Para el mes de la historia de calipso en Trinidad y Tobago, seis melodías en la era de #MeToo

Captura de pantallas del video de YouTube «Déjame en paz», de Calypso Rose y Machel Montano, en el que la protagonista femenina desafía los deseos de su pareja y participa en las festividades del carnaval. La canción se volvió un grito de protesta para la campaña de los activistas contra la violencia de género en 2017.

Octubre de 2018 es el Mes de la Historia de Calipso, tradición iniciada por la Organización Uni­ficada de Calipsonianos de Trin­ba­go (TUCO) en 2002 como una manera de celebrar el rol que el ca­lip­so ha tenido en el desarrollo so­cial y po­lítico de Trinidad y To­ba­go.

Por la ocasión, el equipo de Global Voices Caribe destacará algunas destacadas contribuciones al firmamento del calipso a lo largo de los años. ¿Quién va primero? Temas de calipso cuya letra fortalezca a la mujer.

El calipso es un género que suele pintar a la mujer con una luz negativa, pues las compara con diablos o como juguetes, auque antes esas letras no eran comunes. Según el escritor e historiador Kim Johnson, mucho del «calipso tradicional planteaba una guerra entre hombres y mujeres, y tomaba el lado de los hombres». Por eso, las canciones que rompen ese molde quedan para siempre en la conciencia nacional.

Esta es nuestra selección, sin orden particular:

«Miss Tourist» — Lord Kitchener (1968)

El desaparecido Aldwyn Roberts, más conocido como Lord Kitchener (el Maestro del Calipso), cantó esta tonadilla sobre una extranjera de visita en Trinidad en tiempo del carnaval. Le pide su consejo de cómo participar mejor en las festividades, y él responde:

Come in town J'ouvert morning, find yourself in a band
Watch de way how de natives movin’, hug up tight with a man
Sing along with de tunes dey playin’, and now and again you shouting, ‘Play mas’, bacchanal!’
Miss Tourist…dat is Carnival!

Ven a la ciudad la mañana de J'ouvert [N. del T. fiesta antes del carnaval], busca una banda
Mira cómo se mueven los lugareños, abraza fuerte a un hombre
Canta las canciones que toquen, y de nuevo grita: ‘¡Toca mascarada, bacanal!’
Señorita Turista… ¡ese es el carnaval!

Con ese memorable estribillo, Kitch da al carnival el nivel de campo de juego para lugareños y visitantes, y también para hombres y mujeres. Se alienta a todos a divertirse y a «actuar como son» en el espíritu del carnaval.

Con su animado ritmo bailable de calipso de la década de 1960, no es de sorprender que la canción ganara el título de Carnival Road March ese año, pero su mensaje persiste. El carnaval es para todos, y las mujeres pueden –y deben– reclamar su derecho a la bacanal.

«Woman on the Bass» — Scrunter (1980)

Es bello ver que el arte imita a la vida. En este tema de calipso de Irwin Reyes Johnson, conocido con el nombre artístico de Scrunter, conocemos la vida de una verdadera pionera: Annie López, la primera bajista de la legendaria orquesta «Desperadoes», que fue tan desvergonzada como para querer tocar tambores metálicos –a la sazón, un campo duro y fuerte, dominado por hombres.

López allanó el camino para otras mujeres a encontrar su lugar y avanzar por su camino como músicas de tambores metálicos, y el calipso de Scrunter lanzó su historia a la conciencia nacional. Ahora, gracias al inolvidable bajo de Scrunter y la tenaz determinación de López, es común ver a mujeres en el bajo –o en los tambores.

«Die with my Dignity» — Singing Sandra (1987)

El repertorio de Sandra De Vignes (conocida como Singing Sandra) es conocido por su comentario social. Sus melodías no evitan los temas duros, como raza o desigualdad económica, y siempre se dan desde una fuerte perspectiva feminista. Este calipso se adelantó al movimiento #MeToo cuando abordó el problema del acoso sexual:

You want to help to mind your family, you want to help your man financially
But nowadays it really very hard to get a job as a girl in Trinidad
You looking out to find something to do, you meet a boss man who promise to help you
But when the man let down the condition, nothing else but humiliation […]
Well if is all this humiliation to get a job these days as a woman
Brother they could keep their money, I go keep my honey, and die with my dignity!

