Ahmad Massoud, líder del Frente Nacional de Resistencia, habla en la Segunda Conferencia de Viena sobre Afganistán. Captura de pantalla del canal de YouTube de S-A-M Bros.

La Segunda Conferencia de Viena sobre Afganistán se llevó a cabo entre el 24 y el 26 de abril con la participación de casi 30 personalidades políticas, activistas de derecho y mandos militares contrarios a los talibanes. Al término de la conferencia, los participantes emitieron una declaración de apoyo a toda forma de resistencia contra los talibanes y pidieron a la comunidad internacional que reconociera y apoyara todas las formas de resistencia. Otro resultado importante fue el anuncio de planes para crear una organización nacional única contra los talibanes.

Los participantes en la conferencia también destacaron la exclusión sistemática de las mujeres de la esfera pública como apartheid de género y condenaron el silencio de Naciones Unidas en torno a la situación actual de las mujeres y las niñas en Afganistán. Michael McCaul, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, elogió en la conferencia «los esfuerzos de las fuerzas antitalibanes por unirse contra la opresión de los talibanes, especialmente la opresión de las mujeres y niñas afganas y de los aliados afganos de Estados Unidos».

Ahora que la comunidad internacional comienza a debatir cómo relacionarse con los talibanes, la importancia de la conferencia de Viena seguirá creciendo. Según Ali Maisam Nazary, responsable de Relaciones Exteriores del Frente Nacional de Resistencia de Afganistán, el principal grupo militar de resistencia a los talibanes, el propósito de la conferencia era fomentar la confianza y la unidad entre los actores políticos, civiles y militares opuestos a los talibanes. La conferencia continúa siendo la única plataforma para que la oposición debata la crisis actual de Afganistán, hable con una sola voz y recuerde al mundo la alternativa al gobierno talibán en ese país.

La resistencia antitalibán se unifica

Esta reunión fue continuación de la Primera Conferencia de Viena llevada a cabo en septiembre de 2022. Se organizó un año después del colapso del Gobierno afgano el 15 de agosto de 2021, que culminó con la huida del país de Mohammad Ashraf Ghani Ahmadzai, presidente de Afganistán en aquel entonces. La primera conferencia reunió personalidades políticas afganas, activistas por los derechos de la mujer, exparlamentarios, periodistas y académicos. Esto concluyó con la publicación de una declaración que destacó los problemas políticos, económicos, sociales y humanitarios planteados por el régimen talibán en el país.

El Talibán tomó la capital de Afganistán, Kabul, en agosto el 15 de 2021, tras 20 años de lucha contra el Gobierno respaldado por Estados Unidos. El colapso del Gobierno afgano se produjo tras el Acuerdo de Doha, firmado entre Estados Unidos y el Talibán el 29 de febrero de 2020, sin la participación del Gobierno afgano. Esto conllevó el retiro de las fuerzas de la OTAN del país, y expuso a las Fuerzas Nacionales de Seguridad Afganas a los ataques de los talibanes.

Afganistán ha pasado por cambios drásticos negativos en los últimos 21 meses, desde la llegada de los talibanes al poder. El retroceso se ha producido en todas las esferas de la vida, incluida la violación sistemática de los derechos humanos y de las mujeres, los asesinatos selectivos y la tortura de antiguos militares, el desplazamiento forzado de la población de sus hogares y la discriminación étnica. Todo el poder político se concentra en manos de la tribu pastún, a la que pertenecen los talibanes. Un ejemplo evidente de la opresión causada por los talibanes ha sido la prohibición de que mujeres y niñas asistan a la escuela y trabajen.

Este video de YouTube muestra la situación de mujeres y niñas bajo el régimen talibán.

No hay que fiarse de los talibanes

Mientras que se llevaba a cabo la conferencia, el 25 de abril, funcionarios estadounidenses anunciaron que la mente maestra del atentado contra el aeropuerto de Kabul, presunto miembro de alto rango del grupo ISIS, había muerto a manos de los talibanes. El ataque al aeropuerto ocurrió el 26 de agosto de 2021, durante la caótica operación de evacuación de Afganistán, que costó la vida de 170 civiles afganos y 13 soldados estadounidenses.

La declaración de la conferencia advirtió que la amenaza relacionada con la propagación del terrorismo en la región es cada vez mayor y calificó de meras ilusiones las declaraciones de los talibanes sobre la lucha contra los grupos terroristas que operan en Afganistán.

Este es un tuit de Ali Maisam Nazary, jefe de relaciones exteriores del Frente Nacional de Resistencia de Afganistán, con la Declaración de la Segunda Conferencia de Viena en farsi e inglés.

اعلامیه نشست دوم ویانا

Declaration of the Second Vienna Conference pic.twitter.com/tNfQ5YuKel

— Ali Maisam Nazary (@alinazary) April 26, 2023

Declaración de la Segunda Conferencia de Viena.

Uno de los participantes más destacados de la conferencia fue Ahmad Massoud, líder del Frente Nacional de Resistencia e hijo del difunto Ahmad Shah Massoud, conocido como héroe nacional de Afganistán y líder de la Alianza del Norte, que también luchó contra los talibanes. Ahmad Massoud calificó de cuestionable y de campaña propagandística de los talibanes el anuncio de la muerte de un alto miembro del grupo ISIS. Dijo a los periodistas:

This is a tactic to change the world's opinion. This is a tactic basically aimed at influencing the Doha meeting, which I hope will not happen because, unfortunately, the behavior, tactics, and mentality of ISIS and the Taliban are similar. These two groups are two sides of the same coin.

Esta es una táctica para cambiar la opinión del mundo. Básicamente, es una táctica destinada a influir en la reunión de Doha, cosa que espero que no ocurra porque, desafortunadamente, tanto el comportamiento, las tácticas y la mentalidad de ISIS y el Talibán son similares. Estos dos grupos son dos caras de la misma moneda.

En menos de una semana, los días 1 y 2 de mayo, Naciones Unidas llevó a cabo una cumbre a puerta cerrada en Doha, capital de Catar, en la que participaron delegados de 25 países. La declaración de Naciones Unidas reveló que el objetivo de la cumbre era «lograr un entendimiento común dentro de la comunidad internacional sobre cómo relacionarse con los talibanes» en cuestiones como «derechos humanos, en particular los derechos de mujeres y niñas, la gobernabilidad integradora, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico». No se reveló ningún resultado, pero se anunció que habrá una segunda reunión.

La falta de resultados significativos fue una gran victoria para los grupos de resistencia antitalibanes, que temían que la cumbre llevara al reconocimiento del Talibán por parte de la comunidad internacional. Lo que desencadenó estas especulaciones fue la sugerencia de Amina Mohammad, vicesecretaria general de Naciones Unidas, de que la cumbre de Doha «podría encontrar esos pequeños pasos que nos devuelvan al camino del reconocimiento [de los talibanes]».

Activistas de derechos humanos y de las mujeres afganas en Pakistán, Estados Unidos y varios países europeos protestaron contra la celebración de la cumbre de Naciones Unidas en Doha. Las manifestantes en Kabul coreaban «Lucharemos, moriremos para recuperar nuestros derechos básicos». Estos grupos de mujeres y otros grupos antitalibanes que operan en Afganistán y más allá de sus fronteras enfrentan una ardua batalla en su lucha por recuperar sus derechos, su modo de vida y su país.