Rumores culpan a saboteadores ucranianos de provocar incendios forestales en Rusia

Captura de pantalla de un video del canal de YouTube de Meduza de un incendio en el pueblo de Sosva, región de Sverdlovsk, Rusia.

En los últimos años, Rusia y Canadá han visto un aumento de incendios forestales antes del inicio del verano. Entre otras razones, los científicos atribuyen estos incendios devastadores al cambio climático antropogénico causado por actividades humanas. Sin embargo, la propaganda y la falta de información en torno a la investigación rusa de Ucrania han generado un pánico moral que busca culpar a «enemigos» por las consecuencias devastadoras de los incendios forestales en las regiones rusas.

A lo largo de los años, se ha acusado a varios grupos de iniciar estos incendios, la «oposición», el movimiento de Navalny, anarquistas y el político exiliado en Londres Mikail Khodorkovsky, pero nunca se han encontrado evidencia que respalde estas acusaciones. El último chivo expiatorio que ha surgido son los «saboteadores ucranianos». En un artículo para Spektr y Novaya Vkladka (medio independiente en línea de habla rusa), la periodista Marina-Maya Govzman explica por qué ocurre este fenómeno. Global Voices tradujo y publicó este artículo acortado para mayor claridad, con permiso de Spektr y Novaya Vkladka.

El 25 mayo de 2023, circularon imágenes en las redes sociales que mostraban a un hombre vestido con pantalones caqui y una chaqueta gruesa. Se le veía arrodillado con las manos fuertemente atadas y aseguradas a un árbol con un cinturón. La leyenda que acompañaba a la foto decía: «Brigadas de saboteadores organizados viajan a través de los bosques, preparando y encendiendo montones de ramas antes de partir rápidamente. El hombre capturado en esta foto es uno de los saboteadores aprehendidos». Pronto quedó claro que el detenido por voluntarios,  que fue instantáneamente etiquetado como saboteador ucraniano en las redes sociales, era simplemente un viajero que iba de Ekaterimburgo a Khabarovsk. El centro de información gubernamental de la región de Tyumen publicó la foto del hombre y confirmó que no había iniciado ningún incendio.

Los informes iniciales de incendios forestales surgieron a fines de abril de 2023, y afectaron a regiones como Sverdlovsk, Tyumen, Omsk, Kurgan (en las regiones de los Urales y Siberia rusa) y en el extremo oriente. Cientos de personas perdieron sus hogares y algunos pueblos casi fueron destruidos. Hasta mayo de 2023, se estableció un régimen especial de protección contra incendio en 57 regiones de la Federación Rusa. Surgieron rumores en plataformas de redes sociales y aplicaciones de mensajería que atribuyeron los incendios a una supuesta «involucración ucraniana», lo que llevó a los habitantes a tomar medidas por su cuenta para buscar presuntos saboteadores.

En una conversación, se difundió frecuentemente el mensaje: «Se están llevando a cabo actividades de sabotaje en todas las regiones de Tyumen, Sverdlovsk y Kurgan. Se están incendiando bosques, campos y casas. Los voluntarios están trabajando incansablemente para desmantelar hogueras y extinguir las llamas. La situación es grave».

El pueblo de Yuldus en la región de Kurgan, habitado por la minoría étnica tártara, sufrió las consecuencias más graves en la primera mitad del año. El 7 de mayo, aproximadamente 300 de las 400 casas fueron consumidas por las llamas, aunque estas cifras aún están se están verificando. Las autoridades no han anunciado aún la cantidad final de víctimas, pero actualmente es de 21 personas. Los lugareños filmaron videos en los que suplicaban ayuda en medio de las ruinas.

«Todo nuestro pueblo ha sido reducido a cenizas. Nos hemos quedado sin hogar y sin medios de subsistencia. Ahora estamos en las calles. No hay palabras para describirlo. Por favor, necesitamos tu ayuda», imploró una mujer rodeada de sus nietos.

El pueblo de Sosva en la región de Sverdlovsk también fue devastado. En poco tiempo, el fuego arrasó 124 edificaciones de viviendas, cobró la vida de dos personas y devoró una colonia correccional con un hospital que atendía a prisioneros con tuberculosis activa. El 7 de mayo, el gobernador de la región, Yevgeny Kuyvashev, declaró la situación como «critica» y solicitó asistencia federal

«En mi memoria, que abarca más de cuarenta años, ha habido incendios, pero nunca de esta magnitud», comenta Andrey, uno de los voluntarios locales. «Tenemos una sequía. Si el viento se levanta, las chispas volarán, lo que avivará el fuego en otros lugares. ¿Qué puedo decir? Necesitamos trabajar y extinguir. Se ha hablado mucho sobre los incendiarios, pero no hemos visto ninguna evidencia».

