Cómo una crisis de seguridad pública llevó a un estado brasileño a una escalada de violencia

Jornada de Movimientos Negros Contra a Violencia Policial. Fue en defensa de la investigación rigurosa y castigo a los asesinos de Mãe Bernadete Pacifico, en São Paulo | Foto: Paulo Pinto/Agência Brasil

En el tiempo que te tome leer este texto, aproximadamente seis minutos, puede ocurrir un asesinato en el estado de Bahía.

La cuenta se hizo sobre la base del anuario más reciente del Foro Brasileño de Seguridad Pública, publicado en el primer semestre. El documento analiza estadísticas de 2022 que ponen a Bahía en el primer lugar de muertes violentas em todo el territorios nacional.

En 2022, fueron 6659 las muertes violentas intencionales. Ese número suma homicidios dolosos (5641); lesiones corporales seguidas de muerte (51) y robos (907). Un aumento de 5,9% con relación al año anterior. El estado encabeza el índice de muertes violentas por quinto ano consecutivo: es el cuarto más poblado del país.

Según el Monitor da Violencia, confeccionado por el portal de noticias G1, hubo una leve reducción de muertes en Brasil y Bahía en el primer semestre de 2023. El informe se hizo en asociación con el Núcleo de Estudios de Violencia de la Universidad de São Paulo (USP) y el propio Foro Brasileño de Seguridad Pública.

Entre los delitos recientes de mayor repercusión están el asesinato de la líder quilombola Mãe Bernadete Pacífico, en la región metropolitana de Salvador, y la matanza de diez personas, incluidos niños, en la ciudad de Mata de São João.

Bernadete Pacífico estaba el programa d4el Gobierno federal de Protección de Defensores de Derechos Humanos y recibió amenazas, que denunció al Supremo Tribunal Federal (STF). Su muerte desencadenó manifestaciones de movimientos sociales de la comunidad negra en varias partes de Brasil.

El 4 de septiembre, apresaron a tres hombres por el asesinato, pero el Gobierno de Bahía afirmó que aún no hay cómo determinar la motivación del crimen, y por tanto, las investigaciones continúan.

En septiembre, hubo otro asesinato que tuvo repercusión en el estado. El policía federal Lucas Caribé fue asesinado en la capital bahiana, durante una operación para cumplir órdenes de detención. Caribé fue agente de seguridad del presidente Lula da Silva durante la campaña electoral de 2022.

El 2 de septiembre, detuvieron a un sospechoso de participar en el crimen. También se sospeche que es uno de los responsables del tráfico de drogas de Bahía a Europa y África, y estaba en Salvador el día del asesinato.

Qué ocurre con Bahía

En septiembre, como señala un artículo publicado en la revista piauí, 56 personas murieron por acción de las fuerzas de seguridad en el estado, y tres policias murieron en enfrentamientos.

En medio de la creciente onda de violencia, solamente en julio, el estado registró una aumento de 15% de muerte por acción policial y muertes por balas perdidas, en comparación con el mismo período de 2022, según datos del Instituto Fogo Cruzado.

El índice de muerte por acción policial  considera la cantidad de personas que mueren por acción de agentes de seguridad pública en el desempeño de sus funciones. El instituto ubicó 178 tiroteos con 151 muertes y 36 heridos, en Salvador y la Región Metropolitana. Fue el peor indicador mensual hasta entonces, de la serie histórica del estado, que empezó en 2021.

Junto a los números, hay un cambio de escenario desde 2018. Por lo menos 16 facciones disputan el tráfico de drogas, según una fuente de la Policía Civil bahiana que pidió a Global Voices mantener el anonimato por motivos de seguridad.

Grupos criminales con presencia en otros estados operan también en Bahía, como el Comando Vermelho de Rio de Janeiro, o el Tercer Comando Puro, facción disidente del Primer Comando da Capital (PCC) de São Paulo, y se asociaron con  facciones locales, como el Bonde do Maluco.

El podcast Ao Ponto, del diario O Globo, señala que la posición geográfica del estado lo vuelve estratégico para el tráfico, lo que lleva a disputas por el territorio:

A localização do estado permite que drogas cheguem tanto pela região Norte quanto pelas regiões Sul e Centro-Oeste. De lá, as substâncias entorpecentes são muitas vezes enviadas para Europa partindo dos três maiores portos baianos.

La ubicación del estado permite que la droga llegue desde el norte, el sur y el centro-oeste. Desde allí, los estupefacientes suelen enviarse a Europa desde los tres mayores puertos de Bahía.

Durante operaciones policiales y en disputas entre traficantes, hay relatos de una rutina que impone terror a la población, con calles cerradas, toques de queda para los ciudadanos, ómnibus que se queiman, puestos de salud y escuelas que dejan de funcionar.

