Tártaros de Crimea: Uno de los grupos políticos más perseguidos en Rusia

Captura de pantalla del vídeo de Krym en YouTube. Realii media.

Casi no pasa una semana sin sin noticias sobre casos penales por motivos políticos contra los tártaros de Crimea, nación cuya patria está en la península de Crimea, territorio ucraniano actualmente ocupado por Rusia.

En los últimos siglos, la historia de los tártaros de Crimea ha estado marcada por la opresión y el sufrimiento.

Durante un periodo significativo desde su aparición, los tártaros de Crimea formaron la mayoría de la población de Crimea y fueron el grupo étnico más numeroso hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, entre 1783 y 1900 sufrieron persecución y reasentamientos forzosos por parte del Imperio ruso. Aunque esto no supuso la erradicación total de la cultura tártara de Crimea, en la era soviética fueron expulsados casi totalmente de la península, y comenzó una deportación masiva en 1944 que los reubicó en Asia Central.

Tártaros de Crimea, uso Creative Commons (Wikipedia).

En las décadas siguientes, a algunos se les permitió regresar, y en 1989 el Soviet Supremo de la Unión Soviética condenó su expulsión de Crimea por ilegal e inhumana. Hasta 1989 no se estableció como política el pleno derecho al retorno, y desde 2014 los tártaros de Crimea han sido reconocidos oficialmente como pueblo indígena de Ucrania. La actual administración ocupacional rusa cuestiona su condición como pueblo indígena, se refiere a ellos como «minoría nacional», y niega su reivindicación como pueblo titular de Crimea.

La organización de derechos humanos Memorial, declarada agente extranjero y posteriormente clausurada por un tribunal ruso en abril de 2022, considera presos políticos a los tártaros de Crimea, perseguidos tras la anexión de Crimea en 2014. En 2021, se destacó que la organización islámica Hizb ut-Tahrir, declarada «extremista» en Rusia, no tiene ningún hecho terrorista o violento en su historial. Es más, Ucrania reconoce a la organización como legal. Sin embargo, la mayoría de los tártaros de Crimea actualmente procesado son acusados por las autoridades rusas de pertenecer a Hizb ut-Tahrir.

No hay pruebas que indiquen que Hizb ut-Tahrir haya participado en actividades de grupos yihadistas, afirma Memorial. Cabe señalar que, aparte de Rusia, Uzbekistán es el único otro país que ha prohibido Hizb ut-Tahrir como organización terrorista, pero esta decisión se tomó en 2016, es decir, después de la decisión del Tribunal Supremo ruso en 2003.

Aunque las disposiciones del programa de Hizb ut-Tahrir y el contenido de sus sitios web son incompatibles con los principios de la democracia y los derechos humanos definidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, las actividades de Hizb ut-Tahrir son legales en los países democráticos de Europa Occidental, a excepción de Alemania, que ha prohibido la organización por su difusión de publicaciones antisemitas.

Por eso, Memorial afirma que la decisión del Tribunal Supremo de calificar a Hizb ut-Tahrir como organización terrorista no está justificada.

Asimismo, Memorial ha manifestado que la persecución de personas acusadas de participar en Hizb ut-Tahrir en Crimea es injusta y tiene motivos políticos. Los motivos de esta persecución, según la organización, están estrechamente relacionados con la nacionalidad, las creencias religiosas y el actual conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Destacaron que esta campaña opresiva forma parte de un esfuerzo más amplio de las autoridades por reprimir a la comunidad tártara de Crimea, a la que consideran opositora política, y a los musulmanes que no se ajustan a la narrativa preferida del Gobierno ruso.

El islam, mientras tanto, es la segunda religión más importante en Rusia, con un 10 % de seguidores.

El mayor grupo tártaro son los tártaros del Volga, que residen principalmente en la región del Volga-Ural de Tatarstán y Bashkortostán, en Rusia. Según estimaciones de 2010, vivían en el país unos 5,3 millones de personas de etnia tártara.

Los tártaros de Crimea son un grupo independiente originario de la península de Crimea, que en un momento dado fue un estado vasallo del Imperio otomano, derrotado luego por el Imperio Ruso en el siglo XVIII. Durante siete años, Crimea fue independiente pero se anexionó y siguió formando parte del Imperio ruso hasta la creación de la Unión Soviética. Después de que los bolcheviques obtuvieron el control de Crimea, la región se estableció como una república soviética autónoma dentro de Rusia.

En 1954, cuando se cumplieron 300 años del Tratado de Pereyaslav, la Unión Soviética concedió Crimea a Ucrania.