Quieres ayudar a cuidar a tu familia, quieres ayudar a tu hombre financieramente
pero ahora  es muy difícil trabajar para una chica en Trinidad
buscas algo que hacer, conoces un jefe que promete ayudarte
pero cuando el hombre pone una condición, nada más que humillación […]
Bueno, si todo esto es humillación para que una mujer tega trabajo en estos tiempos
Hermano, que se queden con su dinero, yo guardo mi miel, ¡y muero con mi dignidad!

La canción se jacta de una melodiosidad que contradice la gravedad de su mensaje lírico, invita las mujeres (y a los hombres progresistas) a cantar y, más importante, a vivir de acuerdo a la letra.

«Woman is Boss» — Denyse Plummer (1988)

Denyse Plummer es una artista que se esforzó por forjar un camino en el calipso –no solamente como mujer, sino como mujer percibida como blanca en el contexto trinitense. Su perseverancia rindió frutos. Gracias a una exitosa asociación con el músico de tambor Len «Boogsie» Sharpe, que la incluía para que interpretara sus composiciones, Plummer gozó de una prolífica carrera, que incluyó varios títulos de competencia de Calypso Queen.

Este canción bien podría interpretarse como su desprecio a todas las críticas que enfrentó, y un llamado unificador para las caribeñas que se suelen sentir subvaloradas, en el género musical del calipso y más:

Since de beginning of time we standing in line, taking we grind, following behind
Now we woman have changed we course, without remorse woman is boss.

Desde el inicio de los tiempos estamos en fila, vamos detrás
Ahora, las mujeres hemos cambiado el curso, sin remordimiento las mujeres mandan.

«Flag Woman» — Kitchener (1976)

¿Qué es una mujer bandera? Es la poderosa criatura que actúa como la «lideresa» de las orquestas de metal en la competencia anual Panorama de Trindad y Tobago que ondea una bandera.

La bandera no es solamente un trozo de tela, y ondearla no es el típico movimiento de lado a lado que imaginas. Es una bandera con un mensaje: suele tener el nombre de la banda que actúa y hasta puede incluir el título de la canción que están interpretando. ¿La bandera? Es más como gimnasia. Mientras los músicos tienen encantada a la audiencia con sus habiildades musicales, la mujer bandera los cautiva con su movimiento. Es en parte animadora, parte bailarina, totalmente mujer que se menea sensualmente al ritmo de la música.

Lo que hizo de Kitchener el genio que es fue que, en vez de convertir a la mujer en un objeto –como suele ocurrir en la mayoría de calipsos– toma esa sexualidad, la reconoce y admira abiertamente su poder. La dualidad de virgen y perra desaparecen. Si hubiera un himno para las mujeres que se sienten en control de su sexualidad, sería «Flag Woman» de Kitch:

Wave it baby, get dem moving, yes honey, do your duty
Wave it sexy, send dem crazy, woman, woman…move yuh hand!

Agítala, nena, haz que se muevan, sí, amor, haz lo que sabes
Agítala, sexy, vuélvelos locos, mujer, mujer… ¡mueve la mano!

«Leave Me Alone» — Calypso Rose (2017)

Esta colaboración de «kaiso» (mezcla de calipso tradicional y su energético híbrido soca) entre la gran dama Calypso Rose y el rey del soca, Machel Montano, es un guiño a lo mejor del legado del calipso, incluso cuando llama a la mujer moderna a las armas.

Cuando se lanzó la canción en 2017, Calypso Rose permitió que se usara en una campaña para dar visibilidad a la violencia de género en Trinidad y Tobago, y a los muchos casos que ocurren en el carnaval. Con las etiquetas #LeaveMeAlone [déjame en paz] y #LeaveSheAlone [déjala en paz], las mujeres contaron sus historias y se animaron a hacer que hubiera rendición de cuentas. Ese es el poder del fortalecedor calipso.

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