Global Voices tuvo a un mensaje supuestamente enviado por delincuentes en un grupo de WhatsApp de vecinos del barro do Calabar, en Salvador, a inicios de septiembre, que decía:

Aqui sou eu mesmo que estou falando, Jorginho. Vim deixar vcs avisados que não quero guerra com morador nem com a comunidade. Minha guerra é com os traficantes do BDM (Bonde do Maluco) . Vão haver várias trocas de tiros. Espero não atingir nenhum morador. Todos os moradores em suas casas a partir das 20 horas (…). Vamos estabelecer a paz. Facção CV (Comando Vermelho) agradece».

Aquí el que habla soy yo, Jorginho. He venido a decirte que no quiero una guerra con los vecinos ni con la comunidad. Mi guerra es con los traficantes de drogas BDM (Bonde do Maluco). Habrá varios intercambios de disparos. Espero no golpear a ningún vecino. Todos los habitantes estarán en sus casas a partir de las 20h (…). Vamos a establecer la paz. La facción CV (Comando Vermelho) le da las gracias.

El gobernador Jerônimo Rodrigues, del Partido de los Trabajadores (PT), del presidente Lula da Silva, se refirió al aumento de violencia en un vídeo publicado en Facebook a principios de agosto. Defendió «el respeto a la vida, que frenen las exageraciones que puedan existir, tanto por parte de grupos criminales como de profesionales de la seguridad pública (sic)».

Transparencia

Global Voices intentó acceder a los enlaces de los informes parciales sobre las muertes violentas en Bahía en los meses de 2023. Sin embargo, desde el inicio de la investigación en agosto, los documentos aparecieron como inactivos en la página de la Secretaría de Seguridad Pública.

El reportaje llamó al eecretário de Comunicación e intentó comunicarse por teléfonos y a través do WhatsApp. Por mensajes de texto, el 13 de septiembre, conseguimos enviar preguntas al Gobierno, pero no obtuvimos respuesta hasta la publicación. Tras el contacto, los enlaces de 2023 fueron eliminados de la página.

En 2022, antes de asumir la Secretaria de Justicia y Derechos Humanos de Bahía, Felipe Freitas habló de la »hiperespecialização» de la Policía bahiana como uno de los principales factores para el aumento de la violencia policial. Se refería a la creación de unidades especializadas dentro da policía militar, que pasaron a tener algo de autonomía delante de los comandos.

En Brasil, a diferencia del concepto internacional general, la policía militar es una fuerza de seguridad del Estado responsable de una actuación policial ostentosa, preventiva y represiva en general.

«La Policía de Caatinga parece ser otra fuerza, no está sujeta a las mismas reglas, es incluso ilegal, pero eso es lo que ocurre», explicó Freitas en aquel momento.

El diputado federal opositor Leur Lomanto Jr. (Unión Brasil) defendió la intervención federal para lidiar con el problema de violencia, lo que podría ser un desgaste político para el gobierno del PT.

Bahía fue decisiva para la elección de Lula en 2022. El PT lleva 17 años al frente del Gobierno del estado. El actual jefe de gabinete, Rui Costa, fue gobernador estatal, pero el PT tiene dificultades para admitir la relevancia de las cifras de violencia en el Estado.

Costa, en entrevista concedida al canal de televisión Globo News en agosto, cuestionó los datos y dijo que no reconocía «ningún parámetro o comparación de las ONG que publican temas de seguridad».

Samuel Vida, profesor y coordinador del programa Derecho y Relaciones Raciales de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), declaró a Deutsche Welle Brasil que «Bahía tiene una larga historia de violencia policial letal y esta característica está relacionada con diversos fenómenos sociales, políticos e institucionales», como el racismo y la elección del terror policial como política de seguridad pública y de gestión de las desigualdades sociorraciales.

Por otro lado, los policías se quejan de la falta de estructura para las labores de inteligencia e investigación. La información viene de una fuente vinculada a la Secretaría de Seguridad Pública que solo accedió a hablar con Global Voices a través de la aplicación Signal. «Quiero seguir vivo», dijo.

Hay informes de que es común que muchos investigadores sean trasladados a otras actividades. «Sin inteligencia e investigación policial no hay cómo combatir el crimen organizado», dice la fuente que habló con Global Voices.

En la primera semana de octubre, el ministro de Justicia, Flávio Dino, autorizó que se invirtieran en Bahía 20 millones de reales (poco menos de cuatro millones de dólares) en recursos federales adicionales del Fondo de Seguridad Pública (FNSP).

Según las estadísticas, Bahía registra 34,4 muertes por cada 100 000 habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una tasa de homicidios de hasta 10 muertes por cada 100 000 habitantes se considera tolerable para las sociedades democráticas.

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