Regreso del carnicero de Kabul: ¿Qué significa para la paz en Afganistán?

Hekmatyar en Laghman. Image publicada en Facebook por el hijo de Hakmatyar, Habiburrahman Hekmatyar.

Casi después de 20 años en el exilio, el alguna vez internacionalmente buscado militante Gulbuddin Hekmatyar reapareció el 29 de abril de 2017 en Afganistán como parte de un acuerdo de paz que su facción, Hezb-e Islami, firmó con el Gobierno afgano en 2016.

En su primera aparición pública después de su regreso al país, Hekmatyar llamó al recalcitrante Talibán a unirse a «la caravana de la paz», que depusiera las armas y se uniera al proceso de paz. Hablaba frente a familiares, seguidores y políticos en la provincia de Laghman, al este de la capital, Kabul.

El controvertido acuerdo que permitió el regreso de Hekmatyar también ha hecho que se retire su nombre de la lista de sanciones de Naciones Unidas. La Unión Europea respaldó el acuerdo, y ofreció millones de dólares para implementar el acuerdo con el antiguo cacique y su partido.

Hekmatyar dice que olvidará el pasado, pero las familias de las 66,000 víctimas de Kabul no lo olvidarán.

El acuerdo de paz se tomó su tiempo para llegar, con conversaciones que empezaron en el gobierno del expresidente Hamid Karzai, cuya amistad con el rebelde Hekmatyar se afianzó en los años 1990, cuando Karzai ejerció como viceministro del Exterior en el gobierno de transición afgano.

Para muchos, Hekmatyar representa lo peor del cacicazgo de Afganistán. Se ganó su apodo “carnicero de Kabul” por su bombardeo a civiles en la capital durante la guerra civil que al final llevó al Talibán al poder en 1996.

¡Kabul nunca olvidará ni perdonará lo que este terrorista criminal y sediento de sangre le hizo!

Hekmatyar no era más que un tránsfuga. Huyó de Kabul cuando sus opositores del Talibán tomaron el control, pero después de la invasión estadounidense de 2001, colaboró con el grupo y con Al Qaeda, y hasta sostuvo haber ayudado a Osama bin Laden a escapar de Tora Bora.

Aunque el Alto Consejo de Paz Afgano y tanto Estados Unidos como la Unión Europea están de acuerdo con que el acuerdo alcanzado con el influyente Hekmatyar es un “paso hacia la paz”, otros temen que su regreso marque el inicio de un periodo incierto y peligroso, sobre todo para las mujeres y las minorías étnicas.

Por ejemplo, en 2013, Hekmatyar amenazó abiertamente a la comunidad minoriaria de los hazara en un intolerante discurso de Eid-ul-Fitr:

The time will come when the oppressed people of Afghanistan will stand for taking their usurped rights and then the Hazaras will have no safe havens in any corner of the country.

Llegará el momento en que los pueblos oprimidos de Afganistán defenderán sus derechos usurpados y entonces los hazaras no tendrán un lugar seguro en ningún rincón del país.

Global Voices conversó con el doctor Akram Gizabi, experiodista de Voice of America, reconocido escritor y activista político afgano sobre las posibles implicancias de los acuerdos de paz y el regreso de Hekmatyar al redil político.

Global Voices (GV): Según el Gobierno afgano, este acuerdo de paz es el “primer éxito calificado en los esfuerzos de paz entre el Gobierno y los insurgentes”. ¿De qué manera este acuerdo podría llevar paz al país?

Akram Gizabi (AG): In my opinion this is not a success at all, we have to consider that Hezb-e Islami was not fighting the government actively so making a peace deal with that party will not reduce the fighting or the level of violence. This is not a success but a failure. Hezb-e Islami was one of the main parties involved in the bombing of Kabul (during the civil war) in which more than 60,000 people died. The whole city was levelled to the ground. Hezb-e Islami and its leader should be tried in front of an International court of law for the crimes that they committed against the people of Afghanistan.

Akram Gizabi (AG): En mi opinión, no es un éxito, debemos considerar que Hezb-e Islami no estaba combatiendo contra el Gobierno activamente, así que un acuerdo de paz con ese partido no reducirá la lucha ni el nivel de violencia. Este no es éxito, es un fracaso. Hezb-e Islami era una las principales partes involucradas en el bombardeo de Kabul (durante la guerra civil) donde murieron más de 60,000 personas. Toda la ciudad quedó en sus cimientos. Hezb-e Islami y su líder deberían comparecer ante un tribunal internacional por los crímenes que cometieron contra el pueblo de Afganistán.

GV: Muchos miembros de Hezb-e Islami ya están presentes en las más altas instituciones del país, mientras otros miembros están luchando contra estas mismas instituciones. Hezb-e Islami tendrá mucho más poder con este acuerdo. ¿Puede el grupo poner en peligro los logros alcanzados en Afganistán en años recientes?

