La fiesta católica de Corpus Christi, que se celebra la presencia real del cuerpo de Jesucristo en la Eucaristía, se celebra tradicionalmente en Trinidad y Tobago (y en varios otros lugares alrededor del mundo) con una misa seguida de una procesión. Trinidad y Tobago es uno de los 18 países que sigue manteniendo como festivo el segundo jueves después de Pentecostés.
Si bien varias parroquias católicas continúan la tradición de la procesión por todo el país, la mayor tiene lugar en la catedral de la Inmaculada Concepción, en el extremo este de la plaza de la Independencia, en el centro de la capital. Este ha sido el primer año desde el inicio de la pandemia del COVID-19 en que se han permitido las celebraciones presenciales y tuvo gran participación de feligreses, estudiantes de primaria y secundaria y, como costumbre, una guardia de honor formada por varias tropas de sea scouts, guías y lobatos de Trinidad.
La santa misa fue en el patio de la catedral y estuvo dirigida por el arzobispo Jason Gordon. Luego de la ceremonia, el Santísimo Sacramento fue situado en la custodia y trasladada por las calles de Puerto España mientras que los devotos cantaban, danzaban y rezaban el rosario.
Al regresar a la catedral, les obsequiaron a los participantes plantones, ya que el Corpus Christi también es el día típico de plantación en Trinidad y Tobago, que coincide con el inicio de la temporada de lluvias del país. Se dice que todo lo que se plante ese día prosperará.