Alyona, voluntaria que coordina esfuerzos en toda Rusia, mencionó la posibilidad de sabotaje. «La información llega en diversas formas, a menudo contradictorias. Personalmente, creo que existe la posibilidad de incendios provocados. Nosotros y otros voluntarios vimos bengalas el 6 de mayo, pero no logramos capturar ninguna fotografía».

La antropóloga y folclorista Alexandra Arkhipova sostiene que la creencia en los «saboteadores ucranianos» es un ejemplo clásico de un fenómeno social conocido como «pánico moral».

Fires in the Urals and Siberia occur every spring, yet every year it becomes evident that the regions are ill-prepared for them, and unfortunately, lives are lost. When there is societal tension surrounding a problem, and the real underlying cause is not revealed due to various reasons, people begin to construct a specific character — an enemy and deviant — who is held responsible for these troubles. They are perceived as different, dangerous, and must be found, identified, marginalized, and even eliminated. People unite in the pursuit of these perceived dangerous enemies, and in the process, moral norms are reevaluated. That's why such panics are termed «moral.»

Los incendios en los Urales y Siberia ocurren cada primavera, sin embargo, cada año se hacen evidente que las regiones no están preparadas adecuadamente para hacerles frente y, desafortunadamente, se pierden vidas. Cuando existe tensión social en torno a un problema y la verdadera causa subyacente no se revela por diversas razones, las personas comienzan a construir un personaje específico: un enemigo, un depravado, a quien se responsabiliza de estos problemas. Se les percibe como diferentes, peligrosos y se les debe encontrar, identificar, marginar e incluso eliminar. Las personas se unen en la persecución de estos enemigos percibidos como peligrosos, y en el proceso, se reevalúan las normas morales. Es por eso que se denominan «pánicos morales».

Esta no es la primera vez en Rusia en la que se busca y etiqueta a incendiarios como «saboteadores». Por ejemplo, en 2015, Nikolai Rogozhkin, el enviado presidencial al distrito federal de Siberia, sugirió que los incendios forestales podrían ser obra de una «oposición especialmente entrenada».

En mayo 2022, Galina Kudryavtseva, integrante de la Cámara Pública de Vorónezh, afirmó que los incendios más allá de los Urales fueron orquestados por seguidores de Navalny y Khodorkovsky.

Los antropólogos enfatizan la importancia de cómo las normas sociales pasan por  una reconfiguración durante un «pánico moral». Según Arkhipova, en tiempos de guerra, la vigilancia se intensifica y justifica cualquier acción, ya que las personas deben prever constantemente la traición y estar preparadas. «Nuestros cerebros están cableados para buscar una causa externa de los problemas. Algunos no quieren responsabilizar a sus propias autoridades, mientras que otros se niegan a reconocer que los incendios son el resultado de negligencia humana. Es mucho más simple atribuirlos a incendiarios ucranianos. Dada la reciente paranoia en torno a los terroristas ucranianos, esta explicación encaja fácilmente».

To be frank, the situation at the front is not reassuring, and the belief in saboteurs provides answers to several questions: why the fires occur, why the war started, why it must be continued, and why it is essential to emerge victorious. We have declared war, but there is no clear ideology beneath it. It's unclear who the enemy is, why we must fight them, and what is truly happening. Society is divided into distinct groups with different opinions. On one hand, Ukrainians are considered a fraternal people, while on the other hand, we are at war with them. We find ourselves in a situation of mild schizophrenia, as the grassroots image of the enemy begins to take shape within society. Xenophobia, as part of the state ideology, fuels these sentiments.

Siendo sincero, la situación en el frente no es tranquilizadora, y la creencia en los saboteadores responde múltiples preguntas: por qué ocurren los incendios, por qué comenzó la guerra, por qué debe continuar y por qué es esencial salir victoriosos. No está claro quién es el enemigo, por qué no tiene una ideología clara detrás. No está claro quién es el enemigo, por qué debemos combatirlo y qué está ocurriendo realmente. La sociedad está dividida en grupos distintos con opiniones diferentes. Por un lado, los ucranianos son considerados un pueblo hermano, pero por otro lado, estamos en guerra con ellos. Nos encontramos en una situación de esquizofrenia leve, ya que la imagen del enemigo comienza a tomar forma dentro de la sociedad. La xenofobia, como parte de la ideología estatal, alimenta este sentir.