Según informó el diario Kyiv Independent, el defensor del pueblo ucraniano, Dmytro Lubinets, afirmó que actualmente hay 180 presos políticos ucranianos, entre ellos 116 tártaros de Crimea, detenidos ilegalmente en la Crimea ocupada por Rusia.

Según informó Radio Liberty el 11 de enero de 2023, un tribunal ruso condenó a cinco tártaros de Crimea (Alim Karimov, Seyran Murtaza, Erfan Osmanov, Dzhemil Gafarov y Servet Gaziev) a 13 años de prisión por supuesta implicación en actividades terroristas en el denominado caso de los musulmanes de Crimea.

Tal y como describe el proyecto de derechos humanos OVD-Info, los tártaros de Crimea están sometidos a presión constante por parte de las autoridades rusas hasta el día de hoy. Por ejemplo, al menos 34 activistas que han acudido a apoyar a los seis activistas encarcelados durante las vistas judiciales de enero de 2023 fueron detenidos.

Según informó Current Time TV en enero de 2023, el abogado Nilolay Polozov afirmó que las fuerzas de seguridad rusas detuvieron y registraron los domicilios de seis activistas tártaros de Crimea el 24 de enero de 2023 a quienes se les negó un abogado. Polozov creía entonces que el FSB (Servicio Federal de Seguridad, sucesor de KGB) podría estar preparando otro gran caso contra los tártaros de Crimea.

En febrero de 2023 aparecen asimismo noticias sobre dos activistas que murieron en centros de detención rusos en febrero de 2023. Uno de ellos, Dzhemil Gafarov, detenido en 2019 en la Crimea anexionada, fue uno de los condenados en enero de 2023. Según los medios, tenía 60 años y fue condenado a 13 años de prisión.

La periodista y activista crimea Lutfiye Zudiyeva tuiteó:

Dzhemil Gafarov, tártaro de Crimea, falleció hoy. En enero, Gafarov informó que sentía un dolor urgente en el corazón. Sin embargo, la respuesta del centro SIZO-5 de Rostov del Don, donde Gafarov estaba recluido en ese momento, ha llegado a manos de su abogado recién hoy, el mismo día en que Gafarov murió. Unos días antes de su muerte, Gafarov había sido trasladado al centro de detención preventiva de Novocherkassk. Otro activista, Kostiantyn Shyrinh, de 61 años, fue condenado a 12 años por el cargo de «espionaje» y murió en una colonia penal de Rusia a principios de febrero, informó el diario Kyiv Independent.

Recientemente, Meduza, medio independiente ruso con sede en Letonia, publicó un detallado artículo sobre los nueve años de persecución de los tártaros de Crimea por parte de las autoridades rusas. El artículo arrojaba luz sobre el hecho de que, además de enfrentarse a cargos penales, el grupo fue objeto de un reclutamiento militar desproporcionado durante la invasión rusa de Ucrania. Según estimaciones de activistas de derechos humanos, alrededor del 90 % de los avisos de reclutamiento en Crimea se enviaron a tártaros de Crimea. Se desconoce cuántos sirvieron realmente en el frente.

Meduza entrevistó a Tamil Tasheva, representante del presidente ucraniano en Crimea (desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania trabaja desde Kiev). Tasheva declaró:

The mobilization of Crimean Tatars by Russian authorities is another act of injustice against the indigenous Crimean Tatar population. Many Tatar activists have already faced persecution for their pro-Ukrainian stance, and now they are being forced to fight against their own country… This situation highlights the ongoing discrimination and marginalization faced by the Crimean Tatar community under Russian occupation.

La movilización de los tártaros de Crimea por parte de las autoridades rusas es otro acto de injusticia contra la población nativa de tártaros de Crimea. Muchos activistas tártaros ya han sufrido persecución por su postura proucraniana, y ahora se ven obligados a luchar contra su propio país. Esta situación pone de manifiesto la discriminación y marginación constantes que sufre la comunidad tártara de Crimea bajo la ocupación rusa.

Existe un proyecto de iniciativa cívica llamado Solidaridad con Crimea, que actúa como fuente mediática sobre la persecución de los tártaros de Crimea, los apoya en los tribunales y ayuda a las familias de los acusados. También mantiene una lista de presos políticos y una página sobre sus hijos, que incluye formas para apoyarlos.

La activista de derechos humanos Afize Karimova afirmó en  su entrevista a Meduza que sólo tras la liberación de Crimea podrán comenzar los verdaderos cambios. Según Karimova, es cierto tanto para los tártaros de Crimea como para los demás que viven en Crimea «que son ciudadanos de Ucrania y sufren regularmente la presión de las autoridades rusas».

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.