A pesar de la reciente implantación de penalidades más duras para los secuestradores de novias y los esfuerzos de la sociedad civil para tratar de resolver esta práctica, la centenaria tradición sigue siendo ampliamente practicada en Kirgyuistán. El bloguero Ilya Karimjanov escribe [ru] acerca de un reciente rapto simulado de una joven en el centro de la capital de Kirguistán, Biskek:
[A] pesar de los gritos [de la chica] pidiendo ayuda y del comportamiento claramente ilegal y descortés de [los supuestos secuestradores], nadie acudió a ayudar [a la muchacha] ni llamó a la policía… Varios hombres vieron el incidente con interés. Algunos discuteron: «¿Qué es esto? ¿[Secuestro de novias]? ¡Eso quiere decir que habrá una boda!»