Trabajadores de Turquía se oponen a bajos salarios en plena crisis económica

Captura de pantalla de un  video de la BBC. “¿Qué quieren los mensajeros? ¿Cuál es el modelo laboral de los mensajeros?”

Los precios suben en Turquía y la gente está harta. El líder de un partido de la oposición turca tuiteó recientemente que no pagaría las cuentas de electricidad infladas tras los aumentos de precios de enero de los productos básicos. Al mismo tiempo, propietarios de tiendas han colgado sus cuentas de electricidad en los escaparates para pedir ayuda, ante temores de quiebra. Mientras tanto, decenas de mensajeros, trabajadores de fábricas y empleados de tiendas de comestibles han protestado en todo el país para exigir aumentos del salario mínimo en medio de las crecientes tasas de inflación. Para otros, la única opción que les queda como consecuencia de las dificultades económicas es abandonar Turquía en busca de mejores oportunidades de empleo en el extranjero.

En todo el país, los trabajadores protestan por el aumento del costo de vida y el estancamiento de los salarios mientras Turquía enfrenta su peor crisis económica en décadas, con una inflación anual que alcanza el 48,7 %, la más alta desde que el presidente Erdoğan llegó al poder hace dos décadas. Economistas independientes afirman que la tasa de inflación real probablemente duplique las cifras oficiales. Como resultado, Fitch Ratings «recortó la calificación crediticia soberana de Turquía aún más hasta convertirla en basura, por factores como la vulnerabilidad de la nación a la alta inflación».

Huelgas de mensajeros

A pesar de un aumento de casi el 50 % del salario mínimo en diciembre de 2021 y de las promesas del presidente Erdoğan de proteger a los trabajadores contra el aumento de precios, los turcos siguen lidiando con la nueva crisis financiera, ya que el poder adquisitivo disminuyó en medio de una inflación de dos dígitos y de las alzas de precios de gas, electricidad, gasolina y peajes, así como de los alimentos y bebidas. Según la Confederación de Sindicatos Turcos (Türk-İş) «el umbral de pobreza de Turquía aumentó a 13 844 liras turcas en enero, más de tres veces el salario mínimo [4250 liras turcas]».

En este contexto, los trabajadores han salido a las calles en las últimas semanas, cruzado las divisiones profesionales y de clase para exigir un trato más justo.

Comenzó con los empleados del servicio de mensajería Trendyol, que exigían aumentos de sueldo acordes con la tasa de inflación del país y su costo de vida mínimo. En protesta se negaron a entregar paquetes y dijeron que no volverían al trabajo hasta que se cumplieran sus exigencias. Días más tarde, la empresa que emplea el servicio de mensajería, el sitio web de compras en línea Trendyol, cedió y les prometió un aumento salarial del 38,8 %, de 9500 liras turcas a 12 500 liras turcas. Su victoria desencadenó una ola de protestas similares entre otros servicios de mensajería y reparto –Yurtiçi Kargo, Scotty, Surat Kargo, Aras Kargo, Hepsijet, y Yemeksepeti — y, en algunos casos, también entre los trabajadores de fábricas y oficinas.

Resistimos, nos convertimos en uno, nos convertimos en poder, ¡ganamos!

Todos los trabajadores de Trendyol deben contarnos si alguna vez enfrentan una injusticia, aunque sea mínima, debemos preservar nuestra unidad por cada uno de nuestros amigos. Un saludo a nuestros amigos que resisten en estos tiempos de frío y nieve.

Desde el 1 de febrero, los mensajeros de YemekSepeti, empresa de reparto de comida por internet, están en huelga frente a la sede de Yemeksepeti en Estambul «en demanda de un salario mensual de 5500 liras (400 dólares) –los trabajadores dicen que la oferta salarial más reciente de la empresa es igual al salario mínimo turco de 4250 liras (310 dólares)– y del derecho a sindicarse», informó el sitio web de noticias AlMonitor.

Por un aumento de 5500 liras turcas y el derecho a sindicalizarse, los mensajeros de Yemeksepeti desconectan el arranque.

