Este texto se Anna Ortega se publicó originalmente en el sitio web de Nonada Journalism el 1 de julio de 2023. Global Voices lo reproduce con ediciones en virtud de un acuerdo de colaboración con Nonada. Todas las imágenes se usan con permiso o licencia para su uso.
El mapa de Brasil es un dibujo hecho por las manos de los colonizadores. Las fronteras que lo dividen del resto de Sudamérica y la propia separación entre los estados son líneas que señalan procesos históricos de invasión de este territorio.
Los artistas brasileños han ido añadiendo nuevas imágenes a esta cartografía con obras que provocan materialmente preguntas sobre la formación de Brasil. Es el caso de la obra de Marina Camargo, de Alagoas, basada en un mapa hecho de látex, y de la obra de Jefferson Medeiros, artista de Río de Janeiro, que talló el territorio brasileño en madera.
El artista de Pará, Maurício Igor, inserta su cuerpo en el mapa en una pintura hecha sobre madera contrachapada de 1,5 metros..
Con la pretensión de presentar el mundo «como realmente es», los primeros atlas, de finales del siglo XVI, ya contribuyeron a la apropiación de territorios indígenas y a la dominación de los pueblos. En los siglos siguientes, el capitalismo siguió usando los mapas para establecer el orden, consolidar bloques económicos y justificar la explotación de los recursos naturales, por ejemplo.
Con el tiempo, la noción de cartografía como registro de la realidad se comenzó cuestionar, y teóricos y artistas empezaron a proponer una contracartografía o cartografía crítica, cuestionaba precisamente el uso histórico de los mapas para legitimar el colonialismo y el nacionalismo.
Es el caso de «América invertida» del artista hispano-uruguayo Joaquín Torres García, que se ha convertido en uno de los mayores símbolos de la identidad latinoamericana. En su manifiesto «La escuela del sur«, explica: «Damos la vuelta al mapa para hacernos una idea exacta de nuestra posición, sin importarnos lo que piense el resto del mundo».
En el contexto del arte indígena cosmopolítico, tal como lo define Denilson Baniwa, el artista presenta «No hay cartografía en el mundo de los pajés» (2020). La obra propone una creación basada en un mapa de ríos amazónicos del siglo XVII, sobre el que dibuja grafismos, y propone simbolismos contracoloniales por encima del instrumento hegemónico.
La investigadora Ana Paula do Val aborda el concepto de cartografía afectiva y cartografía de la memoria como puntos de diálogo. Vree que los mapas afectivos dialogan con estos otros lenguajes como un proceso de mediación sociocultural. Se trata de procesos creativos que activan percepciones artísticas y culturales, y promueven la subjetivación, evocan contextos, narrativas e identidades que se manifiestan en el plano cartográfico.
La artista y activista Lyz Parayzo hace referencia en su obra a la serie Bichos de Lygia Clark. Parayzo esculpe esculturas afiladas y metálicas que dejan siempre entrever el peligro de un acercamiento. Aunque estática, la sensación es que en algún momento los dientes del engranaje girarán, y el mapa de Brasil se desmontará.
Estos artistas nos hacen cuestionarnos qué constituye un territorio, de qué está hecho este país, qué refleja un mapa. Ver abajo.
Diáspora (2022), de André Vargas
El artista André Vargas trabaja con el poder de la palabra (Ofó, en yoruba), y usa refranes populares y encantados como herramienta de trabajo. Con elementos culturales, lingüísticos, religiosos, históricos y estéticos, André articula ancestros y evoca fundamentos, principalmente a partir de matrices africanas. En prácticas artísticas que a menudo rememoran ritos, se interesa por el encuentro entre la memoria personal y la colectiva.
En su obra «Diáspora», esculpida a partir de una chancleta Havaianas, producto muy popular en Brasil, se vinculan los continentes africano y americano. El material elegido esta vez también es central, importa e informa un deseo de hablar de una historia presente que camina sobre nuestros pies.
Sem título (2022), de Maurício Igor
Maurício Igor investiga cuestiones de identidad sobre temas como el género, la sexualidad, el mestizaje, la descolonialización y la vida cotidiana en la región amazónica. También se ha centrado en el desplazamiento, que se refleja en su historia personal y se despliega en fotografías, videos, actuaciones, textos e instalaciones. Actualmente cursa una maestría en Procesos Artísticos Contemporáneos en la Universidad Estatal de Santa Catarina, donde investiga poéticas relacionadas con el cuerpo afroamazónico en desplazamiento.
