Fiebre del cobalto destruye reservas naturales de República Democrática del Congo

Parc automobile des véhicules de transport des minerais sur le site minier de Fungurume ; Photo Jonas Kiriko

Vehículos de transporte de minerales en el sitio minero de Fungurume; Foto de Jonas Kiriko.

La versión original de este artículo se publicó en IciCongo. Global Voices reproduce una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido.

La República Democrática del Congo provee cerca del 70% de la demanda mundial de cobalto, mineral fundamental usado en baterías y vehículos eléctricos. Actualmente, la mayor parte de las minas de cobalto están en las reservas naturales del país.

En Kisanfu, aldea de la provincia de Lualaba, al sur del país, en la reserva natural de Basse Kando, ya no se agradable vivir ahí en la temporada de lluvias. La vida está muy lejos del verde impenetrable que había en las décadas de 1980 y 1990 en esta reserva.

Actualmente, las vastas extensiones de tierras al interior de la zona protegida están ocupadas ilegalmente. Ahí hay comunidades desplazadas que han dejado el lugar para las concesiones mineras que han destruido su hábitat.

Concesiones mineras

Se estima que, actualmente, el 77 % de la reserva de Basse Kando está destinado a concesiones mineras. Basse Kando es una zona protegida de 17 500 hectáreas, según el decreto de 1957, y se extiende sobre una parte de los territorios de Lubudi y Kolwezi, en la provincia de Lualaba. Ese decreto fue modificado en 2006 sin mención de los límites de la reserva.

Ciertamente, las autoridades mineras de República Democrática del Congo aprobaron concesiones en la zona desde hace años. Así, muchas empresas dirigidas por extranjeros y ciudadanos, como CMOC Kisanfu Mining SARL, minera que pertenece a China Molybdenum Co Ltd (CMOC), tienen concesiones mieras que invaden los límites de la reserva.

En 2023, el grupo chino CMOC pasó a tener una importante participación en la región, según cálculos de Bloomberg citados por Cyntia Bashizi, periodista minera de Radio Okapi, medio de Naciones Unidas en República Democrática del Congo. Escribió en su cuenta de X (antes Twitter):

Los expertos lo habían previsto con la llegada de la mina de Kinsafu en 2023 a Lualaba. El grupo chino CMOC es ahora el nuevo rey del cobalto en República Democrática del Congo, según cálculos de Bloomberg. Ha destronado al gigante minero suizo Glencore (que aún no ha hecho públicos sus datos de producción). CMOC, a través de su filial Tenke fungurume mining y su nueva mina de Kinsafu (inversión de 1800 millones de dólares), ha anunciado que habrá producido 55 000 toneladas de cobalto en 2023, 174 toneladas más que el año anterior. República Democrática del Congo representa alrededor del 70% del suministro mundial de cobalto y alberga a los mayores productores mundiales de este recurso altamente estratégico.

Los mineros artesanales también operan en el lugar. Extraen oro en la aldea de Kawama, además de cobre y cobalto. El oro se lava en un pequeño arroyo llamado Mutala, que desemboca en el río Kando. Esta materia prima, lavada con mercurio, contribuye a la destrucción de la biodiversidad.

El Instituto Congolés de Conservación de la Naturaleza (ICCN), organismo gubernamental responsable de la gestión de parques y zonas protegidas en República Democrática del Congo, también se queja de la creciente presencia de empresas mineras. Félix Mbayo, director provincial de la institución en Katanga, habla de las dificultades del ICCN para expulsarlas de la zona de Basse Kando:

Nous avons essayé d’alerter nos supérieurs, sans succès. Les opérateurs disposent d’autorisations du ministère des Mines. Nous ne pouvons pas les chasser à notre niveau.

Intentamos alertar a nuestros superiores, pero fue en vano. Los explotadores tienen permisos del Ministerio de Minas. No podemos echarlos desde nuestro nivel.

Según esto, el Ministerio de Minas que expide los permisos de explotación debe cooperar con el Ministerio de Ambiente, que supervisa las zonas protegidas.