AG: Yes, there is danger because Hezb-e Islami does not believe in elections. I have heard its leaders saying a lot of times that elections will bring the wrong people to power or people who are not really Muslims to power and all the successes that have been achieved in terms of children's rights, women's rights and human rights in general will be suppressed or undermined. Besides, Hezb-e Islami doesn’t believe in the civil society or in civil activities because the party itself believes in a dictatorial style of rule.

AG: Sí, hay peligro porque Hezb-e Islami no cree en las elecciones. He escuchado a sus líderes decir muchas veces que las elecciones llevarán a las personas equivocadas al poder o a personas que no son realmente musulmanes y todos los éxitos que han tenido en términos de derechos del niño y la mujer y derechos humanos en general se suprimirán o reducirán. Además, Hezb-e Islami no cree en la sociedad civil ni en libertades civiles porque el propio partido cree en un estilo dictatorial de gobierno.

GV: Según algunos observadores, este acuerdo debilitará al Talibán o al menos lo hará ir a la mesa de negociaciones. ¿Qué piensa de esa idea?

AG: The Taliban doesn’t believe in any peace deal with this government because at this moment a lot of areas in Afghanistan are under their control anyway, and even if they would like to talk they want a better deal than Hezb-e Islami got. So that’s why they are not taking part in this agreement. Besides, the Taliban are not working on their own. They are mostly under the influence of Pakistan. If Pakistan feels that the Taliban should take part in negotiations they will take part. If Pakistan does not allow them, the Taliban cannot do that. If you remember most of the talks in the past that were arranged, Pakistan was involved in them. And if they don’t have the green light from Pakistan they will not do it. It is strange also that Hezb-e Islami is one of the parties that is most influenced by Pakistan and the fact that it’s taking part in this agreement with government also raises questions. On one hand Pakistan doesn’t allow the Taliban to take part and on the other hand it allows Hezb-e Islami to take part, so it is a very complex game that they play.

AG: El Talibán no cree en ningún acuerdo de paz con este gobierno porque de todas maneras en este momento, muchas zonas de Afganistán están bajo su control, y aunque quisieran hablar, quieren un mejor acuerdo que el que tuvo Hezb-e Islami. Es por eso que no participaron en el acuerdo. Además, el Talibán no trabaja por su cuenta. Están en gran parte bajo la influencia de Pakistán. Si Pakistán siente que el Talibán debe participar en negociaciones, participarán. Si Pakistán no les permite, el Talibán no lo puede hacer. Si recuerdas la mayoría de las conversaciones que se organizaron, Pakistán no participó. Y si no tienen luz verde de Pakistán, no firmarán. Es extraño que Hezb-e Islami sea uno de los partidos más influenciados por Pakistán y el hecho de que esté participando en este acuerdo con el Gobierno también plantea preguntas. De un lado, Pakistán no le permite al Talibán participar y, de otro lado, permite que Hezb-e Islami participe, así que es un juego muy complejo el que juegan.

GV: En una reciente entrevista de Al Jazeera, Mohammad Amin Karim, jefe negociador de Hezb-e Islami, sostuvo que “cuando Hezb-e Islami llegue, una gran cantidad de afganos nos pedirá que presionemos a los canales de televisión para que no pongan programas donde salen mujeres. Esto es [lo que] el 99% de los afganos [quiere]. El microcosmos de Kabul es solamente el 1%”. ¿El regreso de Hekmatyar podría revertir significativamente el progreso hecho en derechos de la mujer en Afganistán?

AG: Absolutely, Hezb-e Islami would suppress all the rights of women in the country, it will suppress the freedom of press, the media, the civil society […] freedom of movement even would be curtailed so it’s a setback. We [could] go back probably to the times of Taliban because they are more or less two sides of the same coin. They have some differences but in their archaic thinking in terms of running a society they are more or less the same.

AG: Absolutamente, Hezb-e Islami recortaría los derechos de la mujer en el país, recortará la libertad de prensa, los medios, la sociedad civil […], hasta la libertad de movimiento se vería recortada, así que es un revés. Podríamos regresar a los tiempos del Talibán, porque son más o menos dos lados de la misma moneda. Tienen algunas diferencias, pero en su pensamiento arcaico, en términos de manejar una sociedad, son más o menos iguales.

GV: Desde 2001, en Afganistán ha habido intentos de iniciar un proceso de justicia transicional, centrado en abordar crímenes pasados cometidos por grupos armados. En 2006, el expresidente Hamid Karzai lanzó el Plan de Acción por la Paz, Reconciliación y Justicia en Afganistán. Tres años después, el Plan de Acción venció y no lo prorrogaron. En su opinión, ¿por qué falló la justicia transicional en Afganistán?