Una de sus obras muestra un autorretrato del artista, sentado en el suelo con el codo apoyado en un abanico, bajo un mapa de Brasil. Mantiene la mirada lejos, fuera del cuadro, como quien ve más allá de lo que circunscriben las líneas brasileñas. Su mirada parece buscar el territorio más allá, más allá del mar..
Invasión (2017), de Jaime Lauriano
La poética de Jaime Lauriano es conocida por cuestionar la historia oficial. Es uno de los artistas más conocidos por hacer otros mapas de Brasil, cuestiona su formación y el propio mito de la democracia racial. Lauriano hace explícitas las diferentes capas de violencia que conllevan estas narrativas, y parece sintetizar una serie de cuestiones que van de la mano de la colonización y siguen siendo actuales, como la deforestación y la invasión de tierras indígenas. Su obra también refleja la investigación sobre la actualización de la violencia por parte de las instituciones de poder y control, como la Policía, las prisiones, las embajadas y las fronteras.
América-Látex (2020), de Marina Camargo
Los mapas son frecuentes en la obra de Marina Camargo, que también se interesa por los mecanismos de poder que reflejan estos objetos. Al construirlos con látex, un material flexible y elástico, y asociado a la explotación de Brasil, revelan una cartografía frágil, que, como dice la artista en la declaración de la obra, «las formas de la geografía latinoamericana aparecen como una piel arrancada de la superficie, como si fuera un mapa sin base». El caucho se extraía originalmente de la Amazonia, y su explotación estuvo en el origen de la colonización de Brasil. Otro material que usa el artista es el metal. En la serie «Continentes doblados», transforma figuras cartográficas en formas elásticas, deforma sus dimensiones para reflexionar sobre la geopolítica.
“Baaraz Ka’Aupan (2022), de Gustavo Caboco
Baaraz Ka'aupan significa «campo en llamas» en wapichano. Para el artista Gustavo Caboco hay un fuego que va más allá de la frontera académica, incendia la investigación extractivista y que, con el apoyo de los artefactos coloniales, ha contribuido a borrar el pensamiento indígena en Brasil. Este mapa rojo, en llamas, constituye una advertencia y también un llamado a mirar el territorio desde perspectivas indígenas. En su obra, Gustavo usa el dibujo-documento, la pintura, el texto y la animación para abrir caminos hacia la tierra. Reflexiona sobre el desplazamiento de cuerpos indígenas y sobre la producción y recuperación de la memoria.
«Paleta» (2021), de Jefferson Medeiros
Jefferson Medeiros es licenciado en Historia y especialista en culturas africanas y afrobrasileñas. Su producción propone debates sobre la colonialidad, la explotación laboral y la violencia en la vida cotidiana urbana periférica, además cuestiona las raíces y consecuencias de estas cuestiones. Usa diversos materiales, desde hormigón hasta casquillos de munición, y se interesa por un conocimiento científico periférico para comprender la realidad que experimenta. En una de sus obras, el dibujo de Sudamérica aparece en forma de paleta.
Imaginario cartográfico de una ciudad brasileña (2017-2020), de Íris Helena
Iris es una artista multidisciplinaria que investiga el paisaje urbano en diálogo con dimensiones críticas, filosóficas, estéticas y poéticas. Su poética resplandece especialmente en la elección de las superficies y los soportes elegidos para materializar los paisajes, entre los que se incluyen objetos cotidianos como billetes de banco. En Imaginario cartográfico de una ciudad brasileña, la artista creó un mapa poético basado en el estudio cartográfico de la formación de ciudades como João Pessoa (Paraíba), Recife (Pernambuco), Natal (Río Grande del Norte), Río de Janeiro (Río de Janeiro ). El trazado urbano sugerido en los mapas revela huellas coloniales, discrepancias políticas y narrativas de poder y dominación.
Bandera #2 (2021), de Lyz Parayzo
Lyz Parayzo es una artista que trabaja con audiovisuales, joyería, escultura y actuación. Su principal medio de trabajo es su cuerpo, y su actuación diaria es su plataforma de investigación. Actualmente desarrolla objetos para autodefensa, como Bandeira #2, que van desde joyas de plata a armaduras, escudos y armas de aluminio.