La prohibición del documental «La hija de India» centra la atención en los hijos de este país

India marked the one-year anniversary in 2013 of the brutal rape of a young university student, which plunged India into a period of self-reflection and mourning whilst thousands took to the streets of Delhi in protest against gender-based violence.

En 2013, un año después de la brutal violación de una joven estudiante universitaria que sumió a India en un periodo de reflexión y duelo, miles de personas se manifestaron en las calles de Delhi contra la violencia de género.

En India ha vuelto a comenzar el debate sobre el problema de la la violación en el país. Esta vez se ha debido a India's Daughter (La hija de India), un documental de la directora británica Leslee Udwin sobre la brutal violación en grupo y asesinato de la estudiante de fisioterapia Jyoti Singh Pandey en 2012, en Delhi.

En el documental, uno de los violadores detenidos, Mukesh Singh, dice que las mujeres son más responsables de las violaciones que los hombres y que estas no deberían ofrecer resistencia al ser violadas. También aparecen dos abogados defensores que escupen comentarios sexistas y violentos similares sobre las mujeres en India.

Aun antes de ser estrenado, se dijo que el documental dejaba a India en mal lugar, era de mal gusto y trataba el tema con poca delicadeza. Algunos incluso dijeron que no decía la verdad.

El gobierno del partido de derechas Bharatheeya Janata, dirigido por el primer ministro Narendra Modi, intervino y obtuvo una orden del tribunal para prohibir su estreno en India por «contenido inaceptable». Al principio, la BBC había programado la emisión del documental en el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, pero la adelantó para el 4 de marzo y subió todo el contenido a YouTube, tras lo cual el gobierno indio ordenó a este sitio web bloquear el acceso al vídeo desde el país.

@IndiasDaughter es la realidad más triste, mientras estamos diciendo «feliz» día de la mujer… pensamos en el delito… El pensamiento. ¡DEBEMOS cambiarlo!

El documental se enfoca principalmente en Mukesh Singh, que está en prisión y condenado a la horca por haber participado en la violación de Jyoti Singh Pandey en un autobús el 16 de diciembre de 2012. La víctima murió dos semanas más tarde a causa de las heridas recibidas. También son entrevistados los padres Jyoti y los abogados defensores.

Más allá de las críticas, en las redes sociales se empezaron a preguntar por qué el gobierno querría prohibir el documental.

En protesta a la prohibición, el famoso canal de noticias NDTV, que iba a emitir el filme, dejó una pantalla en negro con el título del vídeo durante la hora en la que este se iba a televisar el 8 de marzo.

La directora editorial, Sonia Singh, explicó en Twitter por qué el canal no emitió un programa en reemplazo:

No gritaremos, pero nos escucharán @SharmaKadambini: #IndiasDaughters 21 a 22 h

La violencia de género es un gran problema en India. Según la Oficina de Registro de Delitos Nacionales, una mujer es violada en India cada 20 minutos. Desde 2010, ha habido un incremento del 7,1 % de delitos contra las mujeres registrados, entre los que se incluye la violación. 

El documental no es perfecto. Annalisa Merilli, colaboradora de GV, señaló los errores más importantes de la historia en el sitio web de noticias Quartz:

The documentary lacks the strength to point to the roots of the problem. Take the title, India’s Daughter. Why? Isn’t that a quintessentially patriarchal label to give Jyoti Singh? She wasn’t India’s daughter. She was India’s promising medicine student. She was Delhi’s fierce citizen, who would stop a policeman from beating up the kid who just stole her purse. She was the fearless woman who stood up against the men who would then kill her—because she would not take being bullied, she would not just do as she were told.

Al documental le falta la fuerza para señalar el origen del problema. Por ejemplo, el título, La hija de India. ¿Por qué? ¿No había una etiqueta más patriarcal para darle a Jyoti Singh? No era la hija de India. Era una estudiante de medicina de India con futuro. Era una ciudadana de Delhi orgullosa, que evitó que un policía le pegase al niño que le había robado el monedero. Era una mujer sin miedo que le hizo frente a los hombres que más tarde la asesinaron, porque no iba a aceptar ser acosada, no iba a hacer lo que le ordenaran.

Kunjila Mascillamani, una estudiante de cine del Instituto de Cine y Televisión Satyajit Ray de Calcuta, escribió en su blog que, aunque el documental no es perfecto, no había motivos para prohibirlo:

Nothing artistic about it. Moreover it is somewhat like Slumdog Millionaire in that it looks at India as a third world nation sinking in poverty and anti-social activities. A country which needs reformation. Glee at an opportunity to criticize a former colony is rather evident. India of slums, youth dropping out of school to earn a living, women who only seek protection from husbands- the sketch is just perfect.

[…]

I am not India's daughter. I don't think Jyoti Singh was either. India is in fact Mukesh Singh. I cannot adhere to anything which originates there. Neither as a woman nor as a human being. In this festival colours [I] am with a ‘foreign’ film. A mediocre one which posed threat to state, a film which made me part of a conspiracy. Jyoti Singh, today, [I] miss you.

No tiene nada de artístico. Es más, es una especie de Slumdog Millionaire [Quién quiere ser millonario] porque muestra a India como un país tercermundista hundido en la pobreza y en actividades antisociales. Un país que necesita ser reformado. Está claro que les encanta esta oportunidad de criticar a una antigua colonia. Una India de barrios marginales, de jóvenes que abandonan los estudios porque tienen que trabajar para vivir, de mujeres que solo buscan protección de sus maridos: es un bosquejo perfecto.

[…]

No soy la hija de India y no creo que Jyoti Singh lo fuera tampoco. En realidad, India es Mukesh Singh. No estoy de acuerdo con nada de lo que se origine ahí, ni como mujer ni como ser humano. En este festival de colores, estoy de parte de la película «extranjera». Una película mediocre que era una amenaza para el estado, que me hizo formar parte de una conspiración. Jyoti Singh, hoy, te echo de menos.

El índice de condenas por violación en India es muy alto, 24,2 % en 2012, mientras que en el Reino Unido es del 7 % y en Suecia del 10 %. Entonces, ¿por qué la violación continúa siendo un problema?

La desigualdad de género campa a sus anchas en el país, según Anjali Joshi en el Huffington Post: «No es un caso patológico de echarle la culpa a la víctima. Esta mentalidad se ha engendrado en la cultura india tras generaciones de desigualdad de género. Estos violadores no eran «la manzana podrida», más bien, su manera de pensar no es muy diferente a la norma cultural en India».

Hay que preguntarse en todos los niveles de la sociedad india cómo deshacerse de esta desigualdad tan arraigada. ¿Por dónde empezar? La famosa actriz Twinkle Khanna tuiteó en unas pocas palabras lo que se tendría que hacer como sociedad:

Se empieza con abortar una niña y continúa con el asesinato y violación de mujeres. Criamos a los hombres del futuro en casa. Hay que educarlos bien, India.

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