Actualmente las energías renovables nos dan la principal esperanza de que el mundo pueda evitar las consecuencias catastróficas del cambio climático. Pero además de su promesa más general, las tecnologías renovables pueden ayudar a resolver los problemas sociales y ambientales de las comunidades locales, sin necesidad de aparatos complejos o una inversión significativa.
A finales de diciembre de 2014, a la aldea de Roshorv (situada a una altitud de más de 3,000 metros sobre el nivel del mar) en el Valle de Bartang de la Provincia Autónoma de Gorno-Badakhshan de Tayikistán (PAGB) se le hizo entrega de una cocina solar. Sadarbek Tohirbekov, un profesor del idioma ruso en la escuela local y el jefe de familia de seis personas, recibió el aparato de la organización medioambiental tayika Little Earth.
Después que la cocina fuera instalada en el patio, Oyandasoz, un empleado de la ONG – socio de Little Earth en la región – puso a prueba la eficacia del dispositivo y discutió el potencial de expandir su uso en toda la zona.
Tayikistán, el estado más pobre de los nacidos de la antigua Unión Soviética, sufre apagones durante el invierno debido a la disminución de la capacidad de su infraestructura nacional de energía. Sin embargo, alberga un gran potencial para la energía renovable con más de 200 días de sol durante el año en promedio e importantes recursos hídricos. Además de la cocina solar de Tohirbekov, a la que otros residentes de la aldea tienen acceso, Roshorv tiene su propia minicentral hidráulica que ayuda a abastecer de electricidad al pueblo y sus alrededores durante las tardes.
Las pruebas de los colectores de disco parabólicos que abastecen a la cocina solar se llevaron a cabo durante varios días. Las mediciones se realizaron a las 10:00, 14:00 y 16:00 horas en el patio de Tohirbekov. Durante condiciones moderadas de invierno, los discos fueron capaces de hacer que una caldera de aluminio de 3 litros hirviera en 20 o 25 minutos, y cocinara una sopa con arroz y papas en una olla a presión de aluminio en unos 20 minutos.
«Para preparar un almuerzo o cena [sin una cocina solar], utilizamos alrededor de medio kilo de arbusto de leña y un par de kilos de leña y tres kilos de estiércol seco o carbón. Por ejemplo, sólo para hervir de seis a siete litros de agua se requiere de tres a cinco kilos de arbusto. Una cocina solar puede reducir en gran medida el consumo de leña y otros combustibles, incluso si se utiliza sólo una vez al día», agrega Tohirbekov.
La deforestación y la tala de árboles llevada a cabo por la población local se ha convertido en un problema importante en las zonas montañosas de Tayikistán, en donde la madera suele ser la única fuente disponible de energía. Las laderas despojadas de sus árboles y arbustos han aumentado el peligro representado por los peligrosos y a menudo mortales deslizamientos de tierra.
Según Rozik Yaftaliev, director de Oyandasoz, un tipo de cocina solar como la de la casa de Tohirbekov se puede utilizar cada vez que hay sol y un cielo despejado para cocinar o hervir agua.
“¡Este dispositivo fácil de usar ayuda a ahorrar tiempo y madera, y al cocinar no hay humo! Desde octubre pasado, mi familia en el pueblo de Nisour ha utilizado una cocina solar similar. En los días en que la usamos, logramos disminuir el consumo de madera de arbustos en un 70-80%», comentó Yaftaliev.
Actualmente la demanda entre los residentes locales para la obtención de los dispositivos solares se ha incrementado. Esto no es de sorprender, ya que las cocinas solares son de bajo costo, fáciles de usar, y no tienen ningún mecanismo que pudiera necesitar reparación en caso de romperse. Lo más importante, el combustible – sol – es gratis y renovable.
La cocina solar no es perfecta, sin embargo, puede soportar un peso de poco más de ocho kilos, mientras que los anillos son de un solo tamaño y por lo tanto no se adaptan a todos los utensilios. Y, por supuesto, en un día nublado una cocina solar puede ser impotente. Sin embargo, estas tecnologías pueden reducir significativamente la carga sobre el medio ambiente local y mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la montaña.
“Las cocinas solares pueden ser una buena ayuda para las personas en pueblos aislados de montaña que tienen dificultades con el acceso a servicios energéticos modernos y para quienes el acceso al combustible es una prioridad crítica. Nosotros, por nuestra parte, haremos todo lo posible para continuar con la difusión de ahorro de recursos y tecnologías de eficiencia energética en las comunidades de las montañas de la república», comentó Musavvara Shukurova, director de Little Earth.
En el primer semestre de 2015, Little Earth tiene la intención de distribuir unas 10 cocinas solares a las familias con pocos recursos de los pueblos de la parte alta del Valle de Bartang.
«Incluso si nos imaginamos que cada cocina puede ahorrar alrededor de 15 a 20 kilos de leña por día, durante tan sólo 100 días de sol al año, sería igual a un ahorro de cerca de dos toneladas de combustible. Por lo tanto, 10 cocinas solares le ayudan a la gente a ahorrar más de 20 toneladas de madera al año a ese ritmo. Esta es una buena oportunidad para reducir la tala y prevenir las emisiones de CO2 «, señala Anton Tymoshenko, coordinador asistente de los programas de ahorro de energía en Little Earth.
Esta información fue preparada por Timur Idrisov, asesor principal de la organización medioambiental Little Earth. Little Earth participa en el programa Climate Workshop organizado por 350.org para promover decisiones sobre el uso de las energías renovables y reducir el impacto de la humanidad sobre el clima. Póngase en contacto con la organización a través de little.earth.tajikistan@gmail.com o visite su sitio web leworld.org.