La capital kirguisa a través de las agrietadas ventanas de sus queridos tranvías

La mayoría de los tranvías kirguisos no muestran temas de Salvador Dalí. Este lo pintó el grupo de arte DOXA en Biskek. Imagen tomada de Kloop.kg. Creative commons.

Desde su llegada a Biskek, capital del exsoviético Kirguistán, durante los años del ocaso del stalinismo, los tranvías han sido una parte importante y atractiva del paisaje local. Aunque con los años han cedido su lugar a marshrutka (minibuses) más maniobrables aunque ampliamente menospreciados, los tranvías han retenido su posición como el transporte público del corazón, y ofrecen a los ciudadanos un recorrido más lento, más barato y más calmado entre los puntos claves de esta ciudad de un millón de habitantes.

Ah, y también reducen las emisiones de carbón.

En los últimos dos años, el investigador estadounidense Ryan Johnson ha estado publicando en Twitter imágenes de la vida detrás del volante de los tranvías de Biskek.

La etiqueta [tranvías a la moda] destaca las diferentes preferencias de diseño interior de una amplia gama de conductores de tranvías, y a la vez ofrece un vistazo al tráfico de Biskek a través de las agrietadas ventanas de los vehículos.

Johnson capta el tranvía de abajo, adornado con un cobertor con típicos estampados nómades kirguisos, cuando buscaba al enemigo público n° 1, la marshrutka.

Kirguistán es uno de los pocos rincones del mundo excomunista donde los minibuses no son ‘solamente para pasajeros sentados’, y la aglomeración resultante de cuerpos de pie en las ubicuas marshrutki Mercedes Sprinter es fuente de gran resentimiento colectivo. Se puede ir parado en los tranvías, pero hay más espacio para acomodarse.

Tranvía a la moda en Biskek.

El rico estampado floral azul en el marco colgante del siguiente tranvía hace pensar más en Uzbekistán, vecino de Kirguistán, que recuerda las legendarias ciudades de la Ruta de la Seda como Samarkanda, Bukhara y Khiva.

Los lentes de sol se reservan para días de clima más soleado.

Otoño en Biskek. Tranvías a la moda.

Este tranvía tiene muchas rosas y mariposas.

Lamentablemente, todavía no está prohibido hablar por teléfono mientras se maneja en Biskek, ciudad donde los accidentes automovilísticos son comunes.

Tranvías a la moda. Biskek.

Prueba B:

Biskek. Tranvías a la moda.

Algunos conductores de tranvías confían en los amuletos y en escrituras islámicas para que los ayuden a avanzar en su camino por las peligrosas autopistas de la ciudad, pero otros creen en el dicho ruso «деньги к деньгам», o ‘el dinero trae dinero’.

Nuestro siguiente tranvía muestra orgullosamente billetes de Kirguistán, y también uno de Uzbekistán y otro de Turkmenistán. Esta versión del billete turomano de manat (fila de abajo, extrema derecha), que ya no está en circulación, tiene la imagen del exdictador del país rico en petróleo, Saparmurat Niyazov.

Tranvías a la moda. Biskek.

Los caminos en Biskek están en malas condiciones por lo general, para disgusto de todos los conductores.

Tranvías a la moda. Biskek.

A causa de las malas pistas, las ventanas agrietadas son casi universales. A continuación, un ejemplo de un parabrisas de tranvía en las primeras etapas de mal estado…

Tranvías a la moda. Biskek.

…mientras este parabrisas está en estado más avanzado de destrucción.

Biskek. Tranvías a la moda.

Por 8 som (12 centavos de dólar), los tranvía son más económicos que las marshrutka a 10 som, y diez veces más barato de un taxi en la ciudad.

Tranvías a la moda. Biskek. Verano.

Además, están mucho más ventilados, algo que se aprecia más cuando hace calor.

A veces, el conductor hace su recorrido con su esposa o un amigo. Esto, junto con un florero al azar, agrega a la sensación de que eres una mosca en la pared de la sala de estar de una casa y no un cliente en transporte público.

Biskek. Verano. Tranvías a la moda.

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