Recordando a Samad Behrangi, el escritor que inspiró incontables revoluciones iraníes

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Samad Behrangi. Nacido el 24 de junio de 1939 y muerto el 31 de agosto de 1967. Foto: Alchetron Encyclopedia.

El 31 de agosto se celebró el 49 aniversario de la muerte del autor iraní Samad Behrangi. Incluso después de casi medio siglo muerto, las palabras e ideas de Behrangi son citadas por prisioneros políticos y activistas iraníes que continúan la lucha contra la censura, la pobreza y la injusticia en su patria. Aunque tuvo una vida corta, su legado todavía inspira hoy a escritores de procedencias muy diversas.

Behrangi nació en Tabriz, una ciudad del norte del país, en el seno de una familia azerí iraní (una de las minorías más numerosas de Irán). Fue profesor a los 18 años y empezó enseñando en las aldeas rurales del Azerbaiyán iraní. Las pésimas condiciones en que se hallaban las escuelas y la falta de recursos para los estudiantes no solo produjo en él un cambio radical, sino que también le dotó de una pasión por la enseñanza que no se detenía ante nada.

Behrangi sea tal vez más conocido por su relato corto Mahi Siayeh Kochooloo, o The Little Black Fish, donde se narra el viaje de un pececito desde un riachuelo al vasto océano. La historia tiene ritmo de cuento infantil, pero explora el cruce de caminos de la edad adulta y el momento en que se toma conciencia de los acontecimientos politicosociales. El protagonista se enfrenta a un deseo constante de explorar fuera del riachuelo y averiguar si otro tipo de vida es posible. El libro fue prohibido por el sha de Irán.

The original book cover for Little Black Fish published in 1967. The illustrations by Farshid Mesghali won several awards including the Hans Christian Andersen Award in 1974. Image from Wikipedia commons.

Portada original del libro Little Black Fish, publicado en 1967. Las ilustraciones de Farshid Mesghali consiguieron varios premios, incluido el premio de literatura Hans Christian Andersen en 1974. Imagen de Wikipedia.

No satisfecho con los materiales que recibían las escuelas, Behrangi intentó enseñar con los suyos con la intención de crear algo que reflejara mejor la realidad que fuera más familiar a los niños del campo. El gobierno del sha prohibió la publicación de este tipo de material, y en toda su vida como profesor Behrangi tuvo que hacer frente a ceses y amenazas a causa de sus ideas políticas.

Siendo el azerí la lengua preferida para expresarse, Behrangi escribió ensayos críticos sobre la educación del sistema, cuentos populares, relatos cortos, y además tradujo las obras de poetas y escritores iraníes. También intentó recabar y escribir una serie de cuentos populares y relatos infantiles azeríes, pero de nuevo le fueron negados los derechos de edición en su lengua nativa.

Behrangi era marxista, maestro apasionado, crítico social y un escritor con imaginación, sobre todo un pensador que lidiaba con todo lo que se le ponía por delante. Esto incluía una monarquía decadente que propugnaba la modernización de Irán pero hacía poco por aliviar los males de las clases bajas. Este creciente descontento comenzó a conocerse entre las clases más cultas de la sociedad, incluidas las de jóvenes iraníes, que, como Behrangi, aceptaron el radicalismo de los cambios.

Uno de sus libros más conocidos (y mi favorito) es «Kachale Kaftarbaz», o Baldy the Pigeon Keeper (el siguiente vídeo muestra una adaptación oral). El cuento gira alrededor de Kachal (Baldy) y su lucha contra un rey tirano. El protagonista, que es calvo, pobre y distante, no busca riquezas ni poder. Adopta una postura valiente contra la opresión violenta ejercida por el rey al tiempo que lleva una vida sencilla y honrada. En un giro desternillante, Kachal utiliza sus palomas para que suelten deposiciones de cabra sobre las cabezas de los soldados del rey —un homenaje con mucho humor y a la vez sutil a la legitimidad de la lucha armada contra la dictadura—.

Como muchos de los cuentos de Behrangi, esta historia contiene una igual dosis de humor y análisis sombrío de la sociedad, como reflejan los sutiles comentarios sobre la desigualdad, el uso que se hace del territorio, y los derechos de la mujer. Su pluma excepcional mantiene un clásico estilo folclórico a la vez que subversivo del escapismo típico de este género concentrándose en la justicia social, que se eleva como moraleja por encima de la felicidad y seguridad personales.

