la gente, lo que puede amenazar los derechos reproductivos de las personas. Sin embargo, ¿cuál es el punto de intersección entre la recopilación de datos que hacen empresas privadas y la vigilancia de derechos reproductivos que hacen diferentes Estados? Este artículo pretende arrojar algo de luz en este debate.

Muchas empresas en todo el mundo vigilan y recogen información sobre reproducción, especialmente sobre la menstruación. Esto suele ocurrir sin conocimiento y sin que la gente conozca el valor económico de sus datos, hasta dónde se vigilan o sus consecuencias dañinas individuales o colectivas.

Capitalismo de datos: ¿cuál es el valor de los datos sobre reproducción?

Hoy en día, los modelos de negocio de la mayoría de empresas tecnológicas o de internet está relacionado con el gran mercado de datos. La mayoría de estas instituciones pretenden extraer tanta información personal de usuarios y potenciales usuarios como sea posible, desde cualquier parte y por cualquier medio. Las diferentes partes involucradas venden o difunden estos datos o bien los compilan y venden el acceso a los perfiles de los usuarios o a la información de cómo se usan. Este sistema también permite a los Gobiernos conseguir acceso a la información personal de la población. Las instituciones estatales que vigilan derechos reproductivos o de otro tipo pueden solicitar a las empresas acceso a la información privada de las personas, requerir por ley que entreguen la información a través de citaciones judiciales, o incluso comprar colecciones de datos en el mercado. De ahí que sea necesario analizar desde un punto de vista más amplio cómo las empresas recopilan los datos y ganan dinero con eso.

La información sobre los ciclos menstruales es una parte importante del tipo de datos que se vende y difunde, pues los datos menstruales y de salud pueden revelar detalles personales íntimos, sobre el cuerpo y los hábitos de las personas. Esta información puede emplearse con distintos propósitos: para conseguir información sobre la salud de una persona, para crear publicidad que aprovecha las fluctuaciones hormonales (reales o percibidas) o para determinar si una mujer está embarazada o quiere estar embarazada (algo que publicistas y Gobiernos o incluso potenciales empleadores quieren saber). Además, los datos de control del ciclo pueden revelar hasta las creencias políticas de una persona, lo que permite a las empresas que trabajan en la industria de la influencia enviar publicidad política, lo que puede influir en los resultados electorales a nivel mundial.

Animación «La variedad de manos en tus datos íntimos». Este proyecto tiene el apoyo de SIDA. Investigación de The Bachchao Project. Diseño del afiche de Tactical Tech y animación de Klaas Diersman.

La práctica conocida como publicidad según el ciclo busca aprovechar los cambios hormonales durante el ciclo menstrual. En publicidad, uno de los factores claves es conocer si la mujer está embaraza, ya que tener un bebé significa que los hábitos (de compra) van a cambiar en los siguientes años. Es un momento crucial para las empresas para insertarse en las rutinas de compra de nuevos padres, pero especialmente de las mujeres, puesto que comprar artículos domésticos básicos forma parte de las labores del hogar, algo de lo que las mujeres han sido responsables a lo largo de la historia. Por ejemplo, el supermercado estadounidense Target, que tiene al menos 20 años, fue noticia en 2012 cuando se informó que supuestamente la empresa sabía de los embarazos de adolescentes antes que los padres de la muchacha. Esto se refleja en el valor económico de los datos de embarazadas: si el valor de los datos de una persona común es 0,10 dólares, los de una embarazada valen 1,50 dólares, de ahí que identificar a compradoras embarazadas suponga un beneficio millonario para las empresas.

Las aplicaciones para registrar la menstruación pueden incluso facilitar el acceso a la información de la vida reproductiva de la población por parte de empresas y Gobiernos. En un estudio de 2019, los investigadores demostraron que Maya, popular aplicación para el ciclo menstrual con más de cinco millones de descargas en Google Play, informaba a Facebook cuando una usuaria abría la aplicación. Maya difundía información con Facebook incluso antes de que las usuarias aceptaran la política de privacidad.

Las aplicaciones de control de menstruación no son las únicas que ganan dinero con la información sobre reproducción. Las empresas de publicidad venden información sobre la ubicación y además ganan dinero por los datos sobre las embarazadas y, por extensión, pueden revelar quién ha visitado o acudido a una clínica de abortos. Otro ejemplo es SafeGraph, empresa que ha vendido información sobre personas que han acudido a clínicas que practican abortos. Aunque vendió la información grupal de forma anónima, también incluyó las ubicaciones desde dónde acudieron, cuánto tiempo estuvieron en la clínica y dónde fueron después. Esta información revertir la calidad de anónimos de los datos.

Los intermediarios de información pretenden, en general, adquirir todo tipo de información personal para añadirla a diferentes perfiles de usuarios; a menudo, esto incluye información extremadamente delicada, como ser sobreviviente de acoso sexual o información sobre enfermedades o tratamientos.

Animación creada con apoyo de SIDA. Investigación a cargo de The Bachchao Project. Diseño de afiche de Tactical Tech, animación de Klaas Diersman.

Aunque ser objetivo de publicidad puede ser una consecuencia inofensiva del acceso a información privada por parte de las empresas, no es así realmente. La publicidad no puede estar dirigida solamente a venderte productos sino que también puede promocionar candidatos políticos e ideologías. Además, la publicidad relacionada con el embarazo es ubicua y «pegajosa». Una vez identificada como «futura madre» y «mujer», esos anuncios aparecem por todas partes, incluso si el embarazo termina antes de tiempo.

Esta información podría afectar a las tarifas de seguros si los empleadores la recopilan de forma rutinaria (en Estados Unidos), puesto que los datos menstruales pueden revelar enfermedades subyacentes o si una mujer pretende quedar embarazada. El embarazo sigue siendo una razón por la cual z una mujer no la ascienden o contratan, por lo que el acceso a estos datos por parte del empleador puede perjudicar las perspectivas laborales.

No es solo «elección»

La solución a este problema suele enmarcarse en la elección individual o del consumidor y la privacidad. Aunque informar a las personas de lo que ocurre con sus datos y ofrecerles alternativas es un paso crucial hacia una solución, también debe formar parte de la conversación un debate sobre cómo la raza, el género, la clase y la capacidad limitan las opciones de las personas.

El hecho de que las personas cambien sus decisiones de seguimiento contribuye poco a mitigar los daños colectivos y los efectos de esta recopilación generalizada de datos sobre la vida reproductiva de la gente. Incluso si se encontrara la aplicación de registro menstrual más segura, una que no venda datos, tu información podría usarse para perjudicar a otras personas.

Considerar las diferencias de los riesgos y obstáculos que encontramos en línea y fuera de línea es clave. Los grupos marginados corren más riesgos cuando se trata de vigilancia, y sus derechos reproductivos se han violado gravemente a lo largo de la historia. Es crucial centrar estas historias, la solidaridad y el cuidado mutuo en una discusión sobre las posibles soluciones para salir de esta situación abrumadora.