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El 7 de abril de 2011, doce adolescentes de la escuela pública municipal Tasso da Silveira en Realengo [en], al oeste de Río de Janeiro, fueron asesinados a tiros. El culpable fue el ex-alumno, Wellington Menezes de Oliveira, de 23 años, quien después de la masacre se disparó a sí mismo.
La tragedia ocasionó un revuelo de «indignación, asco y consternación» en todo Brasil, y la blogosfera enseguida se llenó de expresiones de lamento y de repugnancia hacia el asesino.
El Detective Inspector Marcus Moura, mostró la repugnancia que sentía en un post de Facebook, y predijo que el debate sobre la masacre despertaría cuestiones arraigadas sobre la sociedad brasileña:
(…) uma tristeza profunda, uma sensação de total impotência por saber que, nesse tempos estranhos que vivemos, é muito difícil evitar que a sociedade continue a gerar seus monstros. Impotência por fazer parte de um mundo que abriga esse tipo de distorção, essas manifestações exacerbadas não de ódio, mas de infelicidade.
Un pasado siendo incomprendido
La creciente especulación sobre el perfil del asesino, tanto en la blogosfera como en los medios de comunicación tradicionales, ha planteado varias hipótesis sobre la motivación de Wellington para cometer el crimen.
Aparecieron muchos rumores sobre su posible pertenencia al Islam, debido a su «traje islámico», y también se citaron otros estereotipos.
En la carta que dejó tras suicidarse, junto a un discurso fundamentalista se refirió a los «puros» y a los «fieles», lo que generó más polémica. El crítico de cine y bloguero Inacio Araujo dijo en su blog:
Ele faz uma salada de Corão, Bíblia, retórica dos programas evangélicos da TV ou manifestos da Al Qaeda.
Cuando se empezaron a publicar videos del ordenador de Wellington, quedó claro que las referencias a «fieles» e «infieles» demostraban la carga que llevaba desde la infancia, y no una inclinación religiosa. esto fue presentado por los periodistas Rodrigo Rotzch y Diana Brito. Continúan diciendo:
«Fiéis» ou «irmãos» são os que, como afirma Wellington, sofrem bullying. «Infiéis» e «fornicadores» são os que praticam o bullying ou compactuam com a prática.
En uno de sus últimos videos, Wellington niega ser responsable de las muertes que sucederían «a pesar de que [sus] dedos [pudieran ser] responsables de apretar el gatillo», y dice ser el portavoz de todas las víctimas del acoso [en]. Esto se había convertido en una violencia física y psicológica cada vez más común, que no solo sucede en colegios, sino también en la vida adulta:
Eu ainda me lembro de todas as humilhações que passei por estes covardes…
Todos precisam saber que existem irmãos dispostos pra matar e pra morrer em defesa dos mais fracos… Que ainda estão na condição de ser incapazes de se defender…
«Acoso»: causa y efecto
Este debate ya había comenzado en 2003, cuando Edmar Aparecido Freitas, ex-alumno del colegio público municipal Colonel Benedito Ortiz, en Taiuva, una ciudad pequeña en el estado de Sao Paulo, abrió fuego contra sus antiguos compañeros. Hirió a siete y después se disparó a sí mismo. Parece ser que durante su infancia y durante el comienzo de su adolescencia, Edmar fue víctima de las burlas y el acoso por parte de sus compañeros. En uno de sus videos, Wellington rinde homenaje a Edmar, por este hecho, e indica que sus «seguidores» le veneraban y siempre le recordaban en sus oraciones.
Anderson, uno de los antiguos compañeros de Wellington, comentó en Diálogos Políticos:
Eu estudei com esse rapaz e ele tinha problemas psicológicos, ele sempre ficava sozinho e os demais alunos zombavam dele pelo motivo de sempre andar com a cabeça baixa.
Las opiniones de expertos demuestran que «a pesar de que sufriera acoso escolar (…) Wellington cometió los asesinatos debido a sus problemas psicológicos».
Cleodelice Fante, investigadora del acoso escolar, que actualmente está haciendo un doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Islas Baleares, España, ha publicado un análisis detallado sobre las motivaciones y las consecuencias para los acosados y acosadores:
Este fenômeno comportamental atinge a área mais preciosa, íntima e inviolável do ser, a sua alma. Envolve e vitimiza a criança, na tenra idade escolar, tornando-a refém de ansiedade e de emoções, que interferem negativamente nos seus processos de aprendizagem devido à excessiva mobilização de emoções de medo, de angústia e de raiva reprimida. A forte carga emocional traumática da experiência vivenciada, registrada em seus arquivos de memória, poderá aprisionar sua mente a construções inconscientes de cadeias de pensamentos desorganizados, que interferirão no desenvolvimento da sua autopercepção e auto-estima, comprometendo sua capacidade de auto-superação na vida.
El bloguero Vinicius Fleury, en su blog Livro Mecânico (Libro Mecánico), dice que el hecho de que Wellington fuera víctima de «problemas inusuales» en el colegio, causó su «tendencia a tener problemas psicológicos» y que el hecho de que no «recibiera ayuda» explica el tiroteo, a pesar de que ambos hechos no lo justifiquen:
o bullying que ele sofreu naquele colégio teve uma grande parcela de culpa, assim como os envolvidos em causar o bullying. Todo mundo era moleque, ninguém sabia o que estava fazendo direito, mas isso não exclui um fato. Se aconteceu, não da pra voltar no tempo. Agora vai de cada um saber conviver com sua parcela de culpa, mesmo que ninguém tenha tido essa intenção.
Para la bloguera y pedagoga María Frô, el colegio debe ser en todo momento el lugar más sagrado, y concluye:
o mundo adulto é responsável pelas gerações futuras. Não fujamos de nossas obrigações. Isso significa que todo adulto deve ser responsável por qualquer criança. Isso significa, por exemplo, olharmos para além dos nossos umbigos, de nossas crias, de nossos alunos, isso exige de nós um compromisso maior e real com políticas públicas que sejam capazes de incluir, educar, prover de espaços culturais e de lazer, formar e amar todas as nossas crianças. Elas merecem um futuro melhor que balas na cabeça em seu espaço escolar.