AG: Partly because most of those people who are involved in war crimes are in power. That is internally. Externally, foreign forces, foreign powers, coalitions, NATO all came to Afghanistan but didn’t work for justice. They just wanted to have a peace according to them, and stability, but peace and stability at the price of justice is not a real peace. Most of these people who are [currently] in power with the support of foreign governments are downright criminals. And [foreign powers] let them be. They passed a law in the Parliament [guaranteeing] that they will not prosecute any of these people for any crimes.

Hekmatyar is one example. He has come to Kabul with a green light from the big powers. If they didn’t want him to come, the government could not have signed that deal because they would have blocked it. At the moment I don’t see any hope for any kind of reconciliation or justice. I’ll give you some examples: one of the [other] butchers, called Asadullah Sarwari, who personally tortured people to death at times, was released from prison just a few months ago. The other one was Faryadi Sarwar Zardad, one of the commanders of Hezb-e Islami, who was imprisoned in Britain and then released. He came to Afghanistan and received the hero’s welcome from supporters of Hezb-e Islami.

But this person did some horrible things. He had a man called “dog” — he was a man but whenever he wanted to torture somebody he would release this guy. He'd say, “bring the dog” and the “dog” would bite people. He has taken hostages, killed, raped, all kind of things, and he comes here and walks free in Afghan society. He was put in prison in England for various crimes, but in Afghanistan he is still a wanted man, he is a criminal and yet he walks free. The third [example] is Gulbuddin Hekmatyar himself. He fired day and night rockets into Kabul; some estimates say more than 70,000 rockets were fired at Kabul indiscriminately. They didn’t hit any military targets, they just destroyed the whole city. But all these crimes have been washed away — they took his name and the name of his fighters off the UN sanctions list. Besides, according to that deal, Hezb-e Islami fighters are pardoned. Some 2,000 people have been released from prison, but only 500 of them were HI members, the other 1,500 were Taliban that claimed to be HI fighters in order to be released!

AG: En parte porque la mayoría de las personas involucradas en crímenes de guerra están en el poder. Eso es internamente. Externamente, fuerzas extranjeras, potencias extranjeras, coaliciones, OTAN, todos vinieron a Afganistán, pero no trabajaron por la justicia. Solamente querían una paz según ellos, y estabilidad, pero paz y estabilidad al costo de la justicia no es una paz verdadera. La mayoría de quienes están [actualmente] en el poder con el apoyo de gobiernos extranjeros son totales criminales. Y [las potencias extranjeras] los dejan. Aprobaron una ley en el Parlamento [que garantiza] que no procesarán a ninguno de ellos por ningún crimen.

Hekmatyar es un ejemplo. Vino a Kabul con luz verde de las grandes potencias. Si no hubieran querido que viniera, el Gobierno no hubiera firmado el acuerdo porque se lo hubieran bloqueado. Ahora, no veo ninguna esperanza ni reconciliación ni justicia. Te doy algunos ejemplos: uno de los [otros] carniceros, se llama Asadullah Sarwari, que personalmente torturó personas hasta matarlas, fue liberado de prisión hace apenas unos meses. El otro fue Faryadi Sarwar Zardad, uno de los comandantes de Hezb-e Islami, que estuvo preso en Gran Bretaña y luego puesto en libertad. Vino a Afganistán y los seguidores de Hezb-e Islami lo recibieron como un héroe.

Pero esta persona hizo cosas horribles. Tenía un hombre al que llamaba “perro” –era un hombre, pero cuando quería torturar a alguien, llamaba a este tipo. Decía: “traigan al perro” y el «perro» mordía a la gente. Tomó rehenes, mató, violó, cosas así, y viene y camina libre en la sociedad afgana. Lo mandaron a la cárcel en Inglaterra por diversos delitos, pero en Afganistán sigue siendo un hombre buscado, es un criminal y camina libremente. El tercer [ejemplo] es el propio Gulbuddin Hekmatyar. Disaparaba cohetes diurnos y nocturnos en Kabul; algunos cálculos dicen que más de 70,000 cohetes fueron disparados contra Kabul indiscriminadamente. No dieron a blancos militares, solamente destruyeron toda la ciudad. Pero han limpiado todos estos crímenes –sacaron su nombre y de sus combatienes de la lista de sanciones de Naciones Unidas. Además, según ese acuerdo, se perdonó a los combatientes de Hezb-e Islami. Cerca de 2,000 personas han sido liberadas de prisión, pero solamente 500 eran miembros de Hezb-e Islami, ¡los otros 1,500 eran talibanes que afirmaban ser combatientes de Hezb-e Islami, para que los liberaran!

Akram Gizabi es escritor, activista político y experiodista de Voice of America (VOA) que vive en Estados Unidos. En 2005 fundó un partido político en Afganistán llamado NOMA (Movimiento Civil de Afganistán) para defender derechos civiles, valores democráticos, secularismo y fortalecimiento de mujeres y minorías. También fundó un centro sin fines de lucro de rehabilitación de drogas llamado Camp-e-Madar, Campo Madre. Tuiitea como @AGizab.

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