«¡Respeta a mi muerto!»: El doble rasero ante el fallecimiento de dos políticos opuestos

Fidel Castro y Rita Barberá

Fidel Castro y Rita Barberá, dos políticos que solo tienen en común el haber muerto en la misma semana. Fotos de Wikimedia Commons, con licencia CC BY-SA 2.0

La pasada semana murieron dos políticos que han tenido una gran presencia en la historia reciente de España. Lo que se ha dicho de ambos muestra la fuerte polarización que experimenta la sociedad española y revela una considerable hipocresía por parte de los políticos, que en demasiadas ocasiones se contagia a los ciudadanos.

El miércoles 23 de noviembre el país se despertaba con la noticia de la muerte a primeras horas de la mañana de Rita Barberá, controvertida política del Partido Popular, que fue alcaldesa de Valencia durante casi 25 años y diputada de las Cortes Valencianas durante casi 40, y que actualmente ocupaba un escaño en el Senado.

Barberá estaba siendo investigada en un sumario por la presunta financiación ilegal del PP de Valencia. Su partido intentó protegerla nombrándola senadora, lo que la convertía en aforada y la ponía a salvo de la justicia ordinaria. No obstante, el Tribunal Supremo halló indicios suficientes para imputarla. Esta imputación provocó que el PP le exigiera su renuncia: Barberá se dio de baja en el partido, pero mantuvo su cargo y su aforamiento.

Al conocerse su muerte, los que habían sido sus compañeros ─y muchos de ellos también sus detractores─ se apresuraron a alabar la figura de la senadora, criticando en ocasiones el trato que la prensa y los medios sociales le habían dado a causa de su imputación. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, tachó a los medios de «hienas» y les acusó de convertir a Barberá en «un pimpampum al que golpear permanentemente». Sin embargo, hace solo dos meses, él mismo se jactaba de la rapidez con que su partido apartó a la senadora en cuanto fue imputada por el juez, como puede verse en este vídeo de La sexta TV.

El antiguo diputado autonómico del PP Sigfrid Soria protagonizó la más sonora bofetada virtual de la jornada en Twitter:

La antigua presidenta del Congreso, Celia Villalobos, llegó a afirmar que la prensa y «los tuiters [sic]» habían condenado a muerte a Rita Barberá por no respetar su presunción de inocencia. Maldita Hemeroteca, desde su cuenta de Twitter, nos recordó cómo en febrero, Villalobos no parecía tener ningún interés en defender a la senadora:

Incluso el periódico El País trataba la noticia de forma radicalmente distinta en su edición en español y en inglés:

Titular en inglés: Senadora española vinculada a un caso de corrupción muere en un hotel de Madrid

El portavoz del Gobierno, Méndez de Vigo, aprovechó la ocasión para sugerir «un acuerdo sobre cómo tratar a los imputados» y la revisión del pacto anticorrupción que exige la dimisión de todos sus cargos a los políticos investigados.

Mientras tanto, en Twitter se multiplicaban los mensajes y los memes sobre la difunta senadora:

Ante el aluvión de críticas que recibían estos ácidos tuits, la revista satírica El Jueves tuiteó:

Efectivamente, como si de una premonición se tratara, el viernes moría Fidel Castro en La Habana, y Zorman ya imaginaba lo que iba a ser la red social en las horas siguientes:

Clave de Sole pedía prudencia a los medios ante la muerte de Barberá:

Pero un día después no se privaba de enlazar un artículo sobre los supuestos abusos de Castro:

Hispano calificaba de «burradas» lo que adivinaba que se diría sobre Barberá:

Y dedicaba estas palabras a Castro:

Por último, los tuits de Hugo Pérez y Corruptocracia evidencian dos Españas paralelas y aparentemente condenadas a no entenderse:

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