Una familia siria tiene la oportunidad que no tuvo en su país de crear música y arte en los EE. UU.

Jumana Jaber's project called "Chemo Therapy and Chemical Weapons." The Syrian artist says it juxtaposes her experience with breast cancer in 2006 with the Syrian government's attacks on its people now. Credit: Courtesy of the Institute for International Education

Proyecto de Jumana Jaber llamado «Quimioterapia y armas químicas». La artista siria explica que esta obra yuxtapone su experiencia con el cáncer de mama en 2006 y los ataques del Gobierno sirio sobre sus ciudadanos en la actualidad. Crédito por la información: cortesía del Instituto de Educación Internacional

Este artículo de Jason Strother se publicó originalmente en PRI.org el 21 de junio de 2016 y se ha vuelto a publicar aquí como parte de un acuerdo para compartir contenidos.

Jumana Jaber ha enseñado artes gráficas en la Universidad Estatal de Montclair, en el estado de Nueva Jersey en los EE.UU, desde 2013. Su trabajo difiere un poco del que ejercía como profesora de diseño teatral y artístico en la capital siria, Damasco.

“Todo era nuevo para mí: un nuevo sistema, todo era diferente aquí», comenta Jaber, de 55 años.

Jaber y su familia de cuatro miembros se encuentran entre los millones de sirios que huyeron de su país desde el comienzo de la guerra civil en 2011. Pero ellos no viven en EE.UU. como refugiados. En su caso, llegaron con la ayuda del Fondo de Auxilio a Profesores Universitarios del Instituto de Educación Internacional, con base en Nueva York. Desde 2002, el programa ha ayudado aproximadamente a 650 intelectuales perseguidos (muchos provenientes de Iraq y Siria) a entrar en contacto con universidades en los EE.UU. o en otros países seguros. El fondo comparte con una institución anfitriona los costos para acoger a los académicos y a sus familias durante los dos primeros años. También se encarga de las visas de los visitantes y de sus acompañantes.

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Jumana Jaber fled the war in Syria and now teaches in a college in New Jersey Credit: Courtesy of the Institute of International Education

Jumana Jaber huyó de la guerra en Siria y ahora enseña en una universidad de Nueva Jersey. Crédito: cortesía del Instituto de Educación Internacional

Sarah Willcox, la directora del fondo, dice que Jaber y su familia tienen el perfil típico de personas a las que el fondo ayuda.

“A menudo son personas disidentes”, comenta Willcox. “Se buscan profesores porque son personas reconocidas y respetadas en su comunidad”.

En Damasco, Jaber creaba arte con mensajes políticos, incluso pintaba obras que incluían partes de sillas, que consideraba símbolos del poder en Siria.

“El presidente, el jefe y los jeques que dicen que algo forma parte del halal [conjunto de prácticas permitidas por la religión musulmana] o no, que puedes hacer esto o no puedes hacer lo otro,» dice ella. “Ellos lo controlan todo, las personas que se sientan en esas sillas en todas partes”.

Dado que el levantamiento contra el Gobierno sirio se convirtió en una guerra civil, Jaber dice que le era casi imposible llegar a su trabajo ubicado fuera de Damasco. Entonces, la universidad donde trabajaba con su marido, un ceramista, fue atacada.

“Llevamos a los estudiantes al sótano», comenta Jaber. “Algunos de mis compañeros fueron asesinados.”

El hijo mayor de Jaber, Yazan Al-Hajari, también quedó atrapado en el conflicto. En aquel momento estaba estudiando música clásica en un conservatorio de Damasco y tenía su propia banda.

Chairs are symbol of power in Syria, says Syrian artist Jumana Jaber. Credit: Courtesy of the Institute of International Education

Las sillas son el símbolo del poder en Siria, comenta la artista siria, Jumana Jaber. Crédito: cortesía del Instituto de Educación Internacional

“Cuando comenzó la revolución en Siria, tuve que tomar una decisión”, comenta Al-Hajari, que ya tiene 31 años. Y después de presenciar la fuerza usada para combatir la revuelta, se puso de lado de la revolución, políticamente y musicalmente. Al Hajari fue detenido un par de veces por hablar en contra del gobierno. También escribió una canción satírica como crítica hacia los líderes y los medios de Siria. Después de subirla a YouTube en 2012, temió por su seguridad y huyó a Beirut.

Finalmente, el resto de la familia también escapó al Líbano, donde Jaber conoció el Fondo de Auxilio a Profesores Universitarios y le ofrecieron un trabajo como profesora en Nueva Jersey. La familia vive ahora en una ciudad suburbana de Nutley, aproximadamente a 25 Km en las afueras de Nueva York.

Pero están en el país con visados temporales. Por lo tanto, Jaber, su marido y sus dos hijos intentan conseguir la condición de refugiados, un proceso que puede tardar años.

Jaber dice que se siente libre para crear arte en los EE.UU., algo que nunca podría haber hecho en Siria. Su familia está preocupada por el incremento del sentimiento antimusulmán surgido a raíz de los ataques en Orlando y San Bernardino, a pesar de que ellos no son religiosos. Jaber dice que intenta no estar afectada por el ambiente que se ha creado.

“Me hace un poco de daño”, comenta ella. “Pero tengo unos compañeros y amigos maravillosos que entienden nuestra situación”.

Yazan Al-Hajari fled Syria after composing music that was critical of the Syrian regime. Credit: Jason Strother

Yazan Al-Hajari huyó de Siria después de componer música que criticaba al régimen sirio. Crédito: Jason Strother

1 comentario

  • leandro

    que propaganda tan miserable!!! andate a hacer musica arabia saudita o a qatar! estas ratas se llenan la boca hablando de libertad y democracia , cuando lo inico que hacen es mentir y robar !!! los millones de dolares que se gastaron en esta guerra mediatica no alcanzaron para comprarlos a todos, y asi vender una vida free en yankeelandia!! aproposito de los freedom fighters y revolucionarios que fueron a invadir democraticamente siria, les llego la hora, de irse con su puto ala!!!!

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