En un artículo de opinión del New York Times titulado «Latin America's Talent for Tolerance», Enrique Krauze [en] propone la idea de que Latinoamérica es menos propensa al racismo [en]:
[…] European-style racism — which not only mistreats and discriminates but also persecutes and, in the very worst cases, tries to exterminate others because of their ethnicity — has been the exception and not the rule in modern Latin America.
[…] El estilo europeo de racismo — el cual no sólo maltrata y discrimina sino que además persigue y, en el peor de los casos, trata de exterminar a otros por su origen étnico — ha sido la excepción y no la regla en la Latinoamérica moderna.
El comentario de Krauze incitó al bloguero Julio Ricardo Varela a poner en duda la validez de su posición [eng] en un artículo escrito para Latino Rebels:
At the beginning of the piece, Krauze starts with FIFA’s “Say No To Racism” campaign,”a message” that “was particularly directed toward the soccer stadiums of Europe, where there have been many instances of racial taunting and physical aggression by hostile fans against African and other black players.” Just a few sentences later, Krauze is quick to let us know that such racism doesn’t occur in the Americas: “the stadiums of Latin America have for the most part been free of this phenomenon, despite the fervent nationalism and fanaticism of the fans.” I am guessing that neither Krauze nor his Times editor did some actual fact-checking because in just five minutes, I was able to locate several examples of racism in Latin American stadiums.
Al principio del artículo, Krauze empieza con la campaña de la FIFA «Di no al racismo», «un mensaje» que «fue particularmente dirigido hacia los estadios de fútbol de Europa, donde han habido muchos casos de insultos raciales y agresiones físicas de parte de hinchas hostiles contra africanos y otros jugadores negros.» Unas cuantas oraciones después, Krauze rapidamente nos hace saber que tal racismo no ocurre en América: «la mayoría de los estadios de América Latina están libres de este fenómeno, a pesar del ferviente nacionalismo y fanatismo de los hinchas.» Estoy suponiendo que ni Krauze ni su editor del Times hicieron alguna verfificación actual de los hechos porque en sólo cinco minutos, pude encontrar varios ejemplos de racismo en estadios latinoamericanos.
Tras señalar que el denominado «Estilo europeo de racismo es lo que formó Latinoamérica en primer lugar,» Varela concluye con estas palabras:
When we as Latin Americans admit the truth and confront it head on, only then can real change occur. In the meantime, the literal whitewashing of Latin American history needs to be monitored and when it appears in mass media, we must all do our best to quickly call out this ignorant attitude. The only way to transform society is to ensure that we don’t allow certain opinions to become the standard. We can do better, and we will. One tweet at a time.
Cuando nosotros como latinoamericanos admitimos la verdad y la enfrentamos directamente, solo entonces puede ocurrir un cambio real. Mientras tanto, el literal encubrimiento de la historia latinoamericana necesita ser escuchado y cuando aparezca en los medios de comunicación, todos tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo rapidamente para llamar la atención a esta ignorante actitud. La única forma de trnasformar la sociedad es asegurar que no permitamos ciertas opiniones se conviertan en normales. Podemos hacerlo mejor, y lo haremos. Un tuit a la vez.