Rusia consigue su primera iglesia del Monstruo del Espagueti Volador

Image edited by Kevin Rothrock.

Imagen editada por Kevin Rothrock.

La iglesia del Salvador Misericordioso ha estado en Nizhni Novgorod durante más de un siglo. Fue construida en honor a la supervivencia milagrosa del zar Alejandro III tras el descarrilamiento del tren Borski en 1888, cuando se dice que el zar tuvo sobre sus hombros el tejado derrumbado, mientras su familia escapaba de las ruinas. El desastre alimentó una campaña de propaganda argumentando que el líder ruso había sido salvado por intervención divina.

La semana pasada, la iglesia ha conseguido un vecino nuevo, ubicado justo a la vuelta de la esquina: La primera iglesia rusa del Monstruo del Espagueti Volador. Los «pastafarianos» (nombre que reciben sus adeptos) de Nizhni Novgorod dieron una rueda de prensa el 25 de marzo para anunciar la apertura de su iglesia, donde se realizarán reuniones públicas todos los viernes. (Puede ver varias fotos del evento aquí.)

«Podemos decir con absoluta certeza que esta es la primera iglesia del Monstruo de Espagueti Volador en Rusia. Quizá es la primera en el mundo, pero no es algo que podamos confirmar. Normalmente, los pastafarianos se encuentran en las redes sociales, sin darle importancia [a verse en persona],» relata Dmitry Znamensky, uno de los miembros líderes de la iglesia.

“Religious” artwork decorating Nizhny Novgorod's newest church. Image: Petr Kuznetsov / YouTube

Obra de arte “religiosa” decorando la nueva iglesia de Nizhny Novgorod. Imagen: Petr Kuznetsov / YouTube.

El fundador de la iglesia en Nizhni Novgorod, Mikhail Iosilevich, prometió a los reporteros que los pastafarianos no están fuera para «trolear» a las religiones tradicionales de Rusia, haciendo hincapié en que su iglesia solo busca un trato igualitario y un pequeño espacio para ella. Su grupo estaba listo para defender el terreno en el día de la inauguración, también, mediante la contratación de guardias de seguridad para patrullar la ceremonia. Los organizadores dicen que no esperaban ninguna respuesta negativa de los grupos religiosos más tradicionales de la ciudad (señalando a los cristianos ortodoxos), pero expresaron su preocupación sobre que la nueva estación primaveral «activara» a personas con «varias enfermedades mentales».

Un par de semanas antes de que se inaugurara la iglesia de manera oficial, Iosilevich y algunos de sus feligreses dieron una fiesta en las instalaciones, invitando a un club local de mujeres y al «Club de Degustadores Liberales» de Nizhni Novgorod, cuyo lema es «¡Libertad!, ¡Igualdad!, ¡Borrachera!». La fiesta llamó la atención de alrededor de doce personas, quienes se apoltronaron en muebles de IKEA, bebiendo cerveza y kvas, comiendo crepes («El Monstruo del Espagueti Volador está ofendido» bromea una mujer mientras cocina en una plancha caliente), y leyendo poesía.

La iglesia pastafari del Monstruo del Espagueti Volador, el Club de Mujeres de Nizhny Novgorod y el Club de Degustadores Liberales, en una fiesta juntos señalando el fin del trabajo principal de diseñar las premisas de la iglesia. 

En un momento dado de la noche, Iosilevich se levantó y explicó lo que el pastafarismo significaba para él. (Aparentemente, ha hecho tan suyo el Monstruo del Espagueti Volador que casi se olvidó del nombre del estadounidense que creó el movimiento.) Con una cerveza en la mano, sonriendo a su público a la escucha y en burla, Iosilevich dijo que los monstruos de la pasta, los coladores en la cabeza y una porción saludable de sátira le ofrece, como persona no religiosa, los medios para hacer retroceder la criminalización rusa de blasfemia.

“There are different religions, and they’re all equal among each other [according to Russian law]. Everyone has the right to believe what he wants. On top of that, there is a law defending the sentiments of religious people—‘believers.’ Laws like this exist in many countries, including Russia. […] No country in the world, as far as we know, has a law defending the sentiments of nonbelievers. Everybody knows that nonbelievers don’t have any feelings, so offending them is impossible. And so there are cases all over the world where believers are protected by the law, and nonbelievers are always in the wrong. […] If nonbelievers are left defenseless, then it becomes necessary to invent their own religion, in order to level the field.”

«Existen religiones diferentes y todas son iguales entre ellas [según la ley de Rusia]. Todo el mundo tiene derecho a creer en lo que quiera. Como si esto fuera poco, existe una ley que defiende los sentimientos de las personas religiosas (creyentes). Leyes como esta existen en muchos países, incluida Rusia. […] Ningún país del mundo, al menos que sepamos, tiene leyes para defender los sentimientos de los no creyentes. Todo el mundo sabe que los no creyentes no tienen sentimientos, así que ofenderles es imposible. Así que hay casos por todo el mundo donde los creyentes están protegidos por la ley y los no creyentes están equivocados. […] Si los no creyentes están indefensos, entonces es necesario que inventen su propia religión, para nivelar el terreno».

La ley rusa que prohibe los insultos en público hacia los sentimientos de las personas religiosas se introdujo el 1 de julio de 2013. Cualquier persona condenada de acuerdo con esta ley, puede ir a prisión por un año. Los legisladores desarrollaron la legislación como consecuencia del juicio de Pussy Riot. Hasta ahora, las cortes han condenado solo a una persona conforme a esta ley: un joven en Izhevsk, quien publicó una imagen en la red que enfadó a los grupos musulmanes. (Fue sentenciado a 200 horas de servicio comunitario.)

A principios de año, un hombre en Stavropol llamado Viktor Krasnov fue a juicio por ofender a los cristianos al escribir «Dios no existe» en un foro en la red. Antes de que el juicio comenzara, un juez le forzó a pasar un mes entero encarcelado en una clínica psiquiátrica, donde los doctores evaluaron su salud mental. Krasnov, quien también ha realizado varios comentarios antijudíos on-line, se niega a pedir perdón por negarse a aceptar la existencia de Dios. Se enfrenta a un año de cárcel si se le declara culpable.

En enero de 2016, Andrei Filin se convirtió en el primer pastafari de Rusia en tener su foto del el permiso de conducir con un colador en su cabeza. El colador en la cabeza, considerado un atributo obligatorio por la comunidad pastafariana, estaba hecho de hilo, no de metal, y fue tejido por la mujer de Filin.

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