Las Islas Malvinas, una herida abierta en Argentina

Infantes de Marina argentinos durante la Operación Rosario, 1982. Foto: Wikimedia commons, Dominio público

El 2 de abril de 1982, cuando Argentina se encontraba sumergida en una dictadura militar, e Inglaterra en un gobierno en crisis, el ejército de Argentina mandó sus tropas a las Islas Malvinas con el objetivo de recuperar la soberanía que ha sido objeto de disputa desde 1833 por las fuerzas armadas de Gran Bretaña.

El crucero argentino ARA General Belgrano hundiéndose tras ser atacado por un submarino británico. Foto: Wikimedia commons, Dominio público

El ataque sorprendió a los británicos, pero luego de casi tres meses, y a pesar de un discurso militar triunfalista, los comandantes argentinos firmaron la capitulación frente a la oposición militar británica, que contaba con recursos de Estados Unidos y Francia, dos de sus aliados de la OTAN. En las islas se contabilizaron 649 bajas argentinas, de las cuales 323 fueron por el hundimiento del crucero Belgrano que estaba fuera de la zona de guerra. Inglaterra, por su parte, reconoció 255, cifra que ascendió a 1032 con el personal herido. El estado argentino no tiene cifras oficiales en cuanto a la cantidad de suicidios pero entre los veteranos se mencionan cifras que oscilan entre los 454 casos.

Malvinas sigue teniendo aún hoy un gran interés geopolítico que se fue incrementando después del conflicto de 1982. En el contexto de Guerra Fría, Gran Bretaña construyó una base militar estratégica en la isla Soledad, financiada parcialmente por la explotación ilegal de recursos y pesca, generando interés internacional en una posible vía alternativa al Canal de Panamá. La región también alberga abundantes recursos marinos, metales y petróleos. 

En agosto de 2023, el Ministerio de Defensa argentino paralizó un proyecto de una empresa angloamericana para construir un radar espacial en la provincia argentina de Tierra del Fuego, alegando que atentaba contra la seguridad nacional. Una encuesta británica de junio de 2023 muestra que al 46 por ciento de los británicos «no les molestaría» que las Islas Malvinas dejaran de ser británicas, mientras que al 35 por ciento sí.

Hoy, a 40 años de la restauración de la democracia en Argentina, el reclamo argentino de las islas sigue vigente. 

En Argentina se cuestiona la ocupación británica, como también la insensatez de los jefes militares argentinos que arrastraron al país a una guerra contra una potencia militar europea, como nos lo cuenta el ex combatiente de Malvinas y músico Pablo Garriga. Explica qué sintió cuando le dijeron que iba a la guerra en Malvinas:

Foto de Pablo Garriga a los 19 años, usada con su permiso.

Tuve muchas sensaciones encontradas, por supuesto que miedo a una experiencia que jamás pensé que tendría que enfrentar. Si bien estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio y jurado lealtad a la bandera hasta perder la vida, nunca creí que esto realmente sucediera. Ir a una guerra contra Inglaterra (y la OTAN) era impensado y absurdo, por muchos motivos, principalmente que la mayoría de los conscriptos no teníamos la menor idea ni preparación para eso. [Ed.: Aunque no hay pruebas de la implicación de la OTAN en la guerra como organización, es un argumento defendido por gobiernos de Argentina y de los medios de comunicación en la región].

Añade:

Las hipótesis de guerra siempre había sido contra Chile. Tampoco veía en ese momento que los militares asignados a esa nueva y titánica misión tuviesen la idoneidad suficiente para hacerlo, los veía más preocupados por imponerse o sostenerse políticamente (sobre todo el ejército, fuerza a la que pertenecía, involucrada en la lucha anticomunista en los años 70), que en la búsqueda de una genuina y sorpresiva soberanía nacional en Malvinas. Sin embargo, estratégicamente para sus intereses, esas islas aunaban los sentimientos más profundos de emoción e idiosincrasia patriótica nacional. A pesar de eso también experimenté una sensación de curiosidad, aventura, protagonismo noble y patriótico, propios de mis ingenuos 19 años ; y así … vamos a la guerra!

El reciente discurso del canciller británico James Cleverly, de visita en Santiago de Chile el 23 de mayo 2023, reabrió esta vieja herida para los argentinos al defender la autodeterminación de los isleños de continuar siendo territorio de ultramar del Reino Unido, como lo fue afirmado en un referéndum en 2013.

