Samar Haddad, desde Siria: «Los libros son libertad, y leer nos hace libres»

Dentro de la editorial Dar Atlas de Siria, que ha sobrevivido al paso del tiempo, la guerra y las crisis. Imagen publicada por Syria Untold.

Este artículo se publicó originalmente en Syria Untold el 22 de abril de 2022. Reproducimos una versión editada en virtud de un acuerdo con Global Voices.

Samar Haddad lidera la destacada editorial Dar Atlas de Damasco. Desde la década de 1950, Dar Atlas ha publicado, entre otras cosas, lo que Haddad describe como «libros hermosos» por dentro y por fuera, a pesar del contexto de guerras y crisis.

En un viejo edificio a pasos de la calle al-Abed de Damasco, Samar Haddad se encuentra en su despacho hablando de las personas que han ido y venido, y cuyos fantasmas siguen aquí, a la deriva. Heredó Dar Atlas de su padre, pero ¿cómo se mantuvo a flote? Syria Untold habla con ella sobre este y otros temas.

Syria Untold (SU): En medio de la crisis económica de Siria y del auge de los libros electrónicos, ¿es el fin de los libros (en papel)? 

Samar Haddad (SH): This is a question that has been asked for two decades. Imagine! Books should have died by now. But they haven't. Instead, they always return as young as ever. The book transcends itself to become a revelation. Something that the world sees and reads.

For example: physical book fairs still exist. Each fair has dozens of  booths, and each booth hundreds of books. That’s just one example of how the physical book is alive.

Physical books are supposed to be the complete transcendence of the bitter, cultural reality we live in. Books are freedom and reading is what frees us. The true publisher, whether small, medium or large, is the freedom fighter of our age. As a publisher, I’m a resistance fighter in this age of consumerism.

And so, the physical book isn’t dying,” I still say: “No it isn’t.” That is, so long as there are people demanding physical books, people who take into account the clear difference⁠ — for them ⁠— between the physical books both good and bad, and electronic books.

We strive for perfection to the extent that we can, for something resembling intellectual satisfaction and beauty. Nobody works like this. Very few Arabic-language publishers work with this approach, one that has respect for serious readers. Despite our method, our sales inside Syria are at a loss. That’s because we are, first and foremost, a Syrian publishing house and since the beginning we have been oriented towards Syrian readers.

I said “loss” because we are unable to increase the prices of our books. The reason is, simply, that people are dying of hunger. We try to compensate for these losses through our book exhibitions abroad.

In short, I don’t agree with the idea that physical books are dying, regardless of how deeply our lived reality deteriorates.

Samar Haddad (SH): Es una pregunta que se ha hecho durante dos décadas. ¡Imagínate! Los libros ya tendrían que haber desaparecido, pero no fue así. Por el contrario, siempre vuelven más jóvenes que nunca. El libro se trasciende a sí mismo para convertirse en una revelación, algo que el mundo ve y lee.

Por ejemplo, aún existen las ferias de libros presenciales, y cada feria tiene decenas de puestos, y cada puesto tiene cientos de libros. Eso es solo una muestra de lo vivos que están los libros en papel.

Se supone que estos libros son la completa transcendencia de la amarga realidad cultural que vivimos. Son la libertad, y leer es lo que nos hace libres. La auténtica editorial, sea pequeña, mediana o grande, es la luchadora por la libertad de nuestra era. Como editora, soy una luchadora de la resistencia en la era del consumismo.

Y por eso insisto en que no es el fin del libro en papel. Sigo diciendo «no, no lo es», siempre y cuando haya gente que pida estos libros, gente que sepa la clara diferencia que encuentra entre los libros impresos, buenos o malos, y los libros electrónicos.

Buscamos al máximo posible la perfección, algo parecido a la satisfacción y la belleza intelectual. Nadie trabaja así. Son muy pocas las editoriales en árabe que trabajan con esta premisa, que toman en serio a los lectores. Y a pesar de eso, nuestras ventas están dando pérdidas en Siria, y eso se debe, principalmente, a que somos una editorial siria que, desde el principio, estuvo orientada a los lectores sirios.

Hablo de «pérdidas» porque no podemos subir los precios de los libros, simplemente porque la gente se está muriendo de hambre. Tratamos de compensar esas pérdidas con las muestras de libros en el extranjero.

En resumen, no comulgo con la idea de que es el fin de los libros en papel, a pesar del profundo deterioro de nuestra realidad.

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