Recordando sus días de escolar, Tomas Bradanovic escribe en el blog que lleva su nombre: «En la escuela primaria, el último día de clases era la ocasión para hacer toda clase de barbaridades porque ya no había caso que nos mandaran a la inspectoría». Luego resume sus propios acontecimientos de 2012 y termina su post diciendo «chao 2012, año maravilloso donde se solucionaron mis peores pesadillas».