El sonido de las vuvuzelas y de los fuegos artificiales se mezclaban con los cánticos de protesta cerca del estadio Arena Castelão en la ciudad brasileña de Fortaleza, antes del partido del Mundial de Fútbol entre México y Brasil, el 17 de junio del 2014. Mientras la afición mexicana lo pasaban en grande antes del partido, los manifestantes protestaban en contra de la FIFA y del gobierno por los astronómicos costos del evento para el erario público y la gente, algunos de los cuales se quedaron sin casa debido a la construcción de la infraestructura del mundial.
Hace casi un año, los dos equipos jugaron un partido en Fortaleza, en el Campeonato de las Confederaciones. Dentro del estadio Brasil ganó a México por 2-0. Fuera, miles de personas protestaron en las avenidas Alberto Craveiro y Paulino Rocha en contra de la intervención urbana y de los gastos públicos y se enfrentaran con la policía militar, que utilizó gases lacrimógenos, spray de pimienta y balas de goma contra la gente.
Esta vez, el partido terminó en un empate y la policía militar envió docenas de agentes de las fuerzas especiales hacia la avenida Alberto Craveiro, punto de encuentro de los manifestantes. Ahí formaron un bloqueo para garantizar un perímetro alrededor del estadio.
Mientras llegaban los manifestantes– trabajadores sindicales, jóvenes, estudiantes y grupos feministas– el colectivo de periodismo independiente Nigeria compartió fotos [pt] en su página de Facebook.
Fuertemente armados y sin insignias en sus uniformes, los agentes se acercaban y registraban a los manifestantes, diciendo que [pt] «hacían su parte, investigando cualquier comportamiento sospechoso, como llevar un cóctel Molotov», según los miembros de la plataforma de medios en red Na Rua [pt] (En las calles), dedicada a cubrir las violaciones de los derechos humanos durante las protestas en Fortaleza.
A un par de kilómetros de distancia, los vecinos amenazados por los desahucios forzosos se juntaron a los miembros del Movimiento de Consejos Populares (Movimento dos Conselhos Populares – MCP) y a las familias que fueron desahuciadas, o cuyas casas han sido destruidas por los trabajos de infraestructura del Mundial. Juntos, cerraron un lado de una autopista en protesta contra los desahucios forzosos y contra el alcalde, acusado de falta de compromiso social.
Una sorpresa para la afición mexicana
Por otro lado, los mexicanos parecían muy entusiasmados con el partido. Un grupo de aficionados mexicanos se disfrazaron como el personaje mejicano El Chapulín Colorado, conocido en Brasil como el Chapolin Colorado. Más de 20 aficionados se disfrazaron de Chapulín, y una mujer se vistió como La Chilindrina conocida en Brasil como Chiquinha, de la serie de televisión «El Chavo del Ocho«, que en Brasil se titula «Chaves». Ambas series de TV, creadas por el mexicano Roberto Gómez Bolaños que además actúa en ellas, han sido muy populares en Brasil por varias generaciones.
El usuario de Twitter, Alysson, compartió fotos de los aficionados vestidos como el Chapulín Colorado cuando llegaban al estadio:
MELHOR COPA! Chapolins indo para o Castelão acompanhar Brasil x México: pic.twitter.com/2k1Dvi3lTq
— Aliçu. (@aalyssonbr) June 17, 2014
EL MEJOR MUNDIAL! Los Chapulines yendo hacia el estadio Arena Castelão para ver Brasil y México
Mais Chapolins em frente ao Castelão: pic.twitter.com/ToEAFYTrde HAHAHHAHAHAAHAHAHAH
— Aliçu. (@aalyssonbr) June 17, 2014
Más Chapulines delante del Castelão! HAHAHHAHAHAAHAHAHAH