Una grabación de audio de un inquietante intercambio de palabras entre una activista por los derechos de la mujer y el ministro de Salud de Guyana, ha circulado en los medios sociales en el mes de abril, dejando a muchos internautas desconcertados en cuanto a la actitud hacia las mujeres en la región y a la postura de los políticos hacia el pueblo al que han elegido servir.
El Dr. Bheri Ramsarran, integrante del Partido Progresista del Pueblo, actualmente a cargo del gobierno, fue verbalmente abusivo con la defensora de los derechos de la mujer Sherlina Nageer, quien cuestionó su desempeño, por considerar que bajo la actual administración las tasas de mortalidad infantil y materna han sido demasiado altas. Ramsarran le respondió diciéndole que «se callara», llamándola «idiota» y «pedazo de mierda». Después el ministro convocó a la policía para que se llevara a Nageer y continuó su diatriba, diciéndole a los periodistas que le «daría nalgadas (…) solo por diversión» — una amenaza que no cayó bien entre los guayaneses, especialmente en el contexto del alto nivel de violencia sexual y doméstica del que son víctimas las mujeres en el país. Los grupos dedicados a la promoción de los derechos de la mujer han sido muy francos sobre el tema recientemente, y Nageer es ampliamente reconocida como una de las voceras y defensoras más activas de esa lucha.
El relato del incidente del sitio web News Source señaló que a pesar de los intentos del ministro de humillarla, Nageer mantuvo su postura:
She continued to challenge him on his record and when she reminded him that taxpayers like her pay his salary, Ramsarran could be heard telling the woman to ‘eff off’ as he called her a ‘piece of sh%t’ and said she should not be interrupting his private interview on the roadside to two Berbice based reporters.
Ironically, the Health Minister was outside the Whim Magistrates court to lend support to former President Bharrat Jagdeo who is facing private criminal charges for an alleged racially divisive speech that he made at Babu John back in March. Jagdeo had been accused by his ex-partner and former first lady Varshnie Singh of domestic abuse. He has always denied those allegations.
Ella continuó cuestionando su desempeño y cuando le recordó que son contribuyentes como ella los que pagan su salario, se pudo oír a Ramsarran diciéndole que se ‘fuera al infierno’ mientras la llamaba ‘pedazo de mierda’ y le decía que no debía interrumpir su entrevista privada con dos periodistas de Berbice.
Irónicamente, el ministro de salud había ido a los tribunales para apoyar al expresidente Bharrat Jagdeo que enfrenta un proceso penal por un presunto discurso racista que dio en Babu John en marzo pasado. Jagdeo había sido acusado por su exesposa y ex primera dama Varshnie Singh de violencia doméstica. Él siempre ha negado esas acusaciones.
La publicación también encontró interesante que el actual gobierno ha presentado una mujer como candidata a Primera Ministra:
Ms. Elisabeth Harper has been calling for more respect for women and promising that a new PPP government would do more to fight domestic violence and clamp down on abuses against women.
Elisabeth Harper ha estado exigiendo más respeto para las mujeres y ha prometido que el nuevo gobierno de PPP hará más para luchar por la violencia doméstica y reprimir los abusos contra las mujeres.
El blog Code Red, que se dedica a destacar temas feministas en el Caribe, dudaba de que haya existido la menor intención de promover la causa de las mujeres y mostró su asombro ante la postura que mantuvo el ministro incluso después de que se conoció la historia:
A statement sent to the press by the Minister of Health subsequently claims that he was provoked to such misogynist violence after Sherlina Nageer interrupted a press interview. Sherlina can be heard demanding state accountability for Guyana’s high maternal mortality rate, which is the highest in the English-speaking Caribbean.
Una declaración enviada a la prensa por el Ministro de Salud más tarde afirma que él reaccionó con violencia misógina frente a una provocación cuando Sherlina Nageer lo interrumpió durante una entrevista con la prensa. Sherlina le reclamaba al estado una respuesta frente a la elevada tasa de mortalidad materna, que es la más alta en el Caribe de habla inglesa.
El ministro, en su altercado con Nageer, insistió en que «menor cantidad de mujeres y niños mueren ahora que bajo el mandato del Congreso Nacional del Pueblo, otro de los principales partidos políticos de Guyana. Code Red destruyó los argumentos de defensa del ministro diciendo:
The Minister invoked the language of ‘provocation’ to justify his act of violence. The invocation of ‘provocation’ is frequently used to justify and rationalise men’s fatal violence against women and has crept into state and activist responses to violence. The language of provocation, just like the denigrating language and threats the Minister directed at Sherlina, is the language of misogyny.
El ministro habló de una ‘provocación’ para justificar su acto de violencia. A menudo se alega la existencia de una ‘provocación’ para justificar y racionalizar la conducta violenta y mortal de los hombres contra las mujeres y el término se infiltra en las respuestas del estado y de los activistas ante la violencia. El lenguaje de la provocación, al igual que el lenguaje denigrante y las amenazas que el ministro le dirigió a Sherlina, es el lenguaje de la misoginia.
Code Red mencionó numerosas situaciones en las que los derechos de las mujeres han sido vulnerados en la región, y convocó a las «autoridades a denunciar los actos de violencia dondequiera que sucedan» y a los «políticos de la región a tomar conciencia de que su silencio sobre estas ofensas contra sus ciudadanas habla en gran medida de su compromiso con la igualdad de género y con los derechos de las mujeres»:
Women are 51% of the population and our governments must be accountable to us.
We will not be intimidated into silence as silence means death. Literally.
Las mujeres representan el 51% de la población y nuestros gobiernos deben responder por sus actos.
No seremos intimidados a guardar silencio porque permanecer callados significa morir. Literalmente.
El blog comenzó una petición en línea en solidaridad con Sherlina Nageer y todas las defensoras de los derechos de las mujeres.
Nageer eventualmente se refirió al incidente, diciendo que «nunca la habían insultado de semejante manera» y mencionando numerosas deficiencias de la gestión del ministro de salud:
I was truly taken aback. All I was trying to do was get some answers to what I believe are legitimate issues, from a public official, in a public setting. This is election time and we the citizens of Guyana are being encouraged to engage with the politicians, to ask questions, and to share our ideas and views with them. It seems as if this cannot be done in a civil manner in Guyana and that only those who do not challenge the status quo are acceptable. It is truly a sad state of affairs we are in when ex-presidents, current ministers of government, and others holding positions of authority feel free to spew racist rhetoric, encourage hatemongering, curse and abuse the citizens of the nation, instead of calmly, rationally, and respectfully engaging with them. […] As citizens we deserve better.
Me sentí verdaderamente desconcertada. Todo lo que estaba tratando de hacer era plantear asuntos de interés que merecen respuestas de un funcionario en un contexto público. Estamos en época electoral y a los ciudadanos de Guyana nos están alentando a comunicarnos con los políticos, a hacerles preguntas y a compartir con ellos nuestras ideas y opiniones. Parece que eso no se puede hacer de manera civilizada en Guyana y que solamente se acepta a los que no cuestionan el status quo. Es realmente lamentable que expresidentes, actuales ministros, y otros que ocupan cargos tienen la libertad de emplear retórica racista, alentar el discurso que incita al odio, insultar y maltratar a los ciudadanos del país, en lugar de comunicarse con ellos de manera calma, racional y con respeto. […] Como ciudadanos nos merecemos algo mejor.
El pedido de disculpas del ministro en el que se arrepintió de sus acciones (que según él fueron producto de una provocación), no fue bien recibido. Se convocaron protestas tanto en la calle como en línea en solidaridad con Sherlina Nageer.