Comercio ilegal de carne de animales silvestres

Los propietarios de concesiones privadas en la zona para dominios mineros y agropastorales restringen el acceso a esas concesiones, reducen el espacio de caza para las comunidades. El parque es una opción para los cazadores. Maloba Madeleine, que vende carne de animales silvestres desde 1972, explica:

Nous sommes en contact permanent avec les chasseurs. Lorsqu’ils ont un produit, ils nous appellent ou ils se présentent simplement sans appeler parce qu’ils savent où nous trouver. Nous le vendons environ 5 000 francs congolais (environ 2 dollars américains).

Estamos en contacto permanente con los cazadores. Cuando tienen un producto, nos llaman o simplemente aparecen sin llamar porque saben dónde encontrarnos. Lo vendemos por unos 5000 francos congoleños (unos dos dólares).

La rentabilidad económica de la carne de animales silvestres, las creencias tradicionales, la necesidad de subsistencia y la falta de alternativas económicas son las principales razones de caza furtiva dentro del parque nacional de Upemba.

La demanda de carne de animales silvestres es alta en las grandes ciudades, es lo que alienta a los cazadores furtivos a entrar en el parque y matar a los animales. La caza furtiva es la principal amenaza para la biodiversidad del parque nacional de Upemba. En 2022, por ejemplo, se registraron 51 incidentes relacionados con la caza furtiva, y 32 cazadores furtivos fueron detenidos. Eso incluyó caza furtiva de animales silvestres y marfil, motivada por prácticas culturales y una creciente demanda del mercado exterior.

El punto de entrada y salida del país es el puesto fronterizo con Zambia en Kasumbalesa. Según un agente de aduanas en Kasumbalesa desde hace diez años, que pidió el anonimato, cada año se producen aquí detenciones e incautaciones de traficantes de especies silvestres. El fraude en el puesto fronterizo se hace de varias maneras, sobre todo con intermediación de agentes (Policía, Migraciones, Ejército) de aduana que reciben un porcentaje o una retribución en función del valor de la mercadería traficada.

Para tratar de comprender el alcance del tráfico fraudulento, un periodista de Oxpeckers se hizo pasar por traficante, y propuso introducir clandestinamente marfil y una piel de león hacia Zambia. Se contactó a tres personas para que lo ayudaran: una trabajaba en la Dirección General de Aduanas y Tributos (DGDA), otra en el servicio de migraciones y la tercera en las fuerzas de seguridad. El primero pidió gastos de 500 dólares para facilitar la operación, y los otros dos  pidieron entre 200 y 300 dólares.

Medidas de atenuación

El sector minero sigue en expansión y ha puesto la mira en otras zonas protegidas de República Democrática del Congo, como el parque nacional des Virunga, al este del país, y la reserva de la fauna de Okapi, al noreste. Sin embargo, los responsables del parque de Upemba siguen confiados en la voluntad de las autoridades de poner fin a la explotación ilegal de minerales en las zonas protegidas. Proponen reformar el sector minero para asegurar las zonas protegidas y facilitar la colaboración en el marco de la Alianza Verde, una perspectiva de economía verde que concilia desarrollo y protección del ambiente.

PremiCongo, que trabaja para la conservación de bosques abiertos de Katanga, espera que el Gobierno retire esta concesión de la lista de zonas protegidas del país, teniendo en cuenta la degradación avanzada de la biodiversidad. La organización recomienda también que las empresas ubicadas en la reserva de Basse Kando destinen una compensación financiera sustancial a ICCN, que debería usar esos fondos para mejorar la gestión de otras zonas protegidas del país.

En respuesta a la degradación de los bosques, a la desaparición de especies salvajes por la caza furtiva y la desaparición de madera por la sobreexplotación, un ciudadano inició un proyecto de restauración del bosque y de especies animales en peligro. Se trata del santuario de Mikembo, a unos 30 km del centro de la ciudad de Lubumbashi, como muestra este video.

El bosque fue totalmente reconstituido entre 2005 y 2006. Las especies animales fueron introducidas en 2011. El profesor Jonathan Ilunga, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Lubumbashi, se encargó de las investigaciones desde 2010 y dijo sobre la iniciativa:

Il s’agit d’une forêt de régénération, et nous avons constaté une croissance végétale substantielle sur une période de 10 ans. C’est un véritable modèle de reboisement et de restauration de la biodiversité.

Se trata de un bosque de regeneración, y hemos visto un crecimiento sustancial de las plantas en  10 años. Es un auténtico modelo de reforestación y restauración de la biodiversidad.

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