«Apenas llegamos a fin de mes. No tengo ahorros. Después de pagar las cuentas, el alquiler, los gastos de la cocina y los de mi hijo, no tengo ni un céntimo en el bolsillo a final de mes», explicó un mensajero de YemekSepeti en entrevista con Reuters.

Actualmente, los seguidores están usando la etiqueta #SiparişYokYemeksepeti (No hay órdenes de Yemeksepeti) en Twitter. Mientras tanto, la popular revista satírica Leman publicó su número del 9 de febrero con una portada dedicada a la protesta contra los mensajeros del servicio de entrega de alimentos:

La portada del diario satírico más popular de Turquía, Leman, para mañana:
‘- ¿Quién es ese?
– El mensajero.
– ¿Qué ha pedido?
– La resistencia.
La ola de huelgas protagonizada por los mensajeros se está extendiendo a otros sectores.

En entrevista con AlMonitor, Erdem Yoruk, profesor asociado de sociología en la Universidad Koc de Estambul, dijo que era normal que las huelgas estallaran en las circunstancias actuales. «Estamos atravesando una crisis económica realmente terrible, y hay un rápido aumento de la pobreza y una disminución de los salarios».

Según AhvalNews, «la mayoría de las huelgas recientes se produjeron en empresas en las que los proveedores de servicios están registrados como contratistas individuales y no como empleados, lo que elimina la mayoría de las protecciones legales para los trabajadores».

Trabajadores de fábricas exigen mayores salarios

Además de los mensajeros, varios empleados de fábricas también han hecho huelga. El sindicato DERİTEKS organizó una huelga con Calcetines Şimşek, en la que finalmente consiguieron un aumento del 70 %. La huelga de otra fábrica de calcetines, Alpin Socks, se saldó con un aumento de 2500 liras turcas y la garantía de que los huelguistas no serían castigados de ninguna manera. El sindicato turco Türk Metal anunció que también ha llegado a un acuerdo entre los trabajadores del metal y la patronal. Han obtenido un aumento del 65,7 %.

La cadena de supermercados Migros también está en huelga. Los empleados no han aceptado la oferta de la empresa de un aumento del 8 % y se han puesto en huelga. Piden un aumento del 70 %. El 8 de febrero, unos 150 empleados fueron detenidos tras una protesta en el almacén de la tienda, mientras que unos 120 fueron despedidos, según informó el servicio en inglés de Gazete Duvar. El 11 de febrero, la empresa confirmó que había despedido a más de 250 trabajadores.

Los empleados de Digiturk, proveedor turco de televisión por satélite, también están en huelga tras rechazar una oferta de aumento del 17%.

Además de las huelgas de los trabajadores, miles de turcos salieron a las calles en varias ciudades para protestar por las elevadas cuentas de electricidad. Según el servicio en inglés de Gazete Duvar, las protestas estallaron tras el alza del 50 % del precio de la electricidad que entró en vigencia el 1 de enero. «Para algunos negocios, la electricidad se triplicó en un mes. Las empresas dicen que ya no pueden enfrentar los precios exorbitantes y que han llegado al punto de la quiebra», informó la plataforma de noticias en línea. También se unió a las protestas Kemal Kılıçdaroğlu, jefe del Partido Popular Republicano, que dijo que no pagaría «sus facturas de electricidad hasta que el Gobierno revirtiera las alzas de precios», según informó Bloomberg.

Profesionales médicos también están en huelga

El último grupo que se ha sumado a las huelgas es el personal médico de Turquía. El 8 de febrero, el grupo hizo una huelga de un día en todo el país en un intento de reclamar mejores salarios. La huelga fue iniciada por la Asociación Médica Turca (TTB), que dijo en su declaración: «Nuestro trabajo es ignorado, nuestros valores profesionales son ignorados, nuestras condiciones de trabajo son insalubres y nuestras áreas de trabajo son inseguras, decimos: «¡Ya basta, ahora es el momento de la huelga!».

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