El estilo literario de Behrangi recuerda al de Miguel de Cervantes por su habilidad en fundir los elementos absurdos y fantásticos con la crítica sutil de la sociedad y su statu quo. Al igual que Cervantes, empleaba el humor y la ironía en sus historias aparentemente inofensivas para presentar una crítica perspicaz y mordaz de la vida bajo el gobierno del sha de Irán. Por medio de las palabras, esperaba facilitar herramientas a los más afectados por la pobreza y la desigualdad.

Behrangi sobresale no solo por su pensamiento político e ideas llenas de imaginación, sino por la manera y estilo tan particulares de su literatura a la que tuvieron acceso las masas. Su vocabulario era presentado de tal modo que reflejaba el habla de la gente. Los relatos estaban enfocados a la cruda realidad de la vida en un mundo de desigualdades, y su cometido era, ante todo y principalmente, orientar y sensibilizar a los niños pequeños con pautas que vencieran los males a los que tenían que hacer frente.

Behrangi intentó romper con la narrativa oficial de los libros infantiles y ofrecer como medio una guía para el cambio social:

It is no longer the time for limiting children's literature to the arid and authoritarian advice and instructions, such as ‘Wash your hands and feet and body’, ‘Obey Mum and Dad and the elders'… Shouldn't we tell the child that in your country there are boys and girls who have never seen a piece of meat on their plates? Shouldn't we tell the child that more than half of the world's population are hungry, and why they are hungry, and how hunger could be diminished?

Se ha terminado el tiempo de limitar la literatura infantil a enseñanzas estériles y autoritarias como «lávate las manos y alimenta tu cuerpo», «obedece a mamá, a papá y a los abuelos»… ¿No deberíamos contar a nuestros hijos que en nuestro país hay niños y niñas que nunca han visto un plato de carne? ¿No tendríamos que decirles que más de la mitad de la población mundial pasa hambre, el porqué y cómo podría reducirse?

Lo que ayudó a consolidar su estatus de figura mítica a medida que se aproximaba la revolución iraní de 1979 fue su misteriosa y repentina muerte. Los informes decían que Behrangi murió ahogado en el río Aras el 31 de agosto de 1967. En aquel entonces, muchos creían que su muerte no fue accidental, y la teoría comúnmente aceptada sostiene que la policía secreta del sha, el SAVAK, fue quien organizó su asesinato. Otros afirman que su muerte en el río se trató simplemente de un accidente.

Su muerte acaecida de modo tan extraño y sus ideas políticas lo elevaron a la condición de mártir, junto con otros notables activistas y pensadores que murieron en circunstancias misteriosas en la misma región, incluidos Ali Shariati, Gholamreza Takhti, y Forough Farrokhzad. Su rostro se convirtió en símbolo de la resistencia al régimen y sus escritos soliviantaron a toda una generación con sus enseñanzas.

(Photo source - Alchetron encyclopedia)

Manifestantes iraníes con un retrato de Samad Behrangi. Fecha desconocida. Foto: Alchetron Encyclopedia.

Antes de cumplirse el décimo aniversario de su muerte, jóvenes iraníes organizaron y encabezaron un movimiento nacional contra el sha, en lo que llegó a conocerse como la revolución más popular de los tiempos modernos. En ella había implícito un poderoso elemento izquierdista inspirado en Behrangi, entre otros intelectuales y pensadores destacados.

Las palabras y el mensaje de Behrangi son más ricos e impactantes que nunca. En el aniversario de su muerte, podemos ponderar una vez más las palabras que nos dejó en The Little Black Fish:

I might face death any minute now! But I should try not to put myself in harms’ way as long as I can live. Of course it is not important if I die, because this is going to happen anyway. I know my purpose, my purpose is: How will my life or death impact the lives of others?

Podría encontrarme con la muerte a cualquier momento, pero debo intentar no perjudicarme a mí mismo mientras viva. Que yo muera no es lo realmente importante, ya que sucederá de todos modos. Conozco mi propósito y es el siguiente: ¿Cómo afectará mi muerte a la vida de los demás?

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