Los incendios forestales han afectado Rusia desde mucho antes de 2023, y cada año, los lugareños imploran a las autoridades que tomen acciones más decisivas para combatir los incendios.

Según la organización Global Forest Watch, Rusia ha perdido más árboles por los incendios forestales en los últimos veinte años que cualquier otro país, y ha alcanzado los 53 millones de hectáreas. En 2021, Rusia representó más de la mitad de los bosques quemados en todo el mundo. A nivel global, se destruyeron 9,3 millones de hectáreas de bosque este año (equivalente al área de Portugal), y el 58% de esta destrucción ocurrió en Rusia, lo que equivale a 5,4 millones de hectáreas.

Además del cambio climático, la escasez de especialistas y recursos financieros agrava la situación.

Alexey Yaroshenko, jefe del Departamento Forestal de Greenpeace Rusia, cree que las actividades humanas son los principales responsables de los incendios forestales.

The main causes are fire-prone economic practices and general carelessness within the population. These issues are exacerbated by legislative provisions that compel business leaders to resort to burning. For instance, increased fines for non-compliance with fire safety requirements, including failure to clear land plots of dry grass, inadvertently encourage secret burning… It is impossible to protect settlements from fires without ensuring fire safety in the surrounding natural areas. Unfortunately, most regions lack the funds to establish firebreaks and mineralized strips around every rural settlement, let alone maintain them adequately.

Las principales causas son las prácticas económicas propensas a incendio y la falta de cuidado general dentro de la población. Estos problemas se ven agravados por disposiciones legislativas que obligan a los líderes empresariales a recurrir a la quema. Por ejemplo, el aumento de las multas por incumplimiento de los requisitos de seguridad contra incendios, incluida la falta de limpieza de parcelas de tierra de hierba seca, fomenta inadvertidamente la quema clandestina… Es imposible proteger los asentamientos de los incendios sin garantizar la seguridad contra incendios en las áreas naturales circundantes. Desafortunadamente, la mayoría de las regiones no tienen fondos para establecer cortafuegos y franjas mineralizadas alrededor de cada asentamiento rural, y mucho menos para mantenerlos adecuadamente.

Alexander Kryshen, director del instituto Forestal del Centro Científico Kareliano de la Academia de Ciencias de Rusia, destacó la falta de infraestructura y capacidad de respuesta inmediata en Rusia. Comparó a Rusia con los países escandinavos vecinos, donde los incendios forestales están en gran medida bajo control por una densa red de carreteras y una infraestructura bien desarrollada que permite una respuesta rápida.

Roman Kotelnikov, director del Centro de Pirología Forestal de Krasnoiarsk, enfatizó que la responsabilidad de los silvicultores es combatir los incendios, pero actualmente falta mucho personal en el sector. Según dice, implementar medidas de seguridad social y pagar a los trabajadores forestales un salario decente tendría un impacto significativamente positivo en la protección forestal.

El proceso de reconstrucción del sector forestal en Rusia comenzó a principios de la década de 2000. Inicialmente, el 17 de mayo 2000, se disolvió el Servicio Federal de Silvicultura y sus responsabilidades fueron transferidas al Ministerio de Recursos Naturales. Luego, en 2007, el nuevo Código Forestal eliminó el concepto de empresas forestales en Rusia y abolió el cargo de silvicultores. Como resultado de importantes reducciones de personal, el número de trabajadores forestales disminuyó cinco veces, de 160 000 a 32 000. La responsabilidad de la protección forestal se delegó a otras regiones, que suelen luchar con insuficiente financiación. Muchos expertos creen que la escasez de personal contribuye a los devastadores incendios forestales anuales en el país.

«La tendencia negativa del clima continuará al menos hasta la década de 2060, independientemente de nuestro éxito en la mitigación del clima», advirtió Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial. El cambio climático, y no los incendiarios imaginados durante un pánico moral, en combinación con la falta de recursos, la infraestructura caótica y la negligencia individual, contribuyen a la gravedad y continuidad de los incendios forestales en Rusia.

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