La intervención de Cleverly provocó la respuesta del canciller argentino, apelando a la Resolución 31/49 de Naciones Unidas  que insta a ambas partes a abstenerse de adoptar decisiones que introduzcan modificaciones unilaterales en la situación. En junio de 2022, el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas calificó este caso de «situación colonial especial y particular» que requiere una solución negociada. Para el gobierno argentino, el principio de autodeterminación de los pueblos no es por lo tanto aplicable «porque la composición de la población de las Islas es el resultado de la colonización del Reino Unido.»

El gobierno distribuyó un nuevo mapa de Argentina en 2020 que incluye las Islas Malvinas:

Cada 2 de abril en Argentina se conmemora el pasado para mostrar la otra cara de la historia, la de los vencidos. Para los argentinos, fue una guerra desigual.

Garriga nos cuenta con detalles la difícil superviviencia las tropas argentinas, que contaron con pocos equipos:

Ya en Monte Longdon, después de unos días de adaptación al clima y cavando las primeras trincheras, comencé a padecer el deficiente equipo con el que contábamos, totalmente insuficiente, e incompatible con el lugar: carpas de lona sin piso, para un suelo de turba y piedra empapado, ropa de algodón, zapatillas de lona, cocinas de campaña a leña, en una estepa helada, sin arboles, donde se utiliza ladrillos de turba seca como combustible,y calefacción.

Añade que después de los primeros bombardeos, los víveres ya no llegaban al frente. La falta de calorías más el frío provocaron un gran deterioro físico y anímico.

Los soldados comían de los tachos de basura de los isleños, y en muchos casos, teníamos que cruzar un campo minado para ir a «robar» nuestros propios depósitos, o cazar ovejas, para sobrevivir con la amenaza de ser estaqueado como castigo, para no morir de hipotermia. El caso Vojkovic y su grupo es un claro ejemplo.

Marina británica FAA Sea Harrier FRS1. Foto: Wikimedia Commons, Dominio público

Finaliza:

Un enfrentamiento en esas condiciones de absoluta desigualdad y desproporción frente a las fuerzas de la OTAN, equipadas con material de alta gama, bolsas de dormir térmicas que les permitía avanzar de noche, con miras infrarrojas para conocer nuestras posiciones al minuto y fotos satelitales. Todo esto, frente a la escasa logística nuestra, hizo que nuestros actos, principalmente el caso de los soldados, fueran de los más heroicos, honorables, patrióticos. Nuestras fuerzas dieron lo mejor de sí, en muchos casos hasta perder la vida en pos y defensa de la soberanía argentina, a pesar de estar abandonados, hambrientos, casi congelados, y en algunos casos,  sabiendo con los bueyes que arábamos.

Hoy la reivindicación por parte de Argentina sigue estando presente en la sociedad, no hay celebración que no incluya el reclamo sobre las islas. 

Sigue vigente también para la salud mental de los ex combatientes, que al regresar del campo de batalla tuvieron que firmar un documento de confidencialidad. Garriga explica:

Foto reciente de Pablo Garriga junto a su guitarra. Foto usada con su permiso.

A todos nos costó años poder hablar algo siquiera de esa experiencia, fuimos islas dentro de un contexto social continental que no vivenció la guerra. (…) Aquí, la reinserción a la sociedad, en muchos casos, fue más difícil que la guerra misma, el estrés postraumático generó más muertes que en el campo de batalla, muertes de las cuales aún no hay estadísticas.

Añade:

[Este conflicto] fue definitivamente el fin de mi inocencia, razón, entendimiento, para toda la vida. Después de eso y hasta hoy con 61 años, sigo sin certezas, en el sin sentido, y el despropósito de la estupidez humana, que me enseñó esa guerra; sólo con sospechas, sobre quién maneja los hilos de nuestro destino.

El 21 de junio de 2023, el Comité Especial de Descolonización pidió a Argentina y Gran Bretaña que «consolidaran el actual proceso de diálogo y cooperación mediante la reanudación de las negociaciones» sobre la disputa de soberanía. China y muchos países latinoamericanos apoyaron la reclamación argentina.

Nota del editor: Este artículo fue revisado el 19 de octubre de 2023 para corregir imprecisiones fácticas y mejorar su claridad. Una versión anterior afirmaba erróneamente que la OTAN participó en la guerra de las Malvinas. En realidad, los países de la OTAN, incluidos Estados Unidos y naciones europeas, apoyaron a Gran Bretaña. La versión actualizada también incluye una nueva encuesta sobre la percepción británica de las islas y ofrece un contexto adicional sobre las resoluciones de la ONU relacionadas con el asunto.

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