La «familia real» de Brasil quiere jugar el «Juego de Tronos» en serio mientras se da el juicio político a Dilma

independencia brasil

Una versión de la independencia de Brasil del pintor francés François-René Moreau, de mediados del siglo XIX. Al centro Don Pedro I, primer monarca de Brasil, hijo del entonces rey portugués João VI. Dominio Público.

Pasaron 127 años desde que Brasil dejó de ser una monarquía; sin embargo, la posible destitución de la presidenta Dilma Rousseff, les ha presentado una oportunidad a los herederos de la última familia real del país para instar a sus partidarios por un retorno del imperio, y los medios de comunicación podrían tener un papel importante en esta iniciativa.

A inicios de mes, el príncipe don Rafael (quien sería el cuarto en la línea de sucesión, si Brasil fuese aún una monarquía) compartió un video que ganó popularidad en su página oficial de Facebook. En el video se aprecia a Rafael saludando a los «monárquicos» del país y afirma que «el regreso de la monarquía es sólo cuestión de tiempo». Con más de 400.000 visitas, el video ayudó a triplicar sus seguidores de Facebook, de 6.000 a casi 20.000 en cuestión de días.

Brasil fue colonia portuguesa entre los años 1500 y 1815, cuando fue elevado a reino tras la transferencia de la Corte portuguesa a su colonia más grande durante la invasión napoleónica en Portugal. En 1822, Brasil alcanzó su independencia tras el retorno de la familia real al país europeo, pero curiosamente su mayor héroe nacional fue Don Pedro, el hijo del rey portugués, quién se quedó para gobernar el país como príncipe regente.

Don Pedro contó con el apoyo de la aristocracia esclavista rural del país, que se sentía amenazada por el control de Portugal y los movimientos revolucionarios republicanos que arrasaban la América española. La aristocracia aprobó una monarquía constitucional para preservar sus propios intereses, mientras surfeaba una ola desenfrenada de nacionalismo desencadenada por la Revolución Francesa. No fue hasta 1889, luego que la nación presenciara el crecimiento de una clase urbana emprendedora y las tensiones entre los militares y la aristocracia real, cuando Brasil finalmente se convirtió en una república y depuso al entonces mandatario Don Pedro II.

En los comentarios del video de don Rafael, muchos usuarios de Facebook han tomado con burlas la aspiración del príncipe, haciendo varias bromas basadas ​​en la serie de televisión «Juego de Tronos», refiriéndose a los dragones o a un ejército Dothraki que lo ayudarían a retomar el trono de Brasil. Sin embargo, muchos internautas parecen estar a favor de la restauración de una monarquía. Ellos parecen creer que los regímenes monárquicos en Suecia, Dinamarca y el Reino Unido son la razón por la cual estos países gozan de prosperidad e igualdad social. Aún sorprende más el hecho de que la gran mayoría de los nuevos partidarios de la monarquía parecen ser jóvenes.

En mayo, la periodista y presentadora de «talk show» Mariana Godoy, hizo una encuesta en su cuenta de Twitter pidiendo a sus lectores votar por la mejor forma de gobierno para Brasil. Aunque la encuesta fue poco seria, un sorprendente 41% de los encuestados eligió la monarquía.

Mariana Godoy tuvo en su programa a Don Bertrand de Orleans y Bragança, que, junto a su hermano Don Luís -ambos descendientes de Don Pedro II, el segundo y el primero en la linea de sucesión para el hipotético trono – parecen estar aprendiendo cómo capitalizar la coyuntura conservadora del país para vender su causa. En el «talk show», D. Bertrand defendió el golpe militar de 1964, que puso a Brasil en 21 años de dictadura, el derecho a la propiedad privada por encima de todo y, bajo la obediencia de las leyes «de Dios», condenó la homosexualidad y cualquier «privilegio» para las personas LGBT.

Brazil's last emperor, Dom Pedro II. Public Domain.

El último emperador de Brasil, Don Pedro II, depuesto en 1889. Dominio público.

El imperio (trata de) contraatacar

Si bien suena extraña para muchas personas la idea de restaurar una monarquía en Brasil, cada vez es más común observar alguna vieja bandera imperial del país en las protestas callejeras contra el Partido de los Trabajadores, que empezaron a finales del 2014. Don Bertrand (que, según los reclamos por parte de la rama familiar de los Vassouras, es el primero en la línea de sucesión al desaparecido trono brasileño) ha manifestado con orgullo que los seguidores se han expresado de forma espontanea. «La gente está cansada de la república», insiste.

El año pasado, varios príncipes de la familia real de Brasil han aparecido con frecuencia en las protestas contra Dilma Rousseff, posando para las fotos con la antigua bandera imperial. Este hecho es distinto al comportamiento previo. En junio del 2013, cuando las protestas masivas hicieron que millones de brasileños salieran a las calles reclamando por el aumento de las tarifas de autobuses y por corrupción, la recomendación oficial de la «Casa Imperial» a sus seguidores fue la de quedarse en casa. De acuerdo con la BBC Brasil, los monárquicos consideraron necesario «abstenerse» de la participación en concentraciones de masas, por aquel momento.

Antes de las elecciones presidenciales de Brasil en el 2014, una nota escrita por D. Luís, publicada en el sitio web monarchy.com, discutió los «derechos naturales», citando a Cicerón, Aristóteles y la Biblia, instando a los monárquicos no votar por «candidatos que contradicen estas enseñanzas [la de los derechos naturales]» o por «partidos cuyas plataformas insultan la Ley de Dios».

En una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, Bertrand explicó por qué ahora su familia ha decidido unirse a las protestas políticas:

O Brasil está com saudade de um regime que faça à nação o que uma nação deve ser: uma grande família com destino comum a realizar.

Quando brasileiros bradam ‘Quero meu Brasil de volta’, bradam ‘Eu quero o Brasil do Cristo Redentor e de Nossa Senhora Aparecida’.

A Brasil le falta un régimen que haga de una nación lo que una nación debe ser: una gran familia con un destino en común por realizar.

Cuando los brasileños gritan «Quiero de vuelta a mi Brasil», lo que reclaman es «Quiero al Brasil del Cristo Redentor o de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida».

El 10%

Cuando D. Pedro II, el tatarabuelo de los dos príncipes que ahora abogan por la restauración de la monarquía en Brasil, fue expulsado por los republicanos en 1889, no dio batalla. En vez de ello, la familia real hizo las maletas y se fue a vivir en Europa.

En 1993, sumergidos en otro violento proceso de destitución presidencial, un plebiscito consultó a los brasileños sobre su sistema de gobierno ideal. Teniendo su espacio en la televisión para defender su idea, los monárquicos recibieron sólo el apoyo del 10,2 % del público. Hoy en día, no parece haber cambiado este escenario. Una campaña para recaudar fondos y así financiar la «publicidad de la monarquía en Internet» alcanzó sólo el 33% de su meta de $ 5,000 reales brasileños ($ 1,470).

Pero esto es solo el principio para los monárquicos de Brasil. En mayo, el Senado del país recibió una propuesta para restaurar una monarquía parlamentaria como una solución para poner fin «presidencialismo corrupto y corruptor» en Brasil. El Senado publicó la propuesta en su página web, donde las personas tienen hasta setiembre del 2017 para respaldar el texto. Hasta el momento, tiene la friolera de 18